EEUU declara la guerra comercial a China: e impondrá 40.400 millones en aranceles

  • Con este medida, Donald Trump pretende contrarrestar el déficit comercial con el gigante asiático y limitará ciertas inversiones de Pekín. 
Donald Trump durante una reunión sobre economía y comercio
Donald Trump durante una reunión sobre economía y comercio

El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunciará este jueves aranceles y multas de hasta 50.000 millones de dólares (40.400 millones de euros) contra China para contrarrestar el déficit comercial con el gigante asiático, según informó hoy el diario The New York Times.

Las nuevas cargas afectarán a unas cien categorías de productos importados, desde zapatos y ropa a aparatos electrónicos, dijo el rotativo neoyorquino. Trump prevé firmar un memorando presidencial en el que también limitará ciertas inversiones de Pekín para contrarrestar su ambiciosa política industrial en sectores como la tecnología móvil y la inteligencia artificial.

La firma está prevista para las 12:30 hora local (16:30 GMT) en un salón de la Casa Blanca. De confirmarse mañana, estas serán las restricciones comerciales más duras impuestas por Trump a otro país e irán más allá de los polémicos aranceles globales al aluminio y al acero -que también afectan a Pekín-, que se calculan en 33.000 millones de dólares.

Funcionarios de la Casa Blanca acusaron hoy en una conferencia de prensa telefónica a Pekín de violar los compromisos que adquirió en su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001. Afirmaron, además, tener "pruebas muy sólidas" de que China hace uso de sus restricciones sobre la propiedad para obtener transferencias de tecnología de las empresas estadounidenses.

Estos nuevos aranceles confirman una de las promesas electorales de Donald Trump: el proteccionismo. Primero, al dar el gran paso de imponer aranceles sobre el acero y el aluminio "por necesidad", según el presidente estadounidense, a las que se sumarían estos nuevos aranceles para contrarrestar el déficit comercial. El país asiático ya había calificado de lamentables e ilógicas las primeras y había advertido que estudiaría medidas similares a modo de represalia, por lo que esta posibilidad habrá crecido tras la nueva imposición. 

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