El hambre se convierte en la mejor arma de guerra para Sudán

  • El Gobierno del presidente Omar al Bashir Jartum sigueimpidiendo la llegada de ayuda alimentaria a su pueblo, con la excusa de que ésta podría ser desviada a los rebeldes. Mientras tanto, 500.000 personas están en riesgo de morir de hambre.
Mueren 150 soldados sudaneses en un ataque rebelde en Kordofán del Sur
Mueren 150 soldados sudaneses en un ataque rebelde en Kordofán del Sur
Chris Kelly y Jared Ferrie, Tess (Sudán) | GlobalPost

Estados Unidos y Naciones Unidas se esfuerzan por llevar alimentos a esta zona de conflicto donde se estima que 500.000 personas están en riesgo de morir de hambre.

Pero el Gobierno del presidente sudanés Omar al Bashir Jartum sigue interponiéndose, creando un callejón sin salida que puede ser mortal. Sudán está librando dos guerras: está bombardeando a los rebeldes en su propio estado de Kordofán del Sur y también está bombardeando partes del nuevo país, Sudán del Sur.

A pesar de que la guerra de poder se ha prolongado durante meses, los enfrentamientos directos entre los dos países, Sudán y la nueva nación, Sudán del Sur – estallaron el martes pasado, lo que hace aún más difícil planificar las entregas de ayuda alimentaria. La emergencia alimentaria es un ejemplo clásico de una población civil que sufre como resultado de la batalla entre un Gobierno y una fuerza rebelde.

La Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, condenó el pasado lunes los ataques de bombardeos de Sudán como "una fuerza desproporcionada".

El actor George Clooney advirtió la semana pasada de un desastre inminente para la población civil atrapada en el fuego cruzado. Clooney estaba tan alarmado después de visitar esta zona recientemente que protestó frente a la embajada de Sudán en Washington y fue arrestado.

Aquí, en Kordofán del Sur, los pueblos bombardeados y los campos erosionados muestran por qué la población rural no ha podido cultivar los campos.

La Liga Árabe, la Unión Africana y la ONU han instado a Bashir para que permita la entrega de suministros. Pero el régimen se ha negado hasta ahora, con el argumento de que la ayuda podría ser desviada a los rebeldes del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-Norte. El Gobierno sudanés parece decidido a continuar su campaña de bombardeos.

"Al final es muy eficaz", dice Tom Catena, un cirujano estadounidense que trabaja en Kordofán del Sur, sobre los bombardeos de Sudán en la zona. "Si quieres acabar con una población, es muy simple: bombardeas la zona donde se cultivan los alimentos, les persigues hasta las colinas, no pueden cultivar ningún alimento y no tienen manera de sostenerse a sí mismos. Cortas toda la ayuda humanitaria y lo único que les queda es morir de hambre".

Al parecer, el Gobierno de EEUU ha debatido la posibilidad de respaldar una operación para llevar ayuda a través de la frontera de Sudán del Sur sin el consentimiento del Gobierno de Jartum. A medida que la crisis arrecia, la Administración Obama se encuentra bajo una creciente presión para actuar, dijo en enero el enviado especial de Washington para Sudán, Princeton Lyman.

Pero muchos en la comunidad internacional se muestran reticentes a desafiar a Jartum, temiendo que esto provocase una reacción violenta del ya a menudo beligerante régimen de Bashir. Bashir ha sido acusado por el Tribunal Penal Internacional de las supuestas atrocidades cometidas contra la población civil de la región occidental sudanesa de Darfur.

"Sudán es un Estado soberano", declaró Valerie Amos, coordinadora de ayuda de emergencia de la ONU, en una reciente visita a Juba, Sudán del Sur. "Han dejado claro que van a ver todo tipo de operaciones transfronterizas como un acto hostil".

Sudán acusa a Sudán del Sur de armar a los rebeldes del SPLM-N, que luchó junto a los sureños durante la guerra civil de 20 años y que sigue librando una insurgencia de bajo nivel contra el Gobierno de Jartum.

"Ya tenemos una situación donde hay una enorme tensión y una falta de confianza y de credibilidad entre los dos países", dijo Amos. "Desde luego, no quisiera ver nada más que pudiera añadirse a eso".

Si la ayuda no puede ser transportada en camiones a Kordofan del Sur, a continuación una avalancha de refugiados sudaneses hambrientos podrían recalar en Sudán del Sur, lo que agravaría la escasez de alimentos que ya es masiva allí. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas predice que ya hay 4,7 millones de personas en Sudan del Sur que necesitan ayuda alimentaria en 2012.

Amos señaló que Sudán del Sur carece de carreteras en muchas áreas, y muchas de las que existen se vuelven intransitables cuando comienza en abril la temporada de lluvias, lo que hace más difícil conseguir alimentos para los refugiados y para otras comunidades que carecen de suficientes alimentos.

"Si no somos capaces de suministrar en la etapa previa, no vamos a ser capaces de llegar a esas personas una vez que lleguen las lluvias y la situación podría empeorar significativamente", destacó.

Mientras los gobiernos y las agencias discuten las posibles respuestas a la crisis humanitaria que se avecina, los hombres jóvenes de Kordofán del Sur se están uniendo a los rebeldes con el fin de luchar contra el régimen de Bashir, cuyos bombardeos han llevado a sus familias a los campamentos de refugiados o a cuevas de montaña.

Los rebeldes dicen que tienen ya 34.000 soldados, con otros 2.000 en formación básica y más de 10.000 a la espera de unirse.

Mientras se intensifica la lucha, en la que Sudán ataca a los rebeldes y bombardea Sudán del Sur, no hay una solución fácil para llevar alimentos a la gente hambrienta de Kordofán del Sur.

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