El presidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, no ha aceptado su derrota en las pasadas elecciones presidenciales poniendo a su país al borde de una nueva guerra civil acompañada de un conflicto bélico con sus países vecinos.
Ha accedido a negociar, sin condiciones previas, una salida "pacífica" a la crisis política desatada tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, según la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que ayer le había dado un ultimátum antes de pasar a las armas.
Gbagbo también ha asegurado ante representantes políticos regionales que levantará el bloqueo que mantiene sobre las oficinas provisionales de su rival en los comicios (y ganador), el opositor Alassane Ouattara, a quien la comunidad internacional considera el legítimo vencedor, informa la cadena británica BBC.
Pero Ouattara ya ha rechazado la oferta de Gbagbo. Argumenta que no hay nada que negociar y que lo que debe hacer es abandonar el cargo para el que este opositor ha salido elegido democráticamente.
Ouattara permanece refugiado en un hotel de Abiyán custodiado por 'cascos azules' de la ONU, mientras líderes de la CEDEAO y de la Unión Africana tratan de negociar una solución que aleje los temores a una nueva guerra civil.
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