La vacante que dejará la francesa Christine Lagarde al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) podría ser ocupada por el canadiense Mark Carney, actual gobernador del Banco de Inglaterra(BOE), según fuentes cercanas al organismo.
Aunque Carney es canadiense de nacimiento, cuenta con pasaporte británico e irlandés, algo que respetaría las más de siete décadas de europeos al frente de esta institución con sede en Washington. Aunque el BOE evitó comentar su nombre, Mark Carney es claramente un candidato calificado. Los ministros del área de finanzas de la Unión Europea se reunirán a comienzos de la próxima semana, y de este encuentro podría salir un solo nombre.
A sus 54 años, el historial de Carney es difícil de superar. Ha gobernado los bancos centrales del Reino Unido y Canadá, colaboró activamente en establecer regulaciones para las finanzas mundiales, trabajó en el gobierno canadiense, logró un doctorado en economía de la Universidad de Oxford y estuvo durante más de una década en Goldman Sachs.
La experiencia de Carney podría resultar determinante, dado que el FMI cambia de manos en un momento en que la economía mundial registra su mayor debilitamiento en una década y se ve cada vez más amenazada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Esta semana, el gobernador del BOE advirtió sobre los riesgos de una "desaceleración generalizada" que pueda requerir una respuesta política importante.
No es el único candidato
George Osborne, ministro de Economía y Hacienda del Reino Unido durante el mandato de David Cameron, entre 2010 y 2016, también desea ocupar el puesto que deja vacante la francesa Christine Lagarde, según ha informado el diario 'Financial Times'.
Según el diario, Osborne habría comentado entre sus amistades lo "fascinante" del cargo en un momento de grandes retos para las instituciones internacionales en un contexto que requiere de un "hábil comunicador político y no de un tecnócrata".
Osborne, quien recientemente se posicionó a favor de Boris Johnson en las aspiraciones de este como primer ministro del Reino Unido, fue el primero en respaldar la candidatura de Lagarde al FMI en 2011, aunque el rotativo apunta las potenciales dificultades del exministro británico para ganarse el apoyo de la zona euro ante lo que se consideró una actitud de poca ayuda por parte del británico durante la crisis de la región entre 2011 y 2012.
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