El drama humano de Hugo Chávez

  • El presidente venezolano parece estar perdiendo la batalla contra el cáncer y ganado la comprensión de sus compatriotas que, sin estar a favor del marxismo implantando en el país, sienten compasión al ver a un hombre padeciendo una cruel enfermedad.
Chávez pide a Cristo "no me lleves todavía" porque aún le falta por hacer
Chávez pide a Cristo "no me lleves todavía" porque aún le falta por hacer
Rafael del Naranco / Caracas

Este sábado el presidente Hugo Chávez regresa nuevamente a Cuba a recibir la tercera dosis de radioterapia. Había retornado de la isla en la madrugada del jueves aterrizando en Barinas, la ciudad de sus ancestros.

Allí, en una misa, enlazando sus manos a las de sus padres, desnudó los sentimientos humanos más hondos, y dejando aflorar las lágrimas, imploró a Cristo crucificado más vida, aún a cuenta de los sufrimientos que el cáncer está sembrando en su cuerpo. La escena perturbó al país.

Fuera de las palabras acongojadas del primer mandatario demandando ayuda al cielo protector y un deterioro cada vez mayor en su rostro hinchado, oficialmente nada se sabe de su salud, al ser la enfermedad secreto de Estado. Rumores y comentarios velados son el incesante correveidile en Venezuela.

Esta semana el gobernante estuvo poco más de día y medio en Barinas al cuidado de su madre, mientras la familia más cercana, en particular las hijas mayores, Rosa Virginia y María Gabriela, siempre a su lado en Caracas y La Habana, sabrían que el estado del padre difícilmente sea reversible al ser grave la debilidad orgánica que padece.

Las fuentes indican - sin confirmar - que Chávez ya estaría siendo alimentado vía intravenosa, mientras los médicos vigilan permanentemente un posible paro cardiorrespiratorio.

En esta situación imprecisa, el doctor venezolano José Rafael Marquina, quien ha hecho seguimiento de la enfermedad en Estados Unidos, señaló que es tarde para el gobernante porque el tratamiento para combatir el cáncer ha sido "una cadena de errores"."El jueves santo - agregó - lo vimos mal emocionalmente; me preocupó la tristeza, el estado de ánimo, creo que necesita estar más tiempo con su familia".

En esta coyuntura, ayer el líder de la revolución tomó en sus manos las responsabilidades de gobierno nada más llegar a Caracas.

Al mediodía se comunicó con el presidente de Siria, Bashar Al-Assad, quien le glosó las reformas adelantadas sobre el cese al fuego unilateral.

Una vez más, Hugo Chávez denunció que Estados Unidos y sus aliados de Occidente continúan con un plan para generar caos y así derrocar a su amigo Al-Assad, utilizando "el terrorismo y la violencia".

No dejó de recordar el golpe del 11 de abril de 2002 contra su persona que, como otra situaciones difíciles, se encomendó a Cristo y salió victorioso.

"Antes de ver amanecer ese día aciago, dije: No, yo me entrego. ¿Quieren venir por mí? Aquí estoy. Y Jacinto Pérez Arcay, historiador y profesor de la Academia Militar, corrió a mi lado exclamando: Hijo, toma, y me dio un Jesús clavado en la cruz. Eso me salvó", señaló emocionado.

Chávez no duda haber salido de la intentona cívico militar gracia a su fe en la religión cristiana de sus padres. Lo mismo - no titubea al decirlo - habrá de suceder ahora con el rabiado carcinoma.

En estas circunstancias, la mayoría del pueblo venezolano – muchos antichavistas confesos - siente misericordia por el mandatario.

¿Inducirán el incidente en las elecciones del 7 de octubre?

El tema es ya de politólogos y estudiosos de la conducta humana.

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