Estados Unidos quiere figurar entre los países que aplican la pena de muerte a nivel federal, después de dos décadas de suspensión. Así lo ha anticipado el fiscal general estadounidense, William Barr, quien asegura que retomar la pena capital en estas condiciones contribuirá a "traer justicia a las víctimas de los crímenes más horribles".
Barr ha asegurado que el Departamento de Justicia "respalda el estado de derecho y le debe debemos a las víctimas y sus familias llevar adelante la sentencia impuesta por nuestro sistema de justicia".
El fiscal ha transmitido su decisión al buró de prisiones y ha pedido a su director en funciones, Hugh Hurwitz, que programe las ejecuciones de cinco presos que fueron condenados a muerte por asesinato, y también por delitos de tortura y violación contra niños y ancianos, detalla la nota.
Hasta ahora se empleaba en los estados más conservadores
Las ejecuciones, que no se practican a nivel federal desde 2003, se llevarán a cabo entre diciembre de este año y enero de 2020, según el anuncio. El fiscal general remarcó que "bajo Gobiernos de ambos partidos, el Departamento de Justicia ha buscado la pena de muerte para los peores criminales, incluidos estos cinco asesinos, cada uno de los cuales fue condenado por un jurado tras un proceso completo y justo".
El Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte en 1976 y eso ha permitido a los estados más conservadores del sur de EE.UU., como Alabama y Misisipi, implementar este castigo. El Congreso de EE.UU. aprobó en 1988 una ley que permitía ejecutar a muerte a algunas de las personas condenadas por delitos de drogas.
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