Carol Howart, una mujer de 65 años, sufrió una invasión en la parte trasera de su Mitsubishi Outlander después de visitar una reserva natural, según cuenta The Telegraph.
Un zumbido captó la atención de un guardaparques local. Fue éste el que avisó a Carol de que tenía una pequeña invasión en su vehículo. Más de 20.000 abejas estaban aferradas al coche y suponía un grave peligro tanto para ella como los transeúntes.
El guardabosques había visto prácticamente de todo pero no esto. "Nunca uno tan grande como éste”, explicaba. Moses decidió llamar a la brigada de apicultura de la zona para evitar que alguien eliminara de forma errónea la colonia de abejas.
Sin embargo al día siguiente las abejas volvieron. Algo inaudito. La reina seguía allí y miles de abejas volvieron a rescatarla. Los miembros de las colonias con frecuencia siguen a su reina si cambia de colmena.
Esta es la explicación que dan los especialistas, "la teoría que tiene más fuerza es que la abeja reina se sintió atraída por algo en el coche, quizá algo dulce, y se metió por el hueco del limpiaparabrisas trasero o por una bisagra”.
Moses especula que el brillante auto Mitsubishi podría haber parecido una buena opción de un nuevo hogar.
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