El escudo del grupo de asalto recibió 27 disparos al entrar en la sala Bataclan

François Hollandeno quiso olvidar en su discurso en Versalles el agradecimiento a los miembros de loscuerpos policiales que, con verdadero olvido de su seguridad, accedieron a la Sala Bataclan de París en la noche del viernes, para intentar rescatar a los rehenes de los terroristas.

Hasta 27 impactos directos recibió el escudo táctico tras el que se alinearon los agentes de la Brigade de recherche et d'intervention (BRI) gala, que se jugaron el tipo cuando a las 22:15 horas del viernes decidieron asaltar la sala de conciertos, para sostener un enfrentamiento con los yihadistas suicidas, que se prolongó durante dos horas.

La tragedia que se desarrolló tras los muros del número 50 del boulevard Voltaire pudo ser aún mayor si los agentes no hubieran decidido jugarse el todo por el todo al rescate de sus compatriotas. Lo único que sabían es que en la sala había cientos de personas asistiendo a un concierto, y los escasos datos de los asaltantes que habían proporcionado miembros de una brigada policial contra el crimen, los primeros en llegar a la escena.

Cuando el Raid llegó a apoyar la intervención, un grupo de 18 hombres del BIS se pusieron en marcha avanzando en dos columnas, cada una subiendo por las escaleras parapetada tras un escudo blindado.

A las 23:15 los hombres de la BIS se encuentran ante puerta cerrada, detrás de la cual los dos hombres armados mantienen como rehenes a veinte espectadores. Los terroristas enviaron a uno de los rehenes a decir a los policías que "iban a decapitarlos, y tienen cinturones explosivos", según 20Minutes.

Los dos hombres intentaron ganar tiempo ofreciendo un número de teléfono, con el que habrían entablado conversación con un negociador del BIS. Pero no daba ningún fruto, por lo que a las 0:20, el prefecto de la Policía ordenó despejar la zona para lanzar el asalto.

Cuando el equipo de élite se hace cargo de la situación y penetra en la planta baja de Bataclan, en la sala reinaba el silencio solo interrumpido por el sonido de teléfonos móviles, el de las víctimas mortales y heridos graves que se encuentran en el lugar.

Finalmente, la policía abrió la última puerta que daba acceso a un estrecho corredor de unos diez metros, e inmediatamente los terroristas abrieron fuego, ocultos detrás de los rehenes.

Los hombres del BIS devuelven el fuego, en un intercambio que testimonio el estado en el que quedó el escudo de los agentes, con cerca de treinta impactos. El equipo de asalto lanzó media docena de granadas aturdidoras, lo que permitió alejar a los rehenes de los terroristas.

Poco después, viéndose perdidos, los dos yihadistas accionan sus chalecos suicidas. El asalto final duró tres largos minutos.