'El Capea' y Bolivar por la Puerta Grande en la última corrida de la Feria del Sol en Mérida

Mérida (Venezuela), 24 feb (EFE).- Él diestro español Pedro Gutiérrez Moya "El Capea" cortó dos orejas y rabo, el colombiano Luis Bolivar dos apéndices y el venezolano Cesar Vanegas cortó un trofeo en la sexta y última corrida de la Feria del Sol, celebrada hoy en la ciudad andina de Mérida, cerrando con broche de oro el llamado carnaval taurino de América.

Se lidiaron 6 toros de la ganadería colombiana de San Sebastián de las Palmas, bien presentados y bravos, que cumplieron en los tres tercios, permitiendo lucimiento de los toreros.

Ficha del festejo:

Cesar Vanegas, palmas y oreja.

Luis Bolivar, oreja y oreja.

Pedro Gutiérrez Moya "El Capea", vuelta al ruedo con fuerte petición de orejas, y dos orejas y rabo.

La plaza registró unas 11.000 personas.

El Capea y Bolivar fueron sacados a hombros al terminar la corrida.

Vanegas estuvo aseado y valiente en su primero, realizó emotivo trasteo que no remató con los aceros; al cuarto lo recibió con largos de rodilla y lances, intercalando chicuelinas en los medios, clavó tres pares de banderillas que aplaudieron, faena encimista siendo atropellado cuando toreaba al natural, estocada arriba, oreja.

Bolivar lanceó con gusto a su primero y se ciñó en los medios con quite por chicuelinas, trasteo por ambos pitones con templada serie de naturales y derechazos, que pusieron al público en pie, lo mató de estocada hasta la cinta, oreja; al quinto lo paró con lacerados lances, lo llevó y lo quitó del caballo con maestría pletórica, faenas con varias series con la diestra y al natural, se adornó en redondo y circulares antes de matarlo de pinchazo y estocada, oreja.

"El Capea" saludó con un ramillete de verónicas y delantales a su primero, asentada faena al toro de su debut de esta plaza, con tandas cortas de naturales le dio al toro la lidiada que pedía, poniéndose muy cerca le sacó largos derechazos, con el público entregado lo mató por derecho de estocada casi entera, que lo tiró sin puntilla, fuerte petición de trofeos y bronca a la Presidencia por no concederlos.

Al que cerró plaza, el de más cuajo del encierro, lo paró jugando bien los brazos y estirándose veroniqueó hasta los medios, con toreros doblones comenzó un trasteo largo y poderoso con profundas tandas de naturales y derechazos por los dos pitones, con todo el público en pie pidiendo el indulto con insistencia que no concedieron desde el palco, se perfiló en corto y entrando por derecho dejó en la cruz estocada casi entera que lo hizo rodar sin puntilla, recibiendo los máximos trofeos.