Una congoleña pobre con 12 hijos y un marido impedido logra aprender a leer y a escribir en un año

  • En el día de África, ejemplos como el de Ngomba Ngoy Anastasie revelan cómo la alfabetización puede mejorar la vida de las personas.

    Este es la pequeña gran historia de una mujer luchadora, valiente y agradecida por gozar de un derecho humano básico: saber leer y escribir.

La congoleña Ngomba Ngoy Anastasie, madre de 12 hijos, ha conseguido aprender a leer y escribir en solo un año
La congoleña Ngomba Ngoy Anastasie, madre de 12 hijos, ha conseguido aprender a leer y escribir en solo un año
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“Hola, me llamo Ngomba Ngoy Anastasie. Vivo en la República Democrática del Congo. Tengo 44 años, 12 hijos y un marido incapacitado para trabajar”.

Semejante tarjeta de presentación predispone a que cualquiera se imagine una vida de pobreza y sufrimiento. En buena medida, puede representar la situación de muchas personas de su continente. Este miércoles 25 de mayo se celebra el día de África, coincidiendo con el aniversario de la fundación de la Organización de la Unidad Africana. Según el especialista en educación senegaleño Gorgui Sow, el 40% de los africanos mayores de 15 años son analfabetos.

Ninguno de los dos obstáculos mencionados, pobreza y sufrimiento, han faltado en la vida de Anastasie. Ha padecido y se las ha visto muy complicadas para sacar adelante su vida y la de su numerosa familia. Pero desde hace muy poco, esta valiente mujer también puede añadir un precioso tesoro a su currículum vital: ha aprendido a leer y a escribir.

Lo ha hecho, además, en un tiempo inusualmente rápido para una persona de su edad y en sus circunstancias: en menos de un año. Hace tiempo que su marido, de profesión albañil, no puede ayudarle con la manutención de la casa. Además de perder su empleo, enfermó y se encuentra incapacitado para trabajar.Un puesto de verduras

“La situación económica que vivimos en mi familia es dura. Vendo verduras en un mercado de la ciudad para ganarme la vida y sostener a mis 12 hijos y a mi marido, ya que solo cinco de mis hijos han terminado la primaria”.

Algunos de sus otros hijos han podido cursar algún año de la enseñanza secundaria, pero por falta de dinero no han podido completar esta etapa.

Su hijo mayor, de 20 años, todavía depende económicamente de ella. Tampoco ha terminado de criar todavía al menor, de solo 3. Todo ello no le ha impedido cargar su lápices y cuadernos para acudir a la escuela de la Fundación Taller de Solidaridad, ONGD promovida por las Siervas de San José.

Anastasie describe a su marido como “un hombre bondadoso, que me admira aún más por el esfuerzo que he hecho este año de aprender a leer y escribir”. Recuerda con emoción cómo gracias a una compañera del mercado pudo conocer el Proyecto de Alfabetización en una parcela que las Siervas de San José tienen en su ciudad.Superar las inseguridades con los clientes

Tras esta siembra de esfuerzo y estudio, Anastasie por fin puede recoger los frutos. Ya se ve capaz de leer y escribir en swahili, una de las importantes lenguas nacionales, y puede expresar algunos conceptos en francés, idioma oficial del país e idioma neutral entre los diferentes grupos étnicos. “Toda mi familia me apoya y se siente muy feliz al oírme hablar en francés. Siento que me valoran. Ahora puedo firmar las notas de mi hijos con mi nombre”.

Gracias a sus nuevos conocimientos, esta mujer ha superado sus inseguridades a la hora de dirigirse a los clientes. “Ahora soy capaz de hablar con serenidad y responder a los clientes en su mismo idioma si se dirigen a mí en francés”.

Anastasie reconoce que la lectura le ha ayudado a reflexionar sobre los aciertos y errores de su vida, a superar sus miedos y a mejorar su autoestima.

La República del Congo tiene una tasa de analfabetismo del 33,2% entre la población adulta mayor de 15 años. Pero esta cifra se eleva hasta el 43% en el caso de las mujeres, frente al 23,1% de los hombres.

Jesús García Consuegra, responsable de proyectos de cooperación del taller solidario, recuerda que “las mujeres del Congo están olvidadas y no tienen recursos”. Está convencido de que la alfabetización “es un instrumento que confiere autonomía con miras a mejorar la salud, los ingresos económicos y la relación con el mundo”.

Sigue @martinalgarra//

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