Defensa pedirá reducir pena a Breivik por colaborar con la Justicia

  • La defensa del ultraderechista Anders Behring Breivik, autor del doble atentado en el que murieron 77 personas en Noruega, pedirá en el juicio reducir la pena a su cliente, apelando a su colaboración con la Justicia, la deficiente seguridad y a los factores que contribuyeron a radicalizar sus ideas.

Copenhague, 28 oct.- La defensa del ultraderechista Anders Behring Breivik, autor del doble atentado en el que murieron 77 personas en Noruega, pedirá en el juicio reducir la pena a su cliente, apelando a su colaboración con la Justicia, la deficiente seguridad y a los factores que contribuyeron a radicalizar sus ideas.

Así lo explicó hoy en rueda de prensa en Oslo su abogado, Geir Lippestad, quien resaltó que el peso de esas dos vías principales de la estrategia -radicalización y seguridad- dependerá en buena medida del resultado del examen psiquiátrico que se le está haciendo a Breivik y que deberá estar listo dentro de cuatro semanas.

A la hora de explicar la radicalización del fundamentalista católico, la defensa nombró varios aspectos distintos.

Breivik trató primero de defender sus ideas afiliándose a las juventudes del ultranacionalista Partido del Progreso, pero la imposibilidad de expresar sus puntos de vista allí lo convenció a buscar otras vías, explicó Lippestad.

Experiencias violentas de los ambientes de inmigrantes, contactos con extremistas en internet y la influencia de los juegos de ordenador contribuyeron también a su radicalización.

Las deficiencias en la seguridad jugarán un papel central en el juicio, ya que la defensa entiende que éstas hicieron posibles los atentados.

Breivik hizo estallar el 22 de julio un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron ocho personas, e inmediatamente después se trasladó a la isla de Utøya, donde disparó de forma indiscriminada matando a 69 jóvenes que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas (AUF).

"Nos fijaremos en la seguridad en el complejo. Breivik está sorprendido porque se le permitió conducir una furgoneta hasta la entrada y porque esta estuvo aparcada seis minutos sin que la movieran", dijo Lippestad.

El abogado anunció también que investigarán cómo Breivik pudo permanecer más de una hora en Utøya, a pesar de que intentó llamar a la policía dos veces para rendirse, y qué medidas de seguridad habían establecido las AUF y por qué los servicios de inteligencia no lo capturaron en los meses previos.

La defensa considera que hay factores atenuantes de sobra, como la confesión del propio Breivik, su colaboración minuciosa con la Justicia y el hecho de que evitó matar a los niños presentes en la isla, lo que según las leyes noruegas debería rebajar la pena en un tercio.

Lippestad reiteró que, aunque Breivik asume la responsabilidad de los hechos, no reconocerá su culpabilidad.

"Siente que está en guerra contra el multiculturalismo y para frenar una cruzada islamista en Europa", afirmó.

La Fiscalía aún no ha decidido si imputará a Breivik por crímenes contra la humanidad, con lo que podría ser condenado a hasta 30 años de cárcel, frente a la pena máxima de 21 años que prevé el código penal noruego.

El derecho noruego incluye no obstante una figura denominada "forvaring" (custodia) que permite establecer penas adicionales prorrogables de forma indefinida si se considera que el reo sigue siendo un peligro, lo que en la práctica se puede convertir en una cadena perpetua.

Está previsto que el juicio comience en la primavera de 2012, aunque todavía no hay una fecha fija.

Lippestad y el resto de abogados que componen el equipo que defenderá a Breivik visitaron hoy la granja que éste poseía en la localidad de Åsta, a 160 kilómetros de Oslo, y donde fabricó y escondió la bomba que hizo explotar en el centro de la capital.

El objetivo era hacer un reconocimiento de la zona y formarse una idea "de las teorías de la Policía", dijo Lippestad en rueda de prensa.

La Policía noruega valoró al principio la posibilidad de hacer una reconstrucción de los hechos en la granja con Breivik, similar a la que hizo en Utøya tres semanas después de los atentados.

Pero al final rechazó la idea, al considerar que los datos aportados por el ultraderechista y las investigaciones realizadas eran suficientes para determinar que fabricó la bomba sin ayuda.

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