Primera potencia mundial

Las empresas de marihuana de EEUU  giran hacia Europa para ganar mercado

Las principales compañías que comercializan este producto con finalidad terapéutica no dejan de crecer en en Norteamérica a la vez que más estados la legalizan. Pero el Viejo Continente abre nuevas vías al alza.

Tilray es una de las grandes empresas que se dedican a la comercialización del cannabis.
Tilray es una de las grandes empresas que se dedican a la comercialización del cannabis.
Tilray

El efecto disruptivo de la pandemia está hundiendo negocios incapaces de sobrevivir al confinamiento. Pero también dispara otros, como el de la marihuana. La alta demanda de los consumidores hizo, por ejemplo, que las ventas legales de cannabis superarán ya el pasado verano a la que se distribuye en el mercado ilícito en Canadá. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca se ve como una victoria para una industria que además empieza a mirar a Europa para crecer.

De Canadá son Tilray y Aphria, dos de los nombres más conocidos en el negocio. Las dos cotizan en el Nasdaq y las dos deciden ahora combinar sus operaciones, para convertirse en la mayor compañía del mundo. La valoración de mercado combinada es de unos 4.800 millones de dólares y tuvieron juntas unas ventas de 874 millones en los últimos doce meses, más que las de Curaleaf y Canopy Growth. La nueva compañía conservará el nombre de Tilray, pero serán los inversores de Aphria los que controlarán casi dos terceras partes del capital cuando se complete esta fusión invertida.

Irwin Simon, el consejero delegado de la compañía de Ontario, explica que la alianza con su rival de la Columbia Británica, al otro extremo geográfico del continente, es necesaria para expandirse más allá de Canadá. Tilray está domiciliada en EE UU y cuenta con activos en el mercado internacional. La unión, además, les permite hacer frente juntas a la volatilidad en el sector del cáñamo. La operación dio aire caliente a otras compañías cotizadas, como Aurora Cannabis, Cronos Group, GW Pharmaceuticals y Sundail Growers. Es un negocio cada vez más sofisticado, tanto por los cultivos, los productos y la distribución.

EE UU es el líder indiscutible en ventas de marihuana, que además se aceleraron durante la pandemia gracias a las órdenes de confinamiento, los estímulos y a que en algunos estados se consideraron negocios esenciales. Se proyecta que este año ronden los 15.800 millones, un 30% más que en 2019. En estados como Illinois y Oregón, donde su consumo está regulado, las ventas baten récords cada mes. El público estadounidense está claramente a favor de la legalización, con el 68% de apoyo en las encuestas realizadas por Gallup. "Es una cuestión bipartita", señalan desde Marijuana Policy Project, "hasta los estados republicanos contrarios a las reformas están cambiando". Para los inversores, sin embargo, es un producto extraño porque las reglas de juego no están aún claras y los continuos movimientos.

El acuerdo con Aphria, sin embargo, reforzaría la idea de que el cannabis es un sector en un proceso de rápida evolución gracias a que más estados están en proceso de legalizar su consumo en EE UU y a que Europa está más abierta a su uso medicinal. La nueva compañía busca, de hecho, oportunidades de crecimiento en países como Alemania. Tilray, por su parte, cuenta con un centro de producción en Portugal. 

La marihuana como negocio legal es imparable. En las elecciones presidenciales en EE UU, cuatro estados incluyeron en la papeleta iniciativas para permitir el consumo entre adultos. Uno de ellos era Nueva Jersey. Pasó sin problema. Se estima que las ventas lícitas de productos a base de cannabis pueden llegar a 400 millones en el primer año en ese estado y de ahí subir a los 950 millones en 2024. Y en una economía castigada por el coronavirus y con las arcas públicas sufriendo por la caída de los ingresos fiscales, legalizar la marihuana se ve como una gran idea. Los otros estados que aprobaron la medida fueron Arizona, Dakota del Sur y Montana. Misisipi lo hizo también aunque limitado a uso medicinal. El consumo de cannabis es legal en 15 estados y se elevan a 38 para fines terapéuticos. 

Nueva York, que ya permite el uso medicinal, se dispone a hacerlo en 2021, ahora con el aliciente de que le generará unos 300 millones anuales en ingresos fiscales. Pensilvania, Connecticut y Nuevo México también avanzan hacia la legalización total. Los pasos a nivel local para descriminalizar el consumo de marihuana y legalizarlo está generando, a su vez, un debate en el Congreso para que se regule a nivel federal. El atractivo de inversión, por tanto, es fácil de ver. Las ventas de cannabis a escala global rondaron los 15.000 millones en 2019, un 46% más que en el ejercicio precedente por el impulso de EE UU. La proyección es que lleguen a 34.000 millones en 2025. Pero el negocio sigue estando sujeto a múltiples restricciones legislativas que lastran su crecimiento y no parece que vaya a haber muchos avances.

Y si el consumo de marihuana llegara a regularse a nivel federal en EE UU, estos actores pioneros en el negocio verán como se les sumarán otras empresas de consumo en las categorías de la alimentación, bebidas y el tabaco para pegar bocado al mercado. Aphria ya está en proceso de comprar la cervecera estadounidense Sweetwater Brewing mientras que Tilray tiene una alianza con Anheuser-Busch InBev. La nueva compañía combinará estos activos para producir bebidas que contengan el ingrediente activo del cannabis. Canopy Growth, por su parte, tiene un acuerdo de distribución con Constelation Brand. Pero las compañías canadienses tienen prohibido operar como empresas en EE UU y los obstáculos en las transacciones financieras les impiden de momento beneficiarse del proceso de legalización en los estados.

En la práctica, estas compañías pueden acceder a fondos de inversores institucionales o bancos para financiar sus operaciones. Los productores, por su parte, no pueden comerciar entre estados. Tampoco se pueden beneficiar como otros negocios normales de beneficios fiscales. La victoria demócrata podría facilitar la adopción de leyes en el Congreso de EE UU que permitan remediar estos problemas. La clave, en todo caso, está en el Senado y la capacidad que tenga el republicano Mitch McConnell de bloquear cualquier iniciativa que permita legalizar las transacciones financieras por parte de firmas dedicadas a la marihuana. La National Cannabis Association, el grupo que representa los intereses de la industria, señala que eso permitirá seguir el trazo del efectivo con fines fiscales y crear empleo.

Mostrar comentarios