La mano que mece Europa

El adiós de Merkel: diez hechos hacen difícil olvidar a la mujer más poderosa

Cuando llegó al poder, la tasa de paro en Alemania era superior a la española: 11,1%. Fue cayendo año tras año, hasta quedar en el 3%. También obligó a Zapatero a aplicar el mayor recorte social de la democracia.

El adiós de Merkel: diez hechos hacen difícil olvidar a la mujer más poderosa
El adiós de Merkel: diez hechos hacen difícil olvidar a la mujer más poderosa
EFE

Ha sido durante 16 años la mujer más poderosa del mundo. Ángela Merkel (1954), canciller de Alemania, ganó las elecciones presidenciales en 2005 por su partido Unión Demócrata Cristiana (apoyada por el partido bávaro CSU, la Unión Social Cristiana). Ya no se presentará en las próximas generales del 26 de septiembre de este año. Los analistas hablan del "legado de Merkel". Pero más bien habría que hablar de "los recuerdos de Merkel". Algunos sorprendentes, otros admirables y otros duros. Estos son los diez hechos por los que será imposible olvidarla.

Redujo la tasa de paro a sus niveles más bajos

Cuando llegó al poder en 2005, la tasa de paro en Alemania era superior a la española: 11,1%. Fue cayendo año tras año, hasta quedar en el 3% en 2019. El año pasado, a pesar de la crisis, no llegó ni al 5%.

Sorteó la crisis de 2008 apoyando a las empresas

En 2009 se vivió el peor impacto de la crisis financiera de 2008. El paro no llegó al 8% gracias a que el Estado puso en marcha un sistema de ayudas parecido al ERTE por el cual pagaba parte de los salarios de los trabajadores para evitar que fueran despedidos. Alemania fue uno de los países que mejor resistió aquella crisis.

Ha logrado una economía con superávit

Desde el 2014 hasta el 2019 la economía alemana ha tenido superávit. Es la cuarta economía más poderosa del mundo, y una de las más innovadoras. El superávit por cuenta corriente en 2019 fue de 219.000 millones de dólares, el mayor del mundo. Su industria de automóviles es la más competitiva del mundo, y la tercera más poderosa. “Estamos orgullosos de nuestros coches”, ha dicho Merkel en varias ocasiones.

Obligó a España a hacer recortes sociales

En abril de 2010 España estaba casi en bancarrota. La bolsa se estaba hundiendo y la deuda española estaba al nivel de bono basura. Merkel habló con Rodríguez Zapatero, y le sugirió que pidiera un rescate y que recortase los gastos. España podría ser expulsada del euro. El miércoles 12 de mayo, Zapatero anunció en el Congreso el mayor recorte social de la democracia: bajar un 5% el salario de los funcionarios, congelar las pensiones, eliminar el cheque bebé, recortar la ayuda al desarrollo y un mes después, presentar la reforma laboral con recortes a los trabajadores.

Mano dura con Grecia

El caso griego fue aún peor que el español. El país tuvo que ser rescatado con una serie de ayudas económicas que superaron los 300.000 euros. Los griegos, enfadados, votaron a la izquierda pensando que les iba a defender. Todo lo contrario: el partido Syriza de Tsipras tuvo que recortar las pensiones y los salarios para seguir recibiendo ayudas y para que no les expulsaran del euro. Las órdenes venían directamente de Alemania, de Ángela Merkel y de su ministro de Economía, Wolfgang Schäuble.

Abrió puertas a los refugiados de Siria

En enero de 2011 estalló la primavera árabe que se contagió de Túnez, a Egipto y a Siria. En este último país se desató una guerra que provocó millones de desplazados. Muchos atravesaron Europa y un millón fueron acogidos por Alemania, que se convirtió en un inmenso campo de refugiados. Merkel les envió un mensaje a los alemanes: “¡Podemos hacerlo!”. Para sorpresa de muchos, lo hicieron. Según un reportaje de la cadena alemana 'Deutsche Welle', la integración ha progresado bastante, aunque hay bolsas de escepticismo.

Sus lágrimas ante la pandemia

Los alemanes llamaban a Merkel “mutti”, que quiere decir “mami”. Esta mujer que es licenciada en Físicas y aparentemente de carácter sobrio y poco emocional, rompió a llorar en el Bundestag (Parlamento) cuando pidió a sus conciudadanos que no celebraran la Navidad de 2020 en familia porque la pandemia estaba haciendo estragos. ““Lo siento, lo siento desde el fondo de mi corazón, pero el precio que pagamos es de 590 muertos al día”, dijo entre sollozos. Pero las lágrimas no borran la gestión ante la pandemia: primero se permitió mucha libertad y se hicieron confinamientos débiles. El país ha tenido más de 3,7 millones de contagios y 90.000 muertos. Los alemanes no se esperaban esto de Merkel.

Una Alemania unida tranquilizadora

Alemania es el país más poderoso del Europa, y tras dos guerras mundiales, siempre existe el temor a ver cuál va a ser su papel, sobre todo después de la unión de las dos Alemanias en 1991. Pero Merkel ha logrado tranquilizar a todo el mundo. Se ha acuñado el verbo “merkeln” (merkelinizar) que es como “tranquilizar”. “Cuando estaba en su mejor momento, ‘merkeln’ llegó a significar la capacidad de gestionar la evolución de la Alemania unida de una manera que tranquilizaba a otros países sobre Alemania, y tranquilizaba a los alemanes sobre sí mismos. Ese es quizás su mayor legado”, afirmaba Daniel Hamilton del Wilson Center.

Deja un partido que hace aguas

Las encuestas para el próximo 26 de septiembre indican que el partido mejor posicionado es el de Los Verdes de Annalena Baerbock, con un 27% de la intención de voto. El partido de Merkel va por detrás con el 24%. ¿Qué ha pasado? En primer lugar, que el candidato elegido por el partido, Armin Laschet, es bastante gris y tiene poco carisma. En segundo lugar, la gestión de la pandemia (con 90.000 muertos) ha arruinado en gran parte el legado de Merkel. Y en tercer lugar, Los Verdes cada vez son más pragmáticos: han pasado de ser un partido de protestones con chanclas, a un partido que propone a las empresas eléctricas un plan sensato de descarbonización con ayudas del estado.

La mujer que pide diálogo

En las reuniones del G-7 y del G-20 ha sido una defensora de la globalización, de la cooperación y las ayudas al desarrollo. Su voz ha sido una de las más fuertes. También en Bruselas, Angela Merkel ha sido una de las voces más potentes en defensa diálogo y de los acuerdos para hacer una Europa más unida. Pero ha ido perdiendo fuerza. Su reciente propuesta, junto con Emmanuel Macron, el presidente de Francia, de abrir la vía de diálogo con Vladimir Putin, presidente de Rusia, fracasó pues no logró convencer al resto de la UE. Parece como si el final del mandato de Merkel, su poder se estuviera diluyendo porque todos piensan que dentro de tres meses ya no será la mujer más poderosa de Europa, y del mundo.

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