Una economía 'tocada' ya antes del virus

Tormenta perfecta en México: el contagio masivo amenaza a empresas españolas

El riesgo de contagio masivo en México amenaza a las empresas españolas. / EFE
El riesgo de contagio masivo en México amenaza a las empresas españolas. / EFE

China, Italia, España, EEUU, India… El castillo de naipes en que se está convirtiendo la crisis del Covid-19 está poniendo al límite la capacidad de los estados para dar una respuesta efectiva a la pandemia. México es el siguiente país en la lista, pero, a diferencia de otras naciones, su economía ya planteaba serios problemas antes de la llegada del coronavirus a nuestras vidas.

El PIB mexicano cayó un 0,1% en 2019, lo que supone el peor porcentaje en diez años. Su moneda se encuentra por los suelos, un dato que en circunstancias normales podría favorecer las exportaciones pero que ahora se convierte en una losa con la caída de la cadena de suministro en el mercado mundial y el cese de pedidos de otros países, principalmente de EEUU. Según el informe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAC), México será el octavo país más afectado en su economía por el coronavirus.

La segura caída en el consumo provocará un nivel de estancamiento y recesión inéditos en el país, algo que, unido al seguro varapalo al turismo y los precios del petróleo, reducirá a niveles mínimos los ingresos del Estado.

Ante este panorama, las agencias y bancos de inversión ya pronostican contracciones del PIB mexicano para 2020, que van desde el 4,5% para Bank of America Merrill Lynch a la más moderada del 1,5% de Moody’s Analytics. El empresariado extranjero comienza a ver con pesimismo la respuesta, o ausencia de ella, a la crisis realizada por el Gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador, AMLO como nombre 'artístico'.

Entre todas ellas, las compañías españolas son las más afectadas. No hay que olvidar que más de 6.000 empresas con capital español ejercen su actividad en el país, principalmente en diez estados, donde se concentra más del 70% de la IED española. Solo EEUU supera a España en inversión directa, alcanzando un porcentaje del 12,1% sobre el total, principalmente en los sectores de infraestructuras, turismo, telecomunicaciones y energía. En términos laborales, la inversión española ocupa directamente a más de un millón de trabajadores mexicanos.

En el campo del turismo, las principales cadenas hoteleras españolas están cerrando sus instalaciones en México. Riu Hotels & Resorts ya anunció el cierre paulatino y temporal de sus hoteles. El Grupo Iberostar, aplicando la suspensión temporal de la actividad laboral a escala global, está procediendo a realizar la misma operación, tanto en la Riviera Maya como en el resto del país, al igual que The Excelence Collection que cerrará todos sus hoteles en los próximos días.

En la construcción de infraestructuras estratégicas, los efectos de las medidas para paliar el contagio tendrán su impacto en gran parte de los planes en curso, como el del Proyecto Integral Morelos, que cuenta con la presencia de Abengoa, Elecnor y Enagas en la construcción de un gasoducto, una termoeléctrica y un acueducto. Un programa que está llamado a transformar la vida de más de 60 comunidades que viven en los estados de Morelo, Puebla y Tlaxcala. Su construcción acumula ya nueve años de realización, con una relación realmente inestable entre las autoridades mexicanas, las comunidades indígenas y las empresas españolas. Aspecto que se acentuará en cuanto el Gobierno mexicano restrinja parte de los movimientos de sus nacionales.

La caída en los precios del petróleo es otro de los factores que amenaza a la economía mexicana y que, por extensión, inquieta a las empresas españolas. Con el desplome del precio, Pemex, la petrolera mexicana, se ve directamente afectada debido a la dependencia directa del Gobierno del DF. Un Ejecutivo que obtiene ingentes ingresos a través de la compañía.

Repsol se encuentra en un proceso de expansión de su red de gasolineras en el país, con importantes proyectos en varios de departamentos mexicanos. Su objetivo es llegar a una capacidad de almacenamiento de 750.000 barriles y aspira a conseguir una cuota de mercado del 10%, superando las 1.000 estaciones de servicio en el plazo de cinco años. Todas estas perspectivas tendrán que ser reevaluadas, debido a que gran parte de los planes de inversión se verán congelados en espera de un nuevo programa de estímulos que se presente por parte de las autoridades mexicanas.

En un inicio, la llegada AMLO supuso un freno para las empresas españolas. La cancelación de algunos contratos operados por ellas, como el aeropuerto de Ciudad de México que iba a ser operado por Acciona, FCC y Sacyr entre otras, encendió los teléfonos de algunos despachos empresariales en Madrid. Sin embargo, otros gestos como la mejora de las relaciones con EEUU y la firma del acuerdo del TMEC, el tratado comercial con EEUU y Canadá, allanaron la apuesta de las empresas españolas por México.

Con la llegada del huracán Covid-19, los nubarrones populistas vuelven a aparecer en México. Basta recordar que hace tan solo una semana AMLO besaba y abrazaba a sus miles de seguidores, que le reciben con entusiasmo en su visita de fin de semana a cada Estado mexicano que visita. Instaba incluso a que todos los mexicanos lo hicieran… mientras pudieran.

Pese a las advertencias que, semana tras semana, institución tras institución, llegaban directamente al palacio presidencial, AMLO parecía optar por la hispana táctica de confiar en los ‘anticuerpos mexicanos frente a los virus chinos’, cometiendo el mismo error que muchos dirigentes internacionales, al despreciar los efectos del Covid-19 entre la población mexicana.

Andrés Manuel López Obrador
El riesgo de contagio masivo en México amenaza a las empresas españolas. / EFE

Las contramedidas económicas anunciadas hasta el momento tienen cierto símil con las españolas. Se ha decretado que tanto la banca pública como la privada concedan créditos a la población, que deberá quedarse próximamente en sus casas. Este será precisamente el teatro de operaciones de la batalla por librar. Será el lugar en el que “los mexicanos podamos curarnos y cuidarnos”, en una tácita alusión de AMLO a la insuficiencia hospitalaria que se avecina en el futuro próximo.

En cualquier caso, el complejo sistema asistencial mexicano va a verse sometido a un test de estrés a la europea, solo que con una diferencia notable. En México, el Estado social y asistencial es la familia, como el propio presidente recalca cada vez que tiene ocasión. La familia es la institución de seguridad social más importante, “esa gran fortaleza, algo que nos distingue con relación a otros países del mundo. Nosotros tenemos mucha fortaleza por la solidaridad, la fraternidad de nuestras familias”.

Por mucho que la familia pueda ejercer de barrera ante el virus, lo cierto es que ante esta avalancha de desafíos lo más probable es que al Gobierno mexicano no le quede otra que recurrir a las políticas contracíclicas a las que rehusó acudir en crisis anteriores.

Así lo señala el experto Jorge Andrés Castaneda Morales, quien además apuesta por financiarlas con la línea de crédito que tiene el Estado mexicano con el FMI ante la inestabilidad en el mercado de bonos. Una medida que analistas y agencias de rating esperan como agua de mayo, aunque la medida deba tomarse como tarde durante el mes de abril. Mientras tanto, a las empresas españolas solo les queda tirar de rancheras y esperar a que México “siga siendo el rey”, pero en este caso de nuestras inversiones en la región.

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