El milagro de las siamesas chinas

  • Se cree que la orden de salvarlas viene de las altas instancias del Gobierno chino. Al estar ingresadas en un hospital militar, poco se sabe sobre estas niñas que nacieron unidas por el cuerpo y comparten un corazón y medio. Aunque su situación es muy delicada, Xinxin y Qiaoqiao ya respiran por sí mismas.
Xinxin y Qiaoqiao comparten un corazón y medio, y aunque sus cuerpos están unidos, cada una tiene su médula.
Xinxin y Qiaoqiao comparten un corazón y medio, y aunque sus cuerpos están unidos, cada una tiene su médula.
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Kathleen E. McLaughlin, Chongqing (China) | GlobalPost

En un pasillo del hospital universitario militar Xinqiao, Liao Guojun se pasa los días deambulando y durmiendo en camas prestadas a la espera de noticias. Sus hijas están a unos metros de distancia, detrás de una puerta cerrada con llave al final del pasillo, pero las ve muy poco.

Las hijas de Liao, siamesas nacidas el 5 de mayo, descansan detrás de la puerta de la unidad de cuidados intensivos de neonatos del hospital. Las ventanas de la habitación han sido cubiertas con papel, para evitar la mirada de los curiosos que quieren ver a estos populares bebés chinos.

Las gemelas, que tienen dos cabezas pero comparten un sólo cuerpo, están aisladas no sólo de los curiosos, sino también de sus padres y familiares.

Su padre las puede ver unos minutos cada día, pero no las puede tocar. Su madre está a más de dos horas de distancia, recuperándose en el hospital donde tuvo el parto. Los parientes (abuelos, tías…) que han acudido a Xinqiao han visto a las niñas tan rápidamente que apenas pueden describirlas.

"No nos dan tiempo suficiente, todo es demasiado rápido. Cada día sólo tengo dos o tres minutos para ver a los bebés", se lamenta Liao. "Sólo puedo entrar un momento, echar un vistazo, y ya está. Están detrás de cristales, aisladas del exterior. Sólo puedo verlas, pero no tocarlas".

No está claro todavía por qué un hospital militar se ha hecho cargo de las gemelas, cubriendo sus gastos médicos y tomando todas las decisiones sobre cómo mantenerlas con vida. Los rumores que circulan por la sala de espera apuntan a que la orden de salvar a los bebés ha llegado desde las más altas instancias del gobierno de Chongqing, algunos dicen que incluso desde el propio secretario del Partido Comunista, Bo Xilai.

Pero esos rumores son imposibles de confirmar. El hospital no hace declaraciones a los medios extranjeros, y tan sólo ha concedido cortas entrevistas a periodistas chinos para dar los datos más básicos: que los bebés comparten un corazón y medio y dos médulas. Los médicos trabajan para determinar el tamaño y el estado de sus órganos, pero las niñas no podrán ser separadas sin poner en peligro la vida de una o de las dos. Su probabilidad de supervivencia es quizás de una entre cinco.

Por su parte, el padre de las siamesas no parece muy frustrado por su falta de acceso e información. El y su mujer, en gratitud por los cuidados recibidos por las niñas, las han llamado Xinxin y Qiaoqiao, en honor al hospital. Sin los cuidados médicos gratuitos y los consejos que les están dando, dicen que no sabrían qué hacer.

La pareja debería de estar celebrando el nacimiento de su primer hijo. Liang, de 29 años, y su mujer Bao Qiaoying, de 25, proceden de pequeñas ciudades agrícolas separadas por cientos de kilómetros. Se conocieron cuando trabajaban en fábricas cercanas en la provincia de Guangdong,él en una industria textil y ella en una rotativa.

En octubre, tras enterarse de que ella estaba embarazada, se casaron. Hace varias semanas regresaron a la ciudad natal de él, en la provincia de Sichuan, para vivir allí el parto.

Todo iba bien hasta que la pareja acudió a hacer un tercer ultrasonido antes del parto. Fue entonces cuando los médicos les dijeron que los bebés tenían dos cabezas y un sólo cuerpo. La pareja se quedó devastada. A partir de aquí la historia no está clara.

En el hospital local de Suining dijeron a la prensa china que la pareja pidió un aborto, pero que como ella comenzó a dilatar la operación no se pudo realizar. El padre de las niñas niega en cambio que hubiesen contemplado siquiera la posibilidad de un aborto, algo que es común y barato en China debido a su política de hijo único.

En cualquier caso, las gemelas nacieron vivas y ahora siguen creciendo.

Liao explica que ya pueden respirar parcialmente por si solas, sin oxígeno. No está claro aún cuál es el diagnóstico a largo plazo. Aunque sean capaces de superar sus desafíos físicos, la sociedad china suele apartar a niños y adultos con problemas mucho menos graves.

Un hombre y su mujer observan discretamente el circo mediático en torno a la familia de las gemelas y se dirigen a los periodistas para pedirles ayuda. Hace casi tres semanas, su vecino encontró un bebé de un mes abandonado en la escalera de su edificio de apartamentos. La pareja decidió que quería adoptar a esa niña, y comenzaron el proceso haciéndole un chequeo médico (la policía confirma estos datos). Entonces supieron que el bebé, que comparte habitación con las siamesas, morirá si no le hacen una operación de corazón.

El hospital no se ha hecho cargo de los gastos de este bebé, aunque el diagnóstico para este tipo de pacientes es bueno tras la operación. Pero no deja de ser uno de los miles de niñas que abandonan anualmente en China. El hospital la mantiene en cuidados intensivos, pero ya ha dicho a sus padres potenciales que tienen que pagar más de 7.000 euros para que hagan la operación. La pareja no tiene recursos suficientes, pero se han propuesto pedir el dinero donde haga falta para salvarlo.

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