El Estado Islámico convierte las redes sociales en un arma de guerra

    • El grupo ha usado Twitter y Facebook de manera intensiva para extender el pánico.
    • Parte con una ventaja de la que nadie más dispone: ninguno de sus mensajes va a ser "demasiado extremista" para sus seguidores.
Estado Islámico convierte las redes sociales en un arma de guerra
Estado Islámico convierte las redes sociales en un arma de guerra

Ninguna organización terrorista ha explotado tanto las redes sociales como ha hecho Estado Islámico, quien "está tan ocupado promocionándose en Internet que parecen Justin Bieber", en palabras del experto en comunicación de la revista 'Foreign Policy', Clint Watts, al portal Mashable.

Desde el inicio de su ofensiva en Irak, el grupo ha usado Twitter y Facebook -y otras aplicaciones menos conocidas, como Diaspora- de manera intensiva para extender el pánico entre los usuarios musulmanes, humillar a los estadounidenses, reclutar nuevos simpatizantes y organizar en definitiva una máquina de propaganda de gran eficacia, en opinión de los analistas.

Este éxito se debe en buena medida al dominio que demuestran los yihadistas y sus simpatizantes sobre el lenguaje actual, juvenil, jocoso y referencial, que predomina en las redes sociales, lejos de las rígidas y ominosas declaraciones emitidas por grupos como los talibán o Al Qaeda.

A ello se suma que, con la llegada de combatientes extranjeros, el grupo finalmente ha puesto sus manos en las últimas tecnologías de comunicación, con cámaras de alta definición y programas de edición gracias a los cuales confiere a sus vídeos un efecto semiprofesional que incrementa exponencialmente el impacto de su mensaje, como se ha podido apreciar en la ejecución del periodista estadounidense James Foley.Más listos que Twitter

"Estado Islámico no es solo mucho más eficaz en el uso de las redes sociales que cualquier otro grupo extremista que haya visto. Francamente, lo hace mejor que otros grupos no extremistas", ha reconocido a Voice of America el analista J.M. Berger.

Un ejemplo de ello es la habilidad del grupo para saltarse los bloqueos de Twitter, lo que hace mediante la publicación de una aplicación personalizada, "Amanecer", para sus simpatizantes que impide a los responsables del microblog censurar todas las cuentas simultáneamente.

"Amanecer", que durante varias semanas estuvo disponible temporalmente en la tienda oficial de Google, Google Play, sirve para "estar a la última" de las noticias sobre la organización y su uso ha permitido que las menciones de Estado Islámico se multipliquen en Twitter --el pasado mes de febrero llegaban a 10.000 al día, frente a las de otros grupos como el Frente Al Nusra (la filial de Al Qaeda en Siria) que se quedaban en las 2.500--.

"Como estás atrayendo a gente real, los algoritmos que usa Twitter para detectar spam (publicidad automatizada) son inservibles. Lo único que Twitter puede hacer es eliminar los 'bots' (cuentas falsas). Todo lo demás es muy difícil de detectar", ha añadido Berger en este sentido.

Estado Islámico hace gala además de un amplio conocimiento de las corrientes de temas populares en Twitter, los llamados 'Trending topic'. A lo largo del mes pasado, la organización ha enlazado noticias con 'hashtags' (etiquetas) relacionadas con temas dispares como la muerte del actor Robin Williams o los disturbios en Ferguson para extender sus informaciones.

Más aún: Estado Islámico ha creado sus propias etiquetas provocadoras contra los usuarios estadounidenses, como #amessagefromISIStoUS ("un mensaje de ISIS a Estados Unidos"), quienes al responder no hacen sino expandir la presencia de la organización.

Y, finalmente, el grupo ha demostrado un conocimiento de la cultura occidental que ha traspasado el ámbito reservado a los usuarios de la región. Además de las menciones a acontecimientos globales, los simpatizantes de Estado Islámico referencian constantemente fenómenos de la cultura popular como el conocido videojuego Call of Duty, que usan como herramienta de reclutamiento.El fin es el pánico

Toda esta estrategia tiene un objetivo final:"aterrorizar a sus enemigos y derrotar al oponente sin disparar una sola bala a través de la creación de historias de horror sobre las actividades del grupo", según el analista Ali Hashem en 'Al Monitor'.

Además, Estado Islámico parte con una ventaja de la que nadie más dispone: ninguno de sus mensajes va a ser "demasiado extremista" para sus seguidores.

Por lo general, los grupos marginales, apunta el responsable de investigación del Consejo de Relaciones Exteriores, Emerson Brooking, han alienado a algunos seguidores con contenidos demasiado desviados de sus premisas iniciales. Tal cosa no va a suceder a Estado Islámico, que generará todavía más adeptos según vaya incrementando la brutalidad de sus mensajes.

"Lo que sucede es que sus mensajes apelan mucho a la emoción. Presentan escenas aberrantes acompañadas de una retórica potente", según el consejero delegado de la empresa de seguridad informática Invincia, Mike Daniels. "En este sentido, juegan con ventaja sobre los estados nación en Twitter, porque se dirigen a un nicho muy dedicado y sus mensajes calan más que cualquier llamamiento oficial a la paz y la estabilidad".

La decisión de Twitter de suspender toda cuenta que enlazara imágenes de la ejecución de James Foley fue uno de los primeros intentos de restringir la influencia de Estado Islámico en las redes. Previamente, el Gobierno iraquí había restringido el acceso a YouTube, Twitter y Facebook en todo el país. Su efecto queda por ver, dada la facilidad con la que los simpatizantes de Estado Islámico --muchos de ellos con amplios conocimientos en informática-- para crear cuentas nuevas y el uso de servidores internacionales para evadir los bloqueos.

Estado Islámico está acompañando, en definitiva, su expansión territorial con una agresiva campaña de propaganda que evoca los lanzamientos aéreos de panfletos de ejército invasores y usando de altavoz a la propia comunidad internacional que condena estas prácticas. "Todo esto a través de plataformas inexistentes hace una década. Es una extraña forma de mezclar tradición y medios del siglo XXI. Y están aquí para quedarse", concluyó Brooking.

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