Paradojas de la historia, Obama que conquistó al electorado en 2008 con la promesa de retirar las tropas de Irak, seis años después estudia la posibilidad de volver a enviarlas. Esta vez el enemigo es otro y su avance más visible y real que el de las armas de destrucción masiva que en 2003 empujaron al expresidente George W. Bush a atacar el país.
En los planes del presidente Barack Obama para su segundo mandato figuraban: el empleo, la inmigración y la cobertura sanitaria, sin embargo el avance del Estado Islámico, el pulso con Rusia y la expansión en el mar oriental de China han truncado sus planes. De la gestión de estos tres frentes dependerá el recuerdo que la historia otorgue al primer presidente afroamericano de EEUU.
Las señales de una posible ofensiva de Estados Unidos contra los yihadistas del Estado Islámico en Siria e Irak muestran un cambio en la política del gobierno de Barack Obama sobre las guerras en el exterior. Hace un año, Obama estuvo a punto de bombardear Siria, sin embargo el peso político que sufriría en un país cansado de las guerras le hizo dar marcha atrás. Ahora camina nuevamente al borde de esta posibilidad.
Pese a que EEUU sigue liderando el gasto militar mundial, su presupuesto se redujo en un 7,8 por ciento, debido al fin de la guerra en Irak y el comienzo de la retirada de tropas de Afganistán. La administración Obama modificó su estrategia y convirtió a los drones en su arma estrella, una guerra a control a control remoto que le permitió retirar sus tropas y llevar de vuelta a casa a decenas de miles de estadounidensesEn marzo se presentó el plan presupuestario que incluía recortes en el número de tropas en servicio y una reordenación del número de efectivos similar a números previos a la II Guerra Mundial, pero con más fuerzas tácticas especializadas.
Algunos analistas culpan a la rápida a la retirada de las tropas de Irak del avance de los yihadistas, al tiempo que advierten de que la retirada de las tropas de Afganistán podría también dar a los talibanes más poder para controlar las regiones remotas del país asiático.
Por otro lado, la relación entre Rusia y EEUU pasa por su peor momento desde la caída de la URSS. Ucrania está sirviendo para Putin y Obama escenifiquen su poder, su influencia y sus diferencias. El relato de las relaciones entre Putin y Obama desde el regreso del presidente de la Federación Rusa a la primera línea política ha sido la historia de un desencuentro. Un desencuentro que comenzó con el veto de Rusia a la condena multilateral a Siria. En junio de 2013 surgió un nuevo foco de tensión tras el aterrizaje de Edward Snowden en el aeropuerto de Moscú. El último de los desencuentros acaba de llegar tras la anexión unilateral de Crimea y con la acusación de Obama a Putin de haber violado la soberanía de Ucrania con la incursión de tropas en el Este del país. En el corazón de Europa se juegan la gran última batalla.
Parleramente, la presencia china en mar oriental, plantea a EEUU un nuevo desafío que añade Asia a lista de regiones en las que tiene que aumentar su presencia militar. Bruce Gagnon, coordinador de la Red Global Contra Armas y Energía Nuclear en el Espacio, en un artículo en el sitio web Global Research, asegura que el despliegue de sistemas antimisiles de EEUU Asia bajo el pretexto de la protección contra los lanzamientos de misiles desde Corea del Norte, en realidad tendría como objetivo asegurar un rápido ataque de EEUU contra China.
La falta de una política exterior clara está comenzando a impactar en la incipiente carrera para las presidenciales de 2016. Las elecciones estadounidenses habitualmente giran en torno a los asuntos domésticos, pero dada la agitación en todo el mundo, es seguro que la disputa sobre el papel de Estados Unidos en el exterior se abrirá camino en la campaña para elegir al sucesor de Obama.
En este contexto, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, posible candidata de los demócratas, ha señalado públicamente que Obama no hizo caso a su consejo de armar a los rebeldes moderados en Siria, una decisión que según algunso asesores podría haber frenado el Estado Islámico
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