Emmanuel Macron seguirá siendo el presidente de Francia. Todo después de haber obtenido casi 17,5 millones de votos, frente a los casi 13 millones de su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, en la segunda vuelta electoral que este domingo celebró el país galo. A la espera de que se sumen los votos que restan, mayoritariamente procedentes de las grandes ciudades, el resultado ha puesto en evidencia un país muy fracturado, con una extrema derecha en niveles récord que, en cierto modo, puede comprometer el margen de maniobra del presidente para aplicar su programa.
Recordemos, pues, que el primer mandato de Macron terminó con una tasa de paro del 7,4% a finales de 2021, la cifra más baja desde 2008 y un 73,5% de activos, el mayor porcentaje desde que empezaron los registros en 1975. Desde el verano pasado, el PIB se ha situado por encima del que se registraba a finales de 2019, en niveles pre-covid.
Ahora, Macron tiene por delante un nuevo lustro de mandato en el que, por otro lado, seguirá percibiendo el sueldo como presidente de la República Francesa que es de 142.000 euros anuales. Eso sí, en varios escalones más altos tiene otros altos mandatarios europeos, como el presidente suizo, Guy Parmelin, que percibe hasta 423.000 euros anuales. Una retribución mayor, incluso, que la del presidente del Consejo de Europa, Charles Michel (392.400 euros) o la de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (357.897 euros). Por poner un último ejemplo, el salario de Pedro Sánchez es de 84.845,16 euros, uno de los más bajos, si se compara con el de sus homólogos en Europa.
Reelegido
Macron se convierte con esta victoria en el primer presidente en ser reelegido en Francia desde 2002, cuando lo logró Jacques Chirac. Arrancará su segundo mandato con 44 años, con el reto de consolidar políticas y de cumplir sus promesas electorales, incluida la reducción de la dependencia energética exterior o el aumento de la edad de jubilación.
Echando la vista atrás, ha recordado los momentos "dolorosos" y "difíciles" de cinco años de "transformación" y, de cara al futuro, ha querido matizar que esta nueva etapa no será simplemente una "continuidad".
"Tenemos mucho que hacer. La guerra en Ucrania está ahí para recordarnos que atravesamos tiempos trágicos en los que Francia debe mostrar la claridad de su voz y desarrollar su fuerza en todos los ámbitos", ha enfatizado.
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