​Twitter, Facebook y Google

EEUU se prepara para la guerra electoral de las 'fake news' a un mes de las urnas

El líder del servicio de inteligencia interior estadounidense afirmó que tenía constancia del uso de desinformación dirigida a “degradar” la reputación de Joe Biden.

Donald Trump
Twitter, Facebook y Google atajarán las informaciones falsas ante las elecciones
EFE

Christopher Wray, el director del FBI, encendió las alarmas oficiales de inteligencia cuando el pasado 17 de septiembre desveló que Rusia se estaba entrometiendo en las elecciones norteamericanas del próximo mes de noviembre. El líder del servicio de inteligencia interior estadounidense afirmó que tenía constancia del uso de desinformación dirigida a "degradar" la reputación del demócrata Joe Biden y, a la par, "minar la confianza de los estadounidenses en el proceso electoral".

Pese a rectificaciones posteriores y amenazas de cese por parte de Donald Trump, lo cierto es que Wray puso voz a gran parte de los analistas internacionales que denuncian las evidencias de campañas de desinformación con origen en Rusia. La aparición de memes, blogs, cuentas y perfiles falsos, que surgen con el único objetivo de señalar la delicada salud e incluso la capacidad mental del candidato demócrata, es una constante en la actualidad norteamericana. Un aspecto que se ha multiplicado exponencialmente en las últimas semanas, a medida que se acerca la cita electoral. En este contexto, el director del FBI destacó los ataques actuales como "muy activos".

Stratfor, uno de los Think tanks geopolíticos más prestigiosos de los Estados Unidos, considera que el presidente ruso, Vladimir Putin, valora positivamente su interferencia en las elecciones de 2016 y, "a modo de retorno de la inversión", cree que el Kremlin ha ordenado a la inteligencia rusa que encuentre formas innovadoras de interrumpir y distorsionar las próximas elecciones americanas.

Según estas informaciones, la estrategia pasaría por amplificar sus campañas de influencia y desinformación a través de proxys ocultos, así como la utilización de medios pseudoficiales rusos para dar un barniz de veracidad a las informaciones que invaden las redes americanas. La temática de estos ataques versa sobre el cruel asesinato de George Floyd o las graves tensiones entre fuerzas policiales y la sociedad civil en ciudades como Portland, Minneapolis o Detroit, todos temas profusamente tratados por medios que no son solo rusos. En esta ecuación también aparecen iraníes y norcoreanos con el ánimo de mostrar una sociedad decadente y confrontada. Estos dos aspectos, esenciales en la estrategia de desinformación, también fueron utilizados por las unidades de 'fake news' creadas con motivo de las elecciones europeas o los sucesos acaecidos con motivo de las protestas por el 1-O del año pasado en España.

Las denuncias de los agentes del FBI ponen de manifiesto la fragilidad de las democracias occidentales. Las acciones no solo tienen el punto de mira sobre las redes sociales a través de memes o 'deep fakes'. Según estas informaciones, hackers procedentes de China, Irán y Rusia han lanzado numerosos ataques contra cuentas personales de asesores y colaboradores de los equipos de trabajo demócratas y republicanos. Según Stratfor, esta práctica reproduce, casi al milímetro, la táctica empleada durante las Mid-term, las elecciones que se celebran cada dos años y en las que se eligen los representantes de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Los ataques personales contra los congresistas se multiplicaron matemáticamente durante las semanas previas a la celebración de los comicios.

Una de las mayores preocupaciones de los analistas americanos se centra en el día de la votación. La Covid-19 puede suponer un acelerante perfecto para la repetición de las mismas. El sistema electoral americano, especialmente garantista en la mayor parte de los Estados, exige el registro previo del votante para ejercer su derecho. Este factor, junto a otros muchos de carácter burocrático, provoca que aproximadamente acudan al colegio electoral la mitad de los votantes que tienen derecho a sufragio. La introducción de la variable pandémica puede resultar totalmente contraproducente para conseguir un porcentaje aceptable de ciudadanos que acudan a las urnas, bien sea por miedo al contagio o por expresar su disconformidad con las medidas tomadas.

La derivada lógica será el aumento del voto por correo, algo que motivó un retraso de semanas en el recuento de las célebres votaciones de 2012 en el Estado de Florida. Las célebres papeletas mariposa en forma de libro dirimieron los resultados en favor del dúo Obama-Biden en el segundo mandato del 44º presidente de los Estados Unidos. Los analistas americanos no dudan de que, en caso de repetirse este caos, los "enemigos de la verdad" aprovechen la situación para poner en evidencia e incluso acabar con la legitimidad y reputación de la democracia estadounidense.

En esta ocasión, el director del FBI ha tratado de poner algo de calma y cordura al asunto. El 24 de septiembre, ante el Comité de Seguridad Nacional del Senado e intentando calmar a las masas que exigían su cabeza, Wray señaló que "los estadounidenses deben tener confianza en nuestro sistema de votación y nuestra infraestructura electoral. No vamos a tolerar la interferencia extranjera en nuestras elecciones".

El máximo directivo del FBI se refería a la actuación del Comando Cibernético (USCC) que, bajo el mando del Departamento de Defensa, tiene como misión dirigir la guerra electrónica, la información y el “ciberespacio” en operaciones autorizadas y dar las instrucciones necesarias para garantizar la libertad de acción y negar la misma a los adversarios de los Estados Unidos.

Sin embargo, la mayor cooperación y ayuda en la lucha de los americanos contra la desinformación y la influencia electoral la encuentran en las empresas privadas. Google y Twitter se comprometieron a comienzos de septiembre a combatir y bloquear las informaciones que aparecieran dentro de su red americana para evitar el nuevo "fraude electoral" que se avecinaba. Twitter afirmó que planeaba etiquetar y eliminar de una manera mucho más efectiva, de la que estaba ya realizando, los tweets relacionados con las elecciones y que sean "inexactos".

Por su parte, Google se centra en la influencia directa de los resultados que pudieran contener encuestas falsas sobre los votantes. Los de California han establecido mecanismos para filtrar más resultados en los algoritmos que permiten la función de autocompletar en el buscador. Google llegó incluso a asegurar que "la información incorrecta sobre el resultado de las elecciones no aparecería en las búsquedas".

Facebook, por su parte, ha pasado directamente a la acción. A comienzos de septiembre, la compañía de Mark Zuckerberg anunció el desmantelamiento de una red que formaba parte de una "operación de influencia rusa", vinculada con la Agencia de Investigación de Internet, también conocidos como "los troles de Ólguino", una organización próxima a Moscú y que ya en 2016 había sido acusada de interferir en las elecciones estadounidenses.

El contexto de división en EEUU, la situación de violencia en las calles y la desafección con la clase política y el sistema capitalista son el caldo de cultivo perfecto para la entrada de la desinformación en las vidas de los americanos. Los esfuerzos de Donald Trump por alejar a Rusia de cualquier acción que pueda implicar intervención en el sistema electoral americano son también notables. Su fijación con China, país al que culpa de todos los males económicos y políticos, entra en colisión con las múltiples evidencias que señalan a hackers con raices en Rusia como el origen de los ataques e interferencia en las elecciones del próximo 3 de noviembre.

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