Una situación inexplicable 

El retraso del recuento alimenta la idea de un fraude fabricado por el chavismo

La oposición venezolana interpreta como triunfo la abstención en las legislativas y prepara su propia consulta popular. 

Nicolás Maduro
El retraso del recuento alimenta la idea de un fraude fabricado por el chavismo. 
EFE

Con un inexplicable retraso, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Indira Alfonzo, anunció a las 1:30 de la mañana los resultados de las elecciones legislativas venezolanas. Se habían escrutado el 82% de los votos. La participación fue del 31%, y el ganador era el Gran Polo Patriótico, que engloba a los principales partidos chavistas, con el 67% de los votos. Poco después de este anuncio, se escucharon detonaciones de cohetes en los alrededores de CNE, en el centro de Caracas.

AD-Copei, otro de los partidos que se presentaron a estas elecciones, obtuvo el 17,95% de los votos, y el Partido Comunista de Venezuela, el 4,19%. A estas elecciones no se presentó la verdadera oposición conformada principalmente por Primero Justicia y Voluntad Popular, al considerar que no había garantías y que se iba a fraguar un enorme fraude.

Juan Guaidó, presidente interino y enemigo número 1 de Nicolás Maduro, daba por hecho en Twitter que la “dictadura” había fabricado los resultados. “Saben que está en jaque hasta su esquema de control social, muchos no cayeron en el chantaje y la mentira”. De hecho, a periodistas y analistas les sorprendía que, teniendo un sistema de recuento electrónico eficaz y rápido, el resultado se hubiera dilatado tanto tiempo.

“Tendrán los resultados a las 10 de la noche y nos iremos para casa”, decía con optimismo a las 18:30 horas un periodista de televisión que ha cubierto multitud de elecciones en Venezuela. Pero se equivocó. A las 11 de la noche todavía no había comparecido la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Indira Alfonzo, para rendir cuentas.

Algunos signos ya apuntaban pronto a que podría haber una notable abstención. El Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información había convocado a los periodistas a asistir al acto de votación del presidente Maduro a las seis de la mañana, y cuando los periodistas llegaron, se les retuvo hasta pasado el mediodía cuando el presidente fue a votar. “No pude ver los centros de votación”, decía un periodista con desolación.

Pero aunque hubiese podido, no habría visto mucho. Los colegios electorales cerraban a las seis de la tarde, y mucho antes existía la impresión general de que la asistencia había sido escasa. Preocupado por esta imagen, el gobierno anunció por la tarde que se ampliaba el horario hasta las siete, para dar tiempo a la gente para votar. Pero los centros electorales de la ciudad de Caracas seguían sin estar atestadas de gente.

En Petare, un barrio humilde y chavista de Caracas con más de un millón de habitantes, había votado una pequeña parte a las doce del mediodía. “Aquí están censadas 2.105 personas, y han votado 230”, decía René Chacón, coordinador del CNE en el colegio electoral situado en el colegio Dulce Nombre de Jesús. Eso representaba un 11%. Más arriba, en el centro electoral de la Fundación Jose Ángel Lamas había censadas 840 personas, y habían votado 148 personas, el 17%.

Las cifras en los centros electorales de los barrios de la oposición eran mucho menores al mediodía. Algunos periodistas mostraron en sus cuentas en Twitter las imágenes desoladas de los centros de votación en Caracas. Había más colas para echar gasolina que para votar.

Antes de que cerraran los colegios, los chavistas comenzaron a movilizarse sin rubor. Jorge Rodríguez, jefe del comando de Campaña Daríp Vivas, puso en marcha la Operación Remate para rascar votos como se pudiese. Según informó el canal público VTV, Rodríguez pidió a las organizaciones políticas del bloque unitario del Gran Polo Patriótico que garantizaran la movilización y traslado de quienes aún no hubieran votado, para que lo hicieran de manera efectiva y tranquila.

Durante el día, el chavismo habían instalado “puntos rojos” cerca de los colegios electorales. En esas carpas de color rojo, los votantes, una vez habían terminado de votar, se acercaban para enseñar el Carnet de la Patria, apuntarse a una lista y, en teoría, recibir un premio en forma de bono. El Carnet de la Patria es una tarjeta que sirve para recibir beneficios del gobierno.

Evo Morales y Rafael Correa 

Pasadas las 12 de la noche, los resultados seguían sin llegar a la sala de prensa del CNE, donde ya estaban sentados algunos “veedores” internacionales, que empezaron a deambular por la sala cansados y aburridos. Otros más populares como Evo Morales y Rafael Correa, ex presidentes de Bolivia y de Ecuador y aliados de Maduro, se hacían fotos con sus admiradores.

Extrañaba que no hubiesen datos manejables pues el ministro de Defensa, cuyos efectivos garantizaron la seguridad electoral a través del Comando Estratégico Operacional, había dicho que los datos estarían muy pronto gracias al sistema electrónico de votación implantado. “Estoy seguro de que los resultados estarán más rápido que en otros procesos gracias al nuevo sistema”, dijo Vladimir Padrino López. De hecho, como pudieron comprobar periodistas y veedores en los colegios electorales, el sistema de votación electrónica era ágil y eficiente.

Aprovechando la debacle, desde las seis de la tarde, Juan Guaidó, presidente encargado y el mayor enemigo de Maduro, ya proclamaba en Twitter que el 82% de los venezolanos había rechazado el fraude. La empresa Meganalisis mostraba en su cuenta en Twitter cálculos parecidos de abstención, lo cual ponía a los pies de los caballos toda la estrategia propagandística del gobierno en estos meses, pues a pesar de abusar de los medios públicos, desde la televisión hasta la prensa oficialista, para apoyar el mensaje de que los venezolanos iban a votar en una jornada histórica, el pueblo parecía haber dado la espalda al gobierno y a su partido, el PSUV.

Claro que, si la abstención había sido tan alta y las máquinas eran tan eficientes y rápidas, ¿qué estaba pasando en el CNE para que demorasen los datos? En las elecciones de 2017, Smartmatic, la empresa que realizaba el recuento, anunció que había una diferencia de un millón de votos entre sus registros y los datos anunciados por el CNE. Luego, la empresa anunció que se retiraba de Venezuela.

Juan Guaidó pondrá en marcha su propia consulta popular 

Este mismo lunes, Juan Guaidó pondrá en marcha su propia consulta popular, que consistirá en que los venezolanos podrán pedir unas claves por internet, y presentarse el sábado en centros distribuidos por el país para expresar su rechazo a estas elecciones legislativas y a Maduro.

Quien parecía no enterarse de la Operación Remate, los puntos rojos y el retraso en el recuento era el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Invitado por el gobierno de Maduro a estas elecciones, no hizo muchos comentarios a los periodistas sobre estos comicios. Prefirió hablar de las sanciones a Venezuela. “La diplomacia de la UE se basa en la solución pacífica de los conflictos, se basa en el respeto a los procedimientos y deseo que la UE haga una reflexión después de estas elecciones». Zapatero invitó a la UE a evaluar los efectos de las sanciones internacionales pues “es el mayor absurdo que se haya conocido en el derecho internacional”.

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