El domingo después de Acción de Gracias el horror se instaló en una vivienda de Lancaster (EEUU). En su interior, Maurice Jewel Taylor, decapitó a su hijo de 12 años y a su hija de 13 años, según informaron las autoridades.
Durante los siguientes cinco días, mantuvo en la vivienda los cadáveres de los dos pequeños, mostrándolos a sus otros dos hijos de 8 y 9 años, respectivamente, a los que tenía aislados en sus habitaciones y sin comida.
No fue hasta el pasado viernes cuando una llamada por una posible fuga de gas hizo desplazarse a los bomberos a la vivienda. Taylor trabaja como entrenador personal y un cliente suyo llamó a emergencias al no poder comunicarse con él, según informa 'Los Angeles Times'.
Los bomberos encontraron los cadáveres en dos habitaciones separadas de la casa. En ella también estaba la madre de los niños, que por el momento no es sospechosa, pero que ha sido interrogada por los investigadores.
Cargos de asesinato y abuso infantil
Taylor fue detenido el viernes y está acusado de asesinato y abuso infantil. Su juicio, en el que afrontará una pena de un máximo de 57 años de prisión, se celebrará el 21 de diciembre.
Se trata del primer asesino de alto nivel que juzgará el reciente elegido fiscal George Gascón, quien se ha comprometido a no aplicar la pena de muerte en ningún caso.
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