En China será obligatorio visitar frecuentemente a los padres

  • Los legisladores chinos han propuesto que sea obligatoria la visita frecuente de los hijos a sus padres. El Gobierno de ese país ha impulsado campañas para animar a los jóvenes a visitar a sus familias. Algunos analistas creen que la medida es adecuada, porque la economía se ha puesto sobre las prácticas tradicionales y es necesario promover la armonía social.
Chinos: va visitar a sus padres
Chinos: va visitar a sus padres
lainformacion.com
Justin Calderon, Shanghai (China) | Global Post

La joven regresa de la universidad y se encuentra a su familia reunida, con ojos llorosos.

"Os he echado mucho de menos", les dice y abraza a su madre. Radiante de alegría, se dirige a su padre y le dice: "Ahora tenemos que ir a ver a tus padres".

Esta escena se pudo ver una y otra vez en pantallas de televisión distribuidas por el Metro de Shanghai durante el mes de enero, con el fin de impulsar el deseo del gobierno de que los jóvenes viajen a casa y visiten a sus padres, al menos durante el Año Nuevo chino, que en 2011 se celebró en febrero.

Pero si bien esta llamada de alerta para cumplir las obligaciones filiales alcanzó su momento culminante con motivo de las fiestas del año nuevo [una época en la que los jóvenes tradicionalmente vuelven a casa], se trata de una medida que el gobierno chino no parece estar dispuesto a dejar a merced de la conciencia de cada cual.

Mientras las autoridades luchan para combatir un creciente problema de envejecimiento de la población, los legisladores han propuesto una enmienda a la ley de 1996 que protege los derechos de los mayores, y que convertiría en obligatoria la visita "frecuente" de los hijos a sus ancianos padres (aunque ese "frecuente" todavía se tiene que definir).

La norma, planteada por el diputado Liu Qing Ning  y apoyada por otros 31 legisladores, estipula que los "responsables" de los ancianos (incluidos los hijos e hijas y quienes estén obligados por ley) tendrán que pagar sus gastos médicos y proveerles de los cuidados necesarios.

La propuesta se interpreta como una manera de intentar aliviar la carga del ya saturado sistema sanitario chino.

Muchos chinos nacidos bajo la política de "un hijo por familia" han emigrado a ciudades lejanas, dejando la carga del cuidado de sus ancianos padres al sistema sanitario.

En la cultura china, los hijos tienen la obligación de cuidar de sus padres, pero las presiones de la vida moderna están cambiando el respeto de ciertas tradiciones.

En torno a 155 millones de los 1.300 millones de habitantes que tiene China son mayores de 65 años. Y se cree que la cifra aumentará a 260 millones en 2020, según algunas proyecciones.

Amy Sommers, una abogada que lleva 17 años trabajando en temas relacionados con la legislación china, cree que estas enmiendas que se plantean "son un reflejo de la presión de las oportunidades económicas y los cambios sociales, que están pasando factura a la ya débil red de servicios sociales de China".

 "Ahora hay mucha gente itinerante. Por eso no resulta extraño que se considere necesario especificar que los 'responsables' tienen la obligación de estar en contacto con sus padres ancianos", apunta.

Guan Ling, de 25 años, dejó su ciudad natal de Harbin hace tres años para buscar trabajo en Shanghái. Ahora, su trabajo en un centro de exhibiciones comerciales la tiene tan ocupada que sólo puede regresar a casa por algo más de una semana durante el Año Nuevo. Le parece suficiente.

"Los hijos que siempre vuelven a casa nunca avanzan", asegura. Los trabajadores jóvenes en China tienen que "elegir entre familia y carrera", añade.

La opción de volver a equilibrar a la deformada sociedad china aplicando unas leyes familiares draconianas, que fueron la que engendraron el problema, ha abierto un amplio debate en foros digitales, tanto en el propio país como en el extranjero.

No es que en la sociedad actual haya una falta de amor filial, dice la profesora Wang Ping, de la Universidad de Tecnología Zhejiang. Lo que ocurre es "que el cambio de los valores sociales ha colocado a la economía por encima de las prácticas tradicionales". 

"Cada vez hay más y más gente joven que ven la devoción filial desde un punto de vista materialista. Visitan a sus padres durante las vacaciones, les dan algo de dinero y regalos, y eso es todo. Pero eso no es lo que necesitan los padres", se lamenta.

El confucionismo, que resalta el equilibrio de las relaciones entre los jóvenes y los ancianos, está experimentando un resurgimiento entre los altos estamentos del gobierno chino. El Partido Comunista está de hecho impulsando las obligaciones de la sociedad con sus ancianos como parte de su plan de "armonía social".

Pese a su ambición profesional, Guang Ling dice que está dispuesta a seguir las recomendaciones del gobierno.

Si la nueva ley "logra promover la armonía social, todo el mundo será más feliz", reconoce.

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