El 60% de la población mundial carece de acceso al agua y saneamiento

  • La falta de acceso al agua potable, además, afecta a 2.100 millones de personas en el mundo y más de 1.800 millones de personas beben agua no potable
El 60% de la población mundial carece de acceso al agua y saneamiento
El 60% de la población mundial carece de acceso al agua y saneamiento

Un retrete en una vivienda evita el contagio y propagación de enfermedades a través de las heces; sin embargo, más de 4.500 millones de personas en el mundo (60% de la población) carecen de este tipo de instalaciones, y es por ello que este año el Día Mundial se centra en el tratamiento de aguas residuales.

La falta de acceso al agua potable, además, afecta a 2.100 millones de personas en el mundo y más de 1.800 millones de personas beben agua no potable que podría estar contaminada por heces, según datos de informes publicados por la OMS y Unicef.

Estas cifras agravan aún más la situación porque el 80 por ciento de las aguas residuales generadas por las personas vuelven al medioambiente sin recibir tratamiento alguno siendo uno de los factores de contagio de muchos enfermedades.

Por ello, la ONU ha fijado en el sexto lugar de la lista de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) el acceso al saneamiento, el reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su reutilización.

"El acceso al agua sacó de la pobreza al menos a cincuenta millones de personas en Latinoamérica", explicó en una entrevista con Efeverde el vicepresidente Corporativo de Desarrollo Social y Ambiental de la CAF-Banco de Desarrollo para América Latina, José Carrera, durante el Foro del Agua celebrado en Madrid.

La construcción de depósitos y embalses allí donde no había red pública facilitó la situación, según Carrera, más aún cuando debido al cambio climático muchas fuentes naturales se están "reduciendo o desapareciendo".

De ahí la necesidad de la puesta en marcha de proyectos para el tratamiento de excrementos humanos para que "sean depositados, transportados, tratados y eliminados de una manera segura y sostenible", según la ONU.

Sin embargo, "al menos 892 millones de personas defecan al aire libre y no tienen acceso a un aseo".

Un acceso al agua y saneamientos deficientes cuestan a los países en desarrollo unos 260.000 millones de dólares al año, es decir, el 1,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

India, con 1.335 millones de habitantes, es el país con mayor número de personas que defecan al aire libre, ya que más de 600 millones no disponen de retretes en sus viviendas, según la Fundación "We Are Water".

Por ello, el Gobierno indio puso en marcha en 2014 el programa "Clean India" (India limpia) para la limpieza de las calles en el país asiático, según un comunicado de la organización.

El pediatra del Hospital Clínico de Valladolid Joaquín Villagómez, en entrevista con Efeverde, ha explicado hoy que para "evitar el contagio de enfermedades es necesario lavarse las manos después de ir al baño".

Villagómez ha dicho que la "transmisión fecal oral de microorganismos se produce después de ir al baño", por ello, si una persona no se lava las manos puede contagiar a quienes tenga alrededor.

Eso es fundamental para "quienes manipulan alimentos, antes de tocarlos".

Además, es necesario "lavar frutas y verduras que están en el campo en contacto con la tierra o animales para evitar enfermedades", así como "cocer bien los alimentos para evitar bacterias o virus de la mayoría de gérmenes".

El médico ha explicado que entre las "afecciones más comunes por la falta de limpieza es la gastroenteritis", que en casos severos puede llevar a una persona a una deshidratación, pero "todo depende de la persona y del virus".

Las "infecciones gastrointestinales, que pueden ser muy variables, pueden transmitirse en eventos donde un individuo sea portador y lo transmita" por las manos.

Los niños pueden contagiarse la gastroenteritis por vía respiratoria, según el pediatra, sobre todo en invierno al permanecer en lugares cerrados.

Villagómez, que ha trabajado en zonas rurales de Ecuador, ha explicado que en países pobres "el contagio es muy probable y grande porque el agua se saca de pozos que en muchas ocasiones no distan mucho de pozos sépticos".

La gente bebe esa "agua porque la ve clara y transparente, pero no piensa que puede estar contaminada con virus y bacterias que llevan a gastroenteritis".

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