Los enemigos de Estados Unidos ya no estarán a salvo ni escondiéndose bajo tierra. En plena crisis económica, el Pentágono ha decidido invertir 32 millones de dólares en la fabricación de ocho bombas 'subterráneas', diseñadas específicamente para la nueva generación de bombarderos fantasma que podrían entrar en servicio el año que viene.
Cada uno de estos misiles gigantes, bautizados como 'Proyectiles de Penetración Masiva', pesa 13 toneladas y está diseñado para alcanzar objetivo que se encuentren enterrados a gran profundidad como bunkers o bases militares, según explicó el pasado martes el teniente coronel Jack Miller, portavoz del Pentágono.
Quizá el Estado Mayor estadounidense tuviera en mente las instalaciones subterráneas de los ejércitos de países como Irán o Corea del Norte cuando realizó el encargo a la compañía Boeing el pasado 2 de agosto.
La nueva arma tiene seis metros de longitud y será capaz de alcanzar un objetivo incluso a 60 metros de profundidad. Estos 'Proyectiles de Penetración Masiva' son hasta 20 veces más poderosos que sus predecesores, los BLU-109, que apenas pesaba 2,5 toneladas.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios