En Irán se impone el "arte de la resistencia"

  • El régimen de Mahmud Ahmadineyad mantiene a raya a los opositores que en 2009 protagonizaran las primeras protestas árabes con su "Movimiento Verde". En Irán la solución a esta represión no pasa por el ciberactivismo sino por la expresión artística.
La policía toma Teherán en previsión de protestas durante la fiesta del fuego
La policía toma Teherán en previsión de protestas durante la fiesta del fuego
Jason Rezaian, Teherán (Irán) | GlobalPost

Cuando comenzaron a surgir los movimientos de protesta en Oriente Medio y el norte de África en torno al cambio de año, muchos observadores políticos señalaron rápidamente que el elemento catalizador habían sido las manifestaciones tras las elecciones presidenciales de 2009 en Irán.

Pero si bien el Movimiento Verde de Irán ha inspirado realmente la llamada "Primavera Árabe" (que comenzó en Túnez, floreció en Egipto y ahora se acerca al calor del verano en Libia, Siria, Yemen, Bahréin y demás), a quienes apoyaron las reformas quizás no les esté yendo tan bien.

Los recientes intentos para revivir el movimiento de protesta en las calles de Teherán todavía no han tenido un éxito tangible. Los observadores en la zona dicen que esto puede deberse en gran parte al debilitamiento de la sociedad civil iraní, que ha acallado las voces disidentes.

Tras meses de acciones gubernamentales para silenciar a opositores de todo signo, varios miles de iraníes han huido de lo que consideran un entorno hostil para expresar sus aspiraciones a un verdadero cambio en su sociedad. Este éxodo incluye a un importante número de destacados artistas iraníes, muchos de los cuales están utilizando su recién recuperada libertad para criticar al régimen desde el extranjero.

Entre estas voces de la diáspora hay cineastas, escritores, músicos y artistas visuales que expresan su oposición a la república islámica, y a quienes portavoces del gobierno de Ahmadineyad han intentado restar importancia.Pero, ¿y los creadores que se han quedado allí?

"Creo que algunos artistas que abandonaron el país [tras las manifestaciones de 2009] porque aseguraban que sus vidas 'estaban en peligro' a lo mejor tenían un trabajo demasiado influenciado por los acontecimientos sociales y políticos recientes y actuaron conscientemente para enfadar a las autoridades y utilizaron esto como una excusa para huir y emigrar", opina la comisaria de exposiciones residente en la capital iraní, Simin Dehghani.

"A lo que he llegado ahora, después de todo lo que ha pasado aquí, es a organizar exposiciones e intentar promocionar a artistas jóvenes todo lo que pueda, especialmente arte creativo que no ves en las subastas. No se trata solo de [mostrar a] una chica con un chador", apunta Dehghani.

En los casi dos años transcurridos desde las elecciones presidenciales de junio de 2009 los creadores dicen que se han limitado los permisos para producir arte, bien sea música, fotografía o pintura. En Irán los artistas tienen que solicitar oficialmente un permiso del Ministerio de Cultura Islámica para trabajar profesionalmente.

Muchos han optado por ignorar estas restricciones, y crean y exhiben sus trabajos de forma clandestina.Pese a estos esfuerzos oficiales por controlar la libertad de expresión, el arte florece en Irán, y parte del mismo apunta sus críticas hacia el gobierno y las autoridades religiosas. Este tipo de oposición también se expresa utilizando a menudo la ironía hacia el estamento clerical.

Los artistas a menudo tienen que ingeniárselas para permanecer dentro de los límites de la ley y de las restricciones gubernamentales y poder crear un tipo de trabajo que en realidad intenta socavar precisamente esas normas.

Otros simplemente crean arte como si esas restricciones no existiesen, por lo que suelen sufrir el peor castigo para un artista: se les prohíbe exhibir sus trabajos.

Newsha Tavakolian no pudo dedicarse a la canción, porque no era una carrera abierta a las mujeres en la República Islámica de Irán. "¿Cómo puede alguien decir que las mujeres no pueden cantar? Es como decir a un médico que no puede operar. Es necesario en un sociedad, así que nos estamos perdiendo algo. Y la gente se ha olvidado de ello. Se ha convertido en algo normal para ellos", se queja.

Tavakolian decidió hace ya veinte años dedicarse a la fotografía, ya que nunca podría ser una cantante y se ha convertido en uno de los fotógrafos más renombrados del país, cubriendo guerras y ahora la vida de los iraníes.

Me tenía que vestir como un payaso solo para salir a pasear.
Tener una habitación para encontrarme segura en esta jodida ciudad.
No podía correr, no podía esconderme, no podía remediarlo.
Tenía que evitar hablar sobre cómo me sentía.

Estos son los versos de la iraní Maral Afsharian, que canta en inglés y es una buena muestra de la música "underground" de Teherán. Ella sí ha encontrado un hueco, aunque difícil, para hacer oir sus letras.

Sea cual sea el modo que los artistas iraníes eligen para interactuar con las estructuras de poder en el país, no hay duda de que están produciendo piezas que hace tan sólo unos años serían inimaginables, y en ese sentido están desafiando los límites de lo que es y no es aceptable dentro de un sistema a menudo rígido. También están redefiniendo las fronteras para futuras generaciones.

Esta nueva oleada de artistas iraníes está ayudando a documentar, tanto para generaciones actuales como futuras, un periodo de transformación muy importante en Irán. Llamémoslo "Arte de la resistencia".

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