¿El plan de Abe se frena? La economía de Japón rompe su mejor racha en 28 años

  • El producto interior bruto (PIB) de Japón retrocedió a ritmo anual en el período enero-marzo por primera vez tras ocho trimestres seguidos al alza. 
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe
EFE

La economía de Japón se contrajo un 0,6% interanual en el primer trimestre debido a la debilidad del consumo doméstico y de la inversión empresarial, lo que puso fin al ciclo expansivo más largo de la tercera potencia mundial en 28 años.

El producto interior bruto (PIB) de Japón retrocedió a ritmo anual en el período enero-marzo por primera vez tras ocho trimestres consecutivos al alza, según muestran los datos publicados hoy por la Oficina del Gabinete del país asiático.

Durante el primer trimestre del año, el PIB nipón se contrajo a su vez un 0,2% en comparación con el período octubre-diciembre de 2017. El retroceso de la economía nipona, más acusado que lo previsto por la mayoría de los analistas, contrasta con los datos del trimestre anterior, cuando el PIB creció un 1,6% interanual y un 0,4% intertrimestral, según los datos revisados del Gobierno.

Esta recaída llega cuando todo apuntaba a que el Ejecutivo nipón liderado por Shinzo Abe había logrado enderezar el rumbo económico del país tras décadas de estancamiento, con la ayuda de las agresivas medidas de flexibilización monetaria del banco central de Japón.

El consumo doméstico, que representa el 60 por ciento de la economía japonesa y cuya modesta recuperación había favorecido los recientes avances del PIB, se mantuvo plano en el primer trimestre del año tanto a ritmo anual como intertrimestral.

La estrategia 'Abenomics' 

El gasto de los hogares es una pieza clave dentro de la estrategia conocida como "Abenomics", que aspira a crear un "círculo virtuoso" de beneficios corporativos, incrementos salariales y subidas de precios para sacar a Japón de su prolongado letargo deflacionario.

Sin embargo, unas insuficientes subidas salariales y el encarecimiento de los alimentos frescos y de la energía en este período frenaron el consumo de los japoneses, a lo que se sumaron las fuertes nevadas registradas en gran parte del país en enero y febrero.

La inversión de capital corporativo, otro elemento de peso para la economía nipona, disminuyó un 0,3% interanual y permaneció sin cambios en relación a los tres meses precedentes, un reflejo de que las perspectivas de las empresas japonesas no son demasiado optimistas.

Las exportaciones avanzaron en cambio un 2,6% interanual y un 0,1% intertrimestral, lo que supone una ralentización respecto a trimestres anteriores.

El músculo exportador nipón fue uno de los principales promotores del crecimiento económico en los últimos trimestres, al verse beneficiado por un débil yen y una coyuntura global favorable, tal y como muestran los buenos resultados corporativos presentados recientemente por gigantes nipones como Toyota o Toshiba.

La inversión pública, por su parte, creció un 0,1 % respecto al año precedente pero se mantuvo plana en comparación con el último trimestre de 2017.

Los datos del PIB nipón representan una nueva mala noticia para el Gobierno del conservador Abe, que atraviesa su menor índice de popularidad desde que llegó al poder a finales de 2012 debido a su supuesta implicación en un escándalo de corrupción.

Los analistas creen que la contracción es temporal y apuntan a una recuperación en el trimestre en curso si se mantienen las antes citadas condiciones favorables para los grandes exportadores japoneses, aunque también advierten de que las fricciones comerciales con Estados Unidos podrían obstaculizar esta evolución.

El indicador de la economía nipona fue acogido con frialdad por los inversores de la Bolsa de Tokio, que cerró con un descenso del 0,44%.

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