Las autoridades de Turquía han detenido a más de 18.000 personas por su presunta relación con el fallido golpe de Estado lanzado el 15 de julio por una facción de las Fuerzas Armadas, según un nuevo balance confirmado este viernes por el ministro del Interior, Efkan Ala.
De esas 18.000 personas, más de 9.600 ya han sido acusadas formalmente y están a la espera de juicio, ha explicado Ala en declaraciones a la cadena estatal TRT Haber.
El ministro ha confirmado, la retirada del pasaporte a casi 50.000 personas, dentro de una represión masiva que ha afectado a las principales instituciones del país.
Además, el Gobierno ha despedido a miles de policías, jueces, funcionarios, periodistas, profesores y militares y ha detenido a miles de personas por estar presuntamente relacionadas con el movimiento Hizmet (Servicio), liderado por clérigo musulmán Fetulá Gulen.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha condenado las críticas vertidas por la comunidad internacional por esta purga y ha instado a los distintos gobiernos a felicitar a Ankara por su respuesta frente a las amenazas. Las autoridades de Turquía han culpado a Gulen de haber organizado la asonada, que se saldó con al menos 240 muertos, y han solicitado su extradición a Estados Unidos.
Erdogan, que ha acusado a los gulenistas de haberse infiltrado en las instituciones con la intención de contaminarlas y acabar con el actual Gobierno, ha advertido de que el número de detenidos aumentará si se detecta que hay más personas que podrían haber colaborado con los golpistas.
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