El gimnasio donde se concentran los más corruptos de Israel

  • En el club Cybex, en el David's Citadel Hotel, conviven primeros ministros, ministros, propietarios de clubes nocturnos y restaurantes, detectives privados... todos ellos bajo investigación, en libertad bajo fianza o, en algún modo, relacionados con sumarios por corrupción.
Un cartel de "Se busca" de Ehud Olmert - EFE
Un cartel de "Se busca" de Ehud Olmert - EFE
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Matt Beynon Rees - GlobalPost

JERUSALÉN — Los jefes de todas las familias de la mafia de Nueva York se solían reunir cada miércoles por la noche en el Ravenite Social Club de Mulberry Street, en Little Italy. Si se quiere encontrar un símil en Israel, vale la pena visitar el gimnasio en el que me entreno.

El club Cybex, en el David's Citadel Hotel, tiene una bonita vista de los muros otomanos del casco antiguo de Jerusalén. También es el lugar a donde acude la élite de la abogacía, de los negocios y la política para sudar (bueno, se pasan tanto tiempo hablando como haciendo ejercicio). Cuando hago sentadillas, estoy literalmente rodeado de primeros ministros, ministros, propietarios de clubes nocturnos y restaurantes, detectives privados... todos ellos o bien bajo investigación, en libertad bajo fianza o de algún modo relacionados con sumarios por corrupción.

El último miembro del Cybex en acaparar titulares de prensa ha sido Uri Messer, arrestado esta semana por servir como intermediario en una supuesta red de sobornos. Una pata de esa supuesta red es otro antiguo miembro del Cybex, el ex primer ministro Ehud Olmert (el gerente solía abrir el gimnasio media hora antes de lo habitual por la mañana para que Olmert pudiese correr 10 kilómetros en una cinta antes de las 7.00).

El gimnasio es realmente instructivo, porque deja ver a Israel con cierta perspectiva. Lo que trasciende de Israel en las noticias lo coloca en un lugar tan central en la esfera de la política internacional que resulta fácil olvidarse de lo pequeño que es el país, no solo geográficamente, sino también socialmente. Quizás haya un gimnasio o un bar en algunos de los estados más pequeños de EE UU en donde se puedan ver concentrados prácticamente todos los peces gordos de la región. Pero a nivel nacional, no existe un lugar así.

Washington D.C. es demasiado grande.

En Israel hay solo un puñado de lugares que sirvan de nexo social a la élite, en donde se alimentan las influencias y conexiones para dominar una economía de 200.000 millones de dólares, y el club Cybex es uno de ellos.

Messer admitió hace un par de años que guardaba en una caja fuerte un fondo para sobornos de cientos de dólares en efectivo que era del entonces primer ministro Olmert, su amigo íntimo. Esta vez se le acusa de participar en un plan de sobornos para eludir las restricciones urbanísticas de Jerusalén.

Los magistrados del juicio por corrupción a Olmert están decidiendo actualmente cómo reorganizar las próximas vistas, a tenor de las nuevas evidencias contra Messer. El antiguo primer ministro tiene juicios abiertos por tres investigaciones por corrupción, y está acusado de fraude, falsificación de documentos y evasión de impuestos.

Desde mi ventana miro a lo lejos y veo el resultado de este nuevo escándalo de sobornos: el complejo Holyland, una extraña sucesión de apartamentos como del Lego, al lado de una torre de 15 pisos. Todos los comités y grupos de planificación de la ciudad rechazaron la idea, pero aún así salió adelante.

Ahora quizás sepamos por qué.

Bueno, los israelíes en realidad ya lo sabían. Saben cómo es su economía y cómo un grupo relativamente pequeño de hombres se las arregla para seguir teniendo los mayores beneficios. También saben que la construcción (impulsada por judíos estadounidenses y franceses ricos que compran con sus corazones, más que con la cabeza, una propiedad en Israel que tan solo ocupan un par de semanas al año) ha sido la fuente más fácil para conseguir esos beneficios... y una de las más propensas a la corrupción.

¿Cuán extendida está esa corrupción? Véase a otro implicado en la investigación en la que ha caído Messer: el antiguo ingeniero municipal de Jerusalén, Uri Sheetrit, que primero se oponía al proyecto de Holyland y que después se convirtió en uno de sus defensores. ¿Qué le hizo cambiar de opinión? La policía cree que lo sabe. De momoento ha estado en prisión preventiva una semana.

La verdad es que me di cuenta de todo esto mucho antes de que saliesen a la luz las acusaciones contra Messer. Se podría decir que verlo solo es cuestión de instinto una vez se observa cómo funciona el famoso gimnasio. Israel es un país en donde el sueldo medio es de 2.000 dólares al mes y un BMW cuesta 300.000 dólares. El aparcamiento del David's Citadel siempre está lleno de BMW, y simplemente asumí que parte de todo ese dinero tiene que tener un origen poco lícito. Además, no hay opciones de que los coches sean de banqueros (que aunque nos cuesta admitirlo, se ganan el dinero legalmente), porque el centro financiero de Israel es Tel Aviv.

Y entonces, un día, cuando estiraba los pectorales, mi entrenador personal ruso se puso a cotillear sobre los otros miembros del club que estaban en la sala en ese momento. Para no estar muy llena, la lista estaba repleta de figuras: "Ese es un detective privado; acaba de salir de la cárcel por chantajear a alguien. Ese es uno de los dos propietarios de la discoteca a la que voy los viernes; ha estado en la cárcel por evasión de impuestos. Ese de ahí es dueño de un restaurante, y todos sus socios están encarcelados también por evadir impuestos".

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