Encañonada y detenida por comprar... una botella de agua

    • Un grupo de policías de paisano confundieron la inofensiva botella con un pack de seis latas de cerveza.

    • La joven, asustada, huyó en su coche atropellando levemente a dos agentes y fue acusada de asalto.

Imagen de archivo de una mujer esposada
Imagen de archivo de una mujer esposada

A Elizabeth Daly no se le olvidará en la vida la noche del pasado 11 de abril. A eso de las 22.15 horas de aquel día, Daly, estudiante de la Universidad de Virginia, se acercó junto a dos compañeras a una tienda cercana al campus para comprar un refrigerio con el que hacer más llevadera una larga noche de estudio.

Cuando salió del establecimiento bolsa en mano, media docena de personas salieron corriendo y gritando en dirección a las tres jóvenes, que se asustaron y se refugiaron en el interior de su vehículo. Daly encendió el motor mientras los extraños trataban de abrir las puertas y golpeaban las ventanas.

En un momento dado, una de esas personas saltó encima del capó con un arma en la mano y fue cuando la joven apretó a fondo el pedal del acelerador. El presunto asaltante cayó al suelo y las tres universitarias huyeron a toda velocidad.

Unas manzanas más allá, pararon el coche y llamaron a emergencias para denunciar el asalto y pedir la ayuda de la policía local de Charlottesville (EEUU). Al poco, un motorista de las fuerzas de seguridad llegó pero, en lugar de asistirlas, las escoltó a comisaría como sospechosas. Al llegar, Daly fue informada que estaba detenida por asalto a dos agentes de policía.

Los oficiales de guardia le explicaron que el grupo de personas que se aproximó a su vehículo en el parking de la tienda no era una banda callejera tratando de atracarles sino policías de paisano del grupo de control bebidas alcohólicas que pretendían hacer un registro.

Cinco años de cárcel

Según la versión oficial, uno de los agentes intuyó que la joven y sus amigas habían comprado un pack de seis cervezas a pesar de no contar con la edad permitida para adquirir y beber alcohol en Virginia.

Sin embargo, ya en comisaría se comprobó que el policía pecó de exceso de vista: Elizabeth Daly únicamente había comprado helado, una galleta de chocolate y una botella de agua. Al parecer fue la forma de esta botella la que pudo confundir al avispado detective.

A pesar de todo, la universitaria pasó la noche entre rejas y las autoridades presentaron cargos contra la joven por "asalto a dos agentes y huir de la policía", acusaciones que pueden conllevar una pena máxima de cinco años de cárcel y una multa de 2.500 dólares.

No se identificaron

En su declaración, Elizabeth Daly contaba cómo "varias personas sin uniforme y con una placa ilegible en la mano" se acercaron a ellas y sus compañeras, que corrieron a encerrarse en el coche temiendo un atraco. "En ese momento no sabía que estaba pasando", reconocía la estudiante.

Cuando encendió el motor, uno de los agentes de incógnito saltó sobre el capó del vehículo y encañonó a la conductora que, presa del pánico, y animada por sus amigas, aceleró para tratar de ponerse a salvo.

"Gritaban que no encendiera el coche, que no me moviera. Empezaron a golpear las ventanas y estábamos aterrorizadas", reconocía la joven en el informe de la investigación que se está llevando a cabo sobre el caso.

Tras leer la declaración de Daly, el fiscal de Charlottesville ha anunciado que no perseguirá de oficio a la joven estudiante. "No sería lo correcto", ha explicado al diario local 'The Daily Progress' Dave Chapman, que el pasado jueves pidió con éxito al tribunal del distrito que desestimase los cargos.

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