Emoción con Toots Thielemans y la fiesta que no pudo ser

  • Emoción con el legendario Toots Thielemans en la última jornada del Festival de Jazz de San Sebastián (norte), que la lluvia ha convertido en la fiesta que no pudo ser, pese a que Cyndi Lauper y Mavis Staples contaban con ingredientes suficientes para un brillante final.

Ana Burgueño

San Sebastián (España), 25 jul.- Emoción con el legendario Toots Thielemans en la última jornada del Festival de Jazz de San Sebastián (norte), que la lluvia ha convertido en la fiesta que no pudo ser, pese a que Cyndi Lauper y Mavis Staples contaban con ingredientes suficientes para un brillante final.

El casi nonagenario Toots Thielemans decía esta mañana al recoger el premio con el que el Festival ha reconocido su trayectoria que se compró su primera armónica siendo niño, pero que luego optó por la guitarra porque otros músicos le decían que eso era "un juguete".

No abandonó, sin embargo ese juego, que le llevó con el tiempo a tocar con los grandísimos nombres del jazz, de Charlie Parker y Bill Evans a Quincy Jones y Pat Metheny, y con figuras del pop como Billy Joel, Paul Simon y Nathalie Cole.

Es blanco y europeo, pero reivindica su alma afrobelga, y con todo el derecho porque sin él habría sido mucho más difícil que la armónica se hiciera un hueco en el jazz.

Un compendio de ese trabajo de años lo ha reunido hoy Thielemans en su concierto del Kursaal, donde ha hecho un repaso a una biografía musical que le ha llevado del jazz a la samba y del pop a las bandas sonoras, sin olvidar sus orígenes francobelgas.

Ha arrancado con el estándar "In Your Own Sweet Way" para encadenar luego "I Loves You Porgy" y "Summertime" de Gershwin.

El tributo a la música brasileña ha sido para Ivan Lins, su favorito, Antonio Carlos Jobim y Luis Eça. Ha recordado su relación con Paul Simon con "I Do It For Your Love" y ha homenajeado a John Lenon con "Imagine".

Su vinculación con el cine la ha plasmado en "Midnight Cowboy" y "Dat Mistige Rode Beest", esta última una película porno holandesa, como él mismo se ha encargado de aclarar.

Ha hecho sonar su armónica con un especial lirismo en "Autumn Leaves", y también en "Bluesette", su composición más famosa, y ha regalado unas de las versiones más impresionantemente hermosas que se puedan hacer de "Ne me quitte pas", de Jacques Brel.

Thielemans ha contado mucho al público, con un tono de pícara simpatía, pero también ha ofrecido una sesión de escucha atenta y recogida, el contrapunto a lo que esperaba después en el doble concierto de la plaza de la Trinidad.

Si ayer la audiencia soportó estoicamente bajo los chubasqueros la noche de lluvia a cambio de las fabulosas actuaciones de Avishai Cohen y Cassandra Wilson, los que hoy han sufrido el incesante aguacero para poder escuchar a Cyndi Lauper y Mavis Staples han rozado el heroísmo.

Lauper, la primera en actuar, se ha mojado solidariamente al bajar del escenario y mezclarse entre el público varias veces. La primera, con "She bop", uno de sus grandes éxitos, y luego con "Don't cry no more" y "Girls wanna have fun".

No ha parado, tampoco de dar ánimos, y sus fans han respondido. Han aplaudido cada uno de sus temas, también en los elegidos para su último álbum con el que ha dado el paso al blues.

"Shattered dreams" , "Early in the morning", "Down don't bother me" y "Crossroads" son algunos de los que ha cantado de ese "Memphis blues", aunque para los bises ha optado por lo más conocido: "What's going on", de Marvin Gaye, "Life", "Time after time" y "True colours".

Tras el descanso, la Trinidad quedó a mitad de aforo, con los más irreductibles esperando a una Mavis Staples que, pese a su torrente vocal y a sus ganas no ha podido evitar ir perdiendo adeptos.

Ha conseguido de todas formas arrancar palmas y algún baile, como en "We're gonna make it y "I belong to the band", todo un mérito porque a esas alturas del concierto no había quien no estuviera empapado hasta los huesos.

Staples ha tocado el gospel de refilón y ha recurrido al ritmo y la potencia vocal para levantar al público. Muchos se lo han agradecido hasta el final y han pedido más. Pero la cantante se había despedido con "I'll take you there" y con un ramo de rosas desapareció del escenario.

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