En Israel algunos empiezan a gritar: ¡Negros fuera!

  • Varios políticos han recuperado el discurso de fronteras cerradas y han encendido el racismo en el país.
Una ONG israeli pide investigar a tres diputados por incitar al racismo contra los africanos
Una ONG israeli pide investigar a tres diputados por incitar al racismo contra los africanos

Los gritos eran básicamente unánimes: "Negros fuera", cuenta el periódico The Guardian. Después de que recientemente una manifestación anti inmigrantes derivase en actos racistas, los africanos tienen miedo en Israel.

Agrupados en tiendas de campaña bajo los árboles de jacaranda del parque Levinsky, aquellos que huyeron despavoridos del peligro en sus hogares vuelven a sentirse inseguros, describe el rotativo. Durante la manifestación, muchos saquearon y destrozaron sus pequeños hogares improvisados en el parque.

Unos 60.000 inmigrantes residen de manera irregular en Israel, la mitad de ellos africanos subsaharianos de Eritrea, Sudán y Sudán del Sur, llegados ilegalmente a través de la península egipcia del Sinaí.

En las últimas semanas, después de que varios medios difundiesen incidentes de violencia -violaciones, robos y atracos- protagonizados supuestamente por inmigrantes africanos sin permiso de residencia, varios políticos de derechas han recuperado el discurso de fronteras cerradas.

Pero la chispa que encendió todo es la detención de tres eritreos que supuestamenta habían violado a una adolescente judía cerca de un lugar frecuentado por población inmigrante.

La ONG israelí Paz Ahora ha pedido a la Fiscalía que investigue a tres diputados -Miri Regev, Mijail Ben Ari y Dani Danon- por haber incitado al odio con sus comentarios racistas "incitar a la violencia" con comentarios racistas sobre la culpa de los trabajadores extranjeros en los disturbios del sur de Tel Aviv, recoge la agencia EFE.

"Un cancer para la sociedad" y otros comentarios racistas de los políticos

Incluso, citan las palabras del ministro de Interior israelí, el ultraortodoxo Eli Yishai, quien llegó a asegurar públicamente que todos los inmigrantes africanos "sin excepción, deberían ser encarcelados" y deportados.

Además del comentario racista de un político del partido Likud, quien se refirió a los inmigrantes como "un cáncer".

Mientras tanto, los subsaharianos han sufrido ataques con cócteles molotov y piedras. Alguien se atrevió incluso a arrojar una bomba incendiaria al patio de una guardería.

En un testimonio recogido por The Guardian, Oscar Olivier, un africano de 45 años que huyó de Kinshasa hace 18, asegura sentirse sorprendido: "Nunca he visto nada como esto antes. Aunque podía pasar. Algunos políticos han estado orquestando esta violencia, la incitación y el odio, desde hace meses". Teme por su niña de 9 años que nació en Israel pero, como tantas otras, carece de derechos en el país.

Inmigrantes de Sudán, Eritrea, Congo, Nigeria y Somalia describen cómo escaparon de sus países de origen en busca de una nueva vida. Las tribus beduinas cobran tributo por pasarlos de contrabando a través de la frontera entre Israel y Egipto. Para caer de nuevo en el abismo.

Al llegar a la tierra prometida, a algunos sólo les espera la prisión, mientras los agentes consiguen identificarlos. A otros simplemente los envían al parque Levinski de Tel Aviv, que se ha convertido en una especie de campo de refugiados. Allí deambulan a su suerte con el único consuelo de sentirse unidos ante la adversidad.

Empleos miserables, hacinamiento o delincuencia son otras opciones. "Algunos tienen hambre y no pueden trabajar", lamenta Olivier.

Mostrar comentarios