EEUU detiene a 10 presuntos espías que trabajaban para Rusia

  • El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha desmantelado una presunta red de espionaje financiada por el Kremlin que tenía por objetivo reclutar fuentes políticas estadounidenses y recopilar información para el Gobierno ruso, según las autoridades estadounidenses. Por ahora, Rusia ha declinado hacer comentarios al respecto.
Agencias

En una supuesta trama que recuerda a las novelas de espías sobre la época de la Guerra Fría, las autoridades norteamericanas han presentado cargos de espionaje, conspiración y blanqueo de dinero contra once presuntos miembros de una presunta célula de espías por trabajar para el Gobierno ruso, diez de los cuales fueron detenidos el domingo en Boston, Nueva York, Nueva Jersey y Virginia.

El grupo, bautizado como 'Los Ilegales', fue formado por la agencia rusa de espionaje SVR y tenía como misión penetrar en Estados Unidos y asumir identidades falsas --que en algunos casos pertenecían a ciudadanos estadounidenses que ya habían fallecido--, según la acusación penal presentada por el Departamento de Justicia.

En algunos casos los miembros de esta red actuaban como matrimonios, según el diario The New York Times, y su objetivo era el de adaptarse en la sociedad estadounidense hasta que pudieran hacer contacto con personas que formaran parte o pudiesen infiltrarse en los círculos de decisión política de Estados Unidos.

El 'Programa de Ilegales', afirma el diario neoyorquino citando la denuncia emitida por el Departamento de Justicia, fue creado por el SVR no sólo en Estados Unidos sino también en otras naciones. Utilizando identidades falsas de ciudadanos o residentes legales en los países en los que eran enviados de misión, los 'ilegales' vivían, trabajan, tenían hijos e incluso estudiaban estudios de posgrado en universidades, todo ello financiado por el Gobierno ruso.

Cargos de espías

Según la acusación, los agentes se comunicaban con Moscú a través de diferentes técnicas como la tipografía --usaban una fuente encriptada que pasaba desapercibida a simple vista--, radiogramas --códigos por impulsos radiomagnéticos de onda corta--, o la instalación de redes inalámbricas de Internet en lugares públicos.

Hasta el momento los documentos judiciales no dejan claro si los diez detenidos, que llevaban más de una década viviendo en Estados Unidos, habrían conseguido transmitir información de inteligencia valiosa para el Kremlin. Sin embargo, una fuente del Departamento de Justicia citada por Reuters aseguró que esta red de espías no tenía el encargo de recabar información clasificada.

El caso es resultado de una investigación que ha involucrado durante varios años al FBI, a la Oficina del Fiscal del Distrito Sur de Nueva York y a la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia.

La ley estadounidense prohíbe ejercer como agentes de un gobierno extranjero en Estados Unidos sin una autorización previa del fiscal general, recordó el Departamento de Justicia en un comunicado.

Entre los detenidos figuran una periodista peruana y su esposo, así como otras ocho personas.

El cargo de conspiración por actuar como agente extranjero sin notificación ante el fiscal general de EE.UU. puede acarrear una pena máxima de cinco años de prisión, por otra parte los cargos por lavado de dinero pueden tener una pena máxima de 20 años de cárcel.

Rusia no sabe, no contesta

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Dimitri Medvédev, se reunieron la semana pasada en Washington para seguir reparando las relaciones entre ambas naciones. Una portavoz de la Embajada estadounidense en Washington ha señalado a la cadena CNN que desconocía el caso y que prefería esperar a obtener más información del Gobierno ruso antes de realizar declaraciones.

Dimitri Medvédev aún no se ha pronunciado al respecto, mientras que el Servicio de Espionaje Exterior (SEE) de Rusia ha declarado que no comentará la detención de las diez personas sospechosas de espionaje."Nosotros no comentamos esas informaciones", ha dicho a la agencia Interfax el jefe de la oficina de prensa del SEE, Serguéi Ivánov.

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