El revés electoral aboca a Merkel a luchar contra todos, incluidos sus socios

  • La derrota electoral de Angela Merkel en los comicios de Baja Sajonia aboca a la canciller alemana a luchar contra todos, incluidos sus socios, ante la evidencia de que su popularidad no le garantizará la reelección en los próximos comicios generales.

Gemma Casadevall

Berlín, 21 ene.- La derrota electoral de Angela Merkel en los comicios de Baja Sajonia aboca a la canciller alemana a luchar contra todos, incluidos sus socios, ante la evidencia de que su popularidad no le garantizará la reelección en los próximos comicios generales.

Fue una derrota "triste" y "amarga", admitió hoy la canciller, después de que su coalición perdiera ayer en ese estado federado ante la alianza socialdemócrata-verde, lo que deja a su Gobierno sin capacidad operativa en la cámara alta del Parlamento (Bundesrat), a merced de la oposición.

La diferencia entre la victoria o el fracaso se definió por un solo escaño, que finalmente se fue a la oposición tras horas de incertidumbre, ya que ambos bloques quedaron en empate técnico, con un 46 % de los apoyos.

Merkel advirtió a la oposición contra la "tentación" de usar su mayoría en la cámara alta -donde las filas gubernamentales controlarán ahora apenas 15 de los 60 votos existente- para el "bloqueo sistemático" de sus leyes en lo que queda de legislatura.

"La situación económica es frágil" y hay que seguir trabajando en "defensa de la solidez del mercado laboral" alemán, dijo Merkel, por lo que no cabe entrar en situación de precampaña permanente hasta la celebración de unos comicios previstos para septiembre.

Las advertencias de la canciller no se limitaron al bloque opositor, que en paralelo a su intervención lanzaba las campanas al vuelo en lo que se refiere a las opciones de un relevo en el poder, tras dos legislaturas con Merkel al frente de la Cancillería.

La jefa del Gobierno lanzó también un mensaje a sus socios en esta legislatura, el Partido Liberal (FDP), al asegurar que su Unión Cristianodemócrata (CDU) luchará por su propia victoria, no por la de los aliados.

"Va a ser una lucha por el Bundestag (cámara baja) en la que cada uno luchará por sus propios votos", afirmó la canciller, en alusión al trasvase de sufragios de sus filas hacia el FDP en las elecciones del domingo.

La CDU obtuvo ayer un 36 % de los votos, seis puntos y medio menos que en las regionales de 2008, mientras que el FDP logró un 9,9 %, la sorpresa de la jornada, puesto que los sondeos le auguraban, incluso, que se convertiría en extraparlamentario.

El líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel, sentenció que la victoria de su bloque, pese al empate, demuestra que "al final ganan los buenos" y explicó la "milagrosa recuperación liberal" en la "transfusión de votos" de la CDU al FDP.

El candidato para las elecciones generales de Los Verdes, Jürgen Trittin, usó un término menos clínico para referirse a la resurrección del agónico FDP y habló de "servicio de votos a domicilio".

Los liberales, por su parte, aparecían hoy tras la sorpresa de la víspera con una solución salomónica: el ministro de Economía y vicecanciller, Philipp Rösler, seguirá como líder del partido, pero la lucha por las generales correrá a cargo de Rainer Brüderle.

Con ello pretenden zanjar la persistente crisis en torno a Rösler, de escaso carisma, y enviar al frente electoral a un veterano que representa los buenos tiempos de una formación clásica que ha integrado 17 de los 22 gobiernos federales del país.

Merkel marcó claramente las distancias frente a un socio al que los sondeos sitúan, de cara a las generales, en porcentajes marginales -entre un 3 y un 4 % de los apoyos- y tras comprobar que contribuir a su saneamiento le sale caro a su formación.

El bloque opositor también dio muestras de haber escuchado al elector: Peer Steinbrück, ministro de Finanzas en la primera legislatura de Merkel y ahora aspirante del SPD a la cancillería, prometió la misma noche electoral "vigilar" más lo que dice.

Steinbrück dio mucho que hablar las pasadas semanas, al tachar de "escaso" el sueldo asignado a un canciller en Alemania (220.000 euros al año), lo que unido a sus cuantiosos extras como conferenciante no cuadra con el perfil de un socialdemócrata.

Mientras los dos bloques extraían conclusiones, los que quedaron sin escaños trataban de sacar fuerzas de flaqueza.

Los Piratas, que obtuvieron un 2,1 % de los votos, afirmaban que quedar fuera de Baja Sajonia no es el fin de mundo, por mucho que los analistas den por desarmada a esta formación de nuevo cuño defensora de la libertad en internet.

Sí se cuenta con que defienda sus escaños La Izquierda, lo que no implica que pueda contribuir a decantar un eventual empate, puesto que están descartados como socio por ambos bloques.

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