Embajador de la Cámara de Barcelona

Dmitrenko, el empresario 'amigo' de Puigdemont que planea sobre el Govern

Las sospechas policiales sobre sus supuestas relaciones con los servicios de espionaje rusos han complicado los planes que el ejecutivo tenía para acercar a la élite de su país a la realidad catalana.

Alexander Dmitrenko
Alexander Dmitrenko.
La Informacion

Llamarse Alexander, apellidarse Dmitrenko y residir en Cataluña durante los peores momentos del denominado proces puede llegar a suponer un calvario. En especial si un informe de la Guardia Civil señala una supuesta conexión con los servicios de inteligencia rusos durante los peores momentos del proceso independentista que convulsionó Cataluña en 2017. Fue en este año cuando España saltó a la primera plana de la agenda internacional y, por extensión, llamó la atención de servicios de inteligencia y fuentes de desinformación extranjeros, ávidos, muchos de ellos, en fomentar la inestabilidad en la esquina occidental de Europa: un escenario mucho más grande del que se jugaba en Barcelona, Tarragona o incluso Madrid.

El texto de la Guardia Civil estaba basado en conversaciones interceptadas legalmente en el móvil de Josep Lluis Alay, la persona de confianza del ex presidente Carles Puigdemont, y en las que se constataba la influencia de un empresario afincado en Cataluña sobre la red de presunta financiación ilegal del proces. Venta de petróleo, la evidente influencia de Dmitrenko sobre Alay, las posibles conexiones con el espionaje ruso… horas de escuchas que ponen de manifiesto la preocupación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por la injerencia de terceros Estados en la vida política y económica española.

Desde 2004, Dmitrenko viene realizando actividades empresariales en España, principalmente a través de Catrus Capital, un lobby que fomentaba las relaciones y cooperación entre empresas y gobiernos de Cataluña, Andorra y Rusia y que fue creado en 2017 por Andreu Garrigó, antiguo líder de la agrupación local Convergència en Montonès del Vallès y el propio Dmitrenko. En su momento, la sede social de la empresa se situaba en Londres y desde allí desplegaba su actividad en Cataluña y Rusia. La celebración de encuentros, conferencias y acercamientos empresariales comenzaron a proliferar gracias a Catrus Capital, sin desmentir, en ningún momento, “reparo alguno al proceso soberanista catalán”, como se afirmaba en algunos medios de comunicación catalanes.

Más de 20 empresas llegaron a participar en la que fue la primera edición del encuentro entre organizaciones rusas y catalanas que se celebraron entre el 17 y el 24 de septiembre de 2018. El evento nacía con la idea de convertirse en referencia en las relaciones económicas entre Rusia y Cataluña, tanto en la internacionalización de empresas, como en la aproximación cultural y política entre ambas. El cofundador de Catrus Capital se mostraba satisfecho tras la conclusión de esta edición, llegando incluso a anunciar un segundo encuentro que se celebraría en Rusia. “La primera edición de la Catrus Conference 2018, ha servido para forjar colaboraciones y el entendimiento entre las comunidades de habla rusa y catalana. Tanto en Cataluña como en Andorra, recibimos un apoyo excelente por parte de los gobiernos y empresas. Estoy seguro, que, de esta primera edición, saldrán muchas oportunidades de negocios. Ya hemos puesto las bases para las próximas conferencias que se celebrarán en San Petersburgo y Moscú en 2019”.

En su desarrollo, los participantes pudieron recorrer los puntos neurálgicos de la política de la Ciudad Condal. El Círculo Ecuestre, al que Dmitrenko se acababa de asociar, o el Parlament de Cataluña fueron testigos de la visita empresarios rusos como Evgeny Hodulev, Presidente del Invest Club Capital con sedes en Moscú, San Petersburgo y Sochi.

Sin duda, la visita con mayor cariz político tuvo lugar en el Parlament. Aquí, los visitantes pudieron “conocer los últimos acontecimientos relacionados con el proceso independentista y tener una visión global sobre la estabilidad política de Cataluña de cara a la captación de inversores extranjeros”, tal y como afirma la nota de prensa de Blanz Marketing and PR, empresa que se encargó de la comunicación de las jornadas, que contaron también con la participación de la exconcursante de Master Chef, Natalia Khodzinskaya, encargada de cerrar el evento “con un exquisito cóctel de degustación tradicional ruso”.

La conexión andorrana

Andorra siempre ha sido un pilar en el desarrollo de la estrategia independentista. Su ubicación estratégica, la composición socioeconómica del país y sus evidentes vínculos con Cataluña la sitúan como un punto de acceso neutral para el fomento de las relaciones con terceros países. Andorra fue también el escenario del cierre de la ‘Catrus Conference 2018’. Dimitrenko, Enric Dolsa, propietario del Periodic de Andorra, y Miguel Armengol, presidente de la Cámara de Comercio e Industria del país, presidieron la mesa que ponía fin al encuentro. En su intervención, los tres ponentes destacaron la “prioridad en cooperar con Rusia y las posibilidades que habrá tras la creación del aeropuerto de Andorra”.

Este proyecto consiguió situarse desde el inicio en el punto de mira de Catrus Capital. En 2017 se constituyó FlyBy, una plataforma cuya intención original era “conectar a pilotos de vuelos privados con turistas y ejecutivos rusos de algo poder adquisitivo que deseen viajar a cualquier punto de España”. La iniciativa fue impulsada por Catrus Capital a través de sus fundadores y de dos pilotos de aviación, Ferrán Martín y David Gisbert. Este último aseguró  que, en una primera fase, FlyBy será “una especie de BlaBlaCar de la aeronáutica” cuyos clientes principales serían ciudadanos rusos de alto poder económico. En este punto, los contactos, 'savoir faire' y conocimiento de Catrus Capital se convertirán en esenciales para sacar adelante el proyecto. El plan inicial comprendía, desde el aeropuerto de Sabadell, cubrir las rutas hacia La Seu d’Urgell - Andorra e incluso las Islas Baleares, dos focos de atracción de turismo ruso adinerado: el objeto de deseo de cualquier comunidad autónoma.

Sus nunca desmentidos, incluso reafirmados, vínculos con el proceso independentista, la aparición de su nombre en las escuchas realizadas a Josep Lluis Alay y la fundación de Catrus Capital pueden estar en el centro de las sospechas que los servicios de información e inteligencia españoles mantienen hacia Dmitrenko. El último de los episodios que parecen enfrentar al empresario ruso y al Estado español es la denegación de la nacionalidad española. En 2018 solicitó este trámite ante el Ministerio de Justicia. Pese a vivir más de 17 años consecutivos en nuestro país, las autoridades afirmaron que “se tiene conocimiento probado de su trabajo consciente para los Servicios de Inteligencia rusos, de los que recibe misiones”. Ante una acusación así, Dmitrenko recurrió la decisión ante la Audiencia Nacional esgrimiendo que las palabras del Ministerio de Justicia serían constitutivas de un delito penal por el que podría ser condenado a penas muy graves de prisión y que en ningún momento ha sido sometido a proceso alguno. Por todo esto, la decisión de Justicia carecería de la motivación suficiente para denegar la nacionalidad, al basarse únicamente en impresiones o percepciones carentes de cualquier tipo de respaldo legal y suponer un claro ejemplo de arbitrariedad.

En la actualidad, Dmitrenko es el presidente de RussCat, quizá la heredera de la primigenia de CatRus Capital, además de Embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona en Rusia. Su objeto social consiste en la asociación de personas físicas y jurídicas que promueven los intereses sociales y empresariales entre las comunidades catalanoparlantes y rusoparlantes para fomentar las relaciones bilaterales y proporcionar un sello de confianza entre los gobiernos y las instituciones locales. Una denominación que, aun invirtiendo los términos de la palabra, mantiene en el filo de las investigaciones al empresario ruso.

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