Pese a superar la moción de confianza

Draghi dimite tras perder el apoyo de su Gobierno en plena batalla por el gas

El primer ministro italiano renunciará después de que el M5S decidiera no votar una moción de confianza. Mattarella no ha aceptado su renuncia y le ha enviado al Parlamento para dar explicaciones. 

El primer ministro de Italia, Mario Draghi.
Draghi dimite tras perder el apoyo de su Gobierno en plena batalla por el gas. 
Riccardo Antimiani

El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha presentado su dimisión esta tarde después de la crisis desatada en su coalición gubernamental por uno de sus principales socios, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S). El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) renuncia al cargo tras no ser capaz de conseguir el apoyo de todos sus socios de coalición para sacar adelante su plan anticrisis con el que hacer frente a los efectos de la guerra en Ucrania. El mandatario ha comunicado a todos los componentes de su Ejecutivo en el Consejo de Ministros la decisión.  "La votación de hoy en el Parlamento es un hecho muy significativo desde el punto de vista político", señaló Draghi ante el Consejo de Ministros, reunido en Roma. Y agregó: "La mayoría de unidad nacional que ha sostenido este Gobierno desde su creación ya no existe y ha terminado el pacto de confianza que basaba la acción del Gobierno". Sin embargo, el mandatario se ha encontrado con una piedra en el camino: Mattarella no ha aceptado la dimisión y le ha encargado presentarse ante el Parlamento para dar explicaciones y verificar si sigue contando con una mayoría para gobernar.

La tensión desatada en el Gobierno italiano desde hace unas semanas ha alcanzado su punto más elevado en la mañana de este jueves, cuando los senadores del M5S salieron de la Cámara Alta para no votar la moción relativa a un decreto con ayudas por valor de 26.000 millones de euros para paliar los efectos de la inflación, retirando su apoyo al jefe del Gobierno. El 'espaldarazo' que les desmarca del resto de socios de la coalición de unidad nacional que Draghi encabeza desde febrero de 2021, ha puesto en un aprieto al mandatario, que si bien ha superado la moción de confianza con 172 votos a favor y 39 en contra, dejaba tocada la alianza. 

El 'decreto de ayudas' de julio ha sido el responsable del desencuentro definitivo en el Gobierno italiano. Entre el paquete de medidas económicas se encontraba un bono único de 200 euros para empleados, jubilados y perceptores de la renta de ciudadanía, destinada a poder formarse y buscar trabajo de manera temporal, que cobrarían en el mes de julio para hacer frente a la inflación. El decreto también incluye la prórroga hasta el tercer trimestre de 2022 del bono social de la luz y gas para hogares de menores rentas, con un límite de 12.000 euros al año. Además, fija un precio máximo de 60 euros para los bonos de transporte público, local, regional e interregional y los servicios de transporte ferroviario nacional, para las personas con unos ingresos inferiores a los 35.000 euros anuales. A esto se añaden otras iniciativas impulsadas con anterioridad como la rebaja en 25 céntimos de los impuestos especiales en el precio de gasolina y gasóleo. 

La crisis por estas medidas se produce en un contexto internacional complicado, marcado por los elevados precios y la amenaza de un corte de suministro por parte de Rusia que desembocaría en una crisis energética más aguda y llevaría al Viejo Continente a la recesión. Desde ENI, la energética controlada en un 30% por el Estado italiano lleva semanas avisando del recorte del suministro por parte de Gazprom. Este lunes ya avisó de que el Kremlin ha reducido en un tercio el nivel de suministro habitual, pasando de los 32 millones de metros cúbicos a los 21 millones. En estas circunstancias, la compañía buscó a toda costa la manera de reforzar sus lazos con la argelina Sonatrach como sustituto al gas ruso con la firma de un acuerdo para reforzar las relaciones bilaterales y, de paso, elevar sus exportaciones al país transalpino. La idea de Draghi pasaba porque Argelia enviará gas a Alemania a través de Italia, sin embargo, en el momento de dicho acuerdo ya avisaron de que no serían capaces de atender esa demanda. Escenario que puede cambiar tras el descubrimiento de los nuevos yacimientos de gas. 

Draghi ya había avisado de que no gobernaría sin el M5S, pese a que su salida de la coalición no impedía su continuidad al frente, pues seguía contando con el apoyo de una holgada mayoría parlamentaria. El último escollo entre Draghi y el líder del M5S, Giuseppe Conte, precisamente su predecesor en el cargo, ha sido un decreto con ayudas contra la inflación que el partido "anticasta" ve "insuficiente" y que critica por incluir medidas como la financiación de una incineradora de basuras para la ciudad de Roma. Pero antes habían mantenido notorios desencuentros, dados los recelos del M5S de seguir armando a la resistencia ucraniana. "En estos días por mi parte ha habido el máximo compromiso para seguir un camino común, incluso tratando de entender las exigencias que las fuerzas políticas me han avanzado. Como evidencia el debate y la votación en el Parlamento, ese esfuerzo ha sido insuficiente", lamentó el economista. 

Draghi se puso al frente del Ejecutivo en febrero de 2021 en plena crisis de la pandemia, tras la caída de Conte, con una coalición en la que estaban todos los partidos excepto los ultras Hermanos de Italia de Giorgia Meloni. "En mi discurso de investidura en el Parlamento siempre he dicho que este Gobierno debía seguir solo si tuviera clara la perspectiva de poder poner en marcha el programa de Gobierno que todas las fuerzas políticas habían votado", explicó. "Esta unidad ha sido fundamental para afrontar los retos de estos meses. Estas condiciones ya no existen", terminó Draghi ante sus ministros, a los que agradeció y animó a estar "orgullosos" por los objetivos logrados en "un momento tan difícil".

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