Erdogan planea construir 50 cárceles más porque los presos ya no caben

  • Hace un año Turquía tuvo que liberar a 30.000 presos para hacer sitio a los arrestados por su supuesta participación en el golpe militar.
Crece la resistencia a las presiones de Erdogan contra Internet y la prensa
Crece la resistencia a las presiones de Erdogan contra Internet y la prensa

Las detenciones masivas de supuestos golpistas o terroristas en Turquía tras la fallida asonada de julio de 2016 han saturado las prisiones y empeorado las condiciones de los presos, según denuncian asociaciones de derechos humanos. Los últimos datos del Ministerio de Justicia detallan que en Turquía hay 224.878 personas en la cárcel, de las que 85.105 están aún a la espera de juicio.

Esa cifra significa que la población reclusa en Turquía se ha disparado un 36% desde antes de la intentona golpista, y eso pese a que las autoridades liberaron hace un año a 30.000 presos para hacer sitio a los arrestados por su supuesta participación en el golpe militar.

A pesar de esa medida extraordinaria para aliviar la situación, las prisiones turcas están al 109 % de su capacidad.

La comisión parlamentaria de "seguimiento y evaluación de prisiones", liderada por el opositor Partido Socialdemócrata (CHP), ha alertado del deterioro de las condiciones de los presos: algunos tienen que dormir por turnos por falta de camas, se ha limitado el tiempo de duchas y el régimen de visitas.

"Tras el golpe de Estado, las violaciones de derechos humanos en las celdas se han convertido en una rutina. El Gobierno del AKP (el partido islamista en el poder) presenta estas violaciones como parte del castigo", explica Zeynep Altiok, diputada del CHP y miembro de la comisión.

"El anuncio de la construcción de 50 cárceles nuevas indica que la situación empeorará en el futuro. Cuando el AKP llegó al poder en el año 2002 el número de presos era de 59.000, ahora son más de 200.000", añade.

Tanto la asociación turca de derechos humanos IHD como Amnistía Internacional han presentado informes de casos de tortura en las cárceles turcas tras la asonada golpista, y alertan sobre la falta de mecanismos nacionales para vigilar si se cumplen los convenios de derechos humanos en las prisiones.

Las autoridades turcas también han ralentizado la autorización de visitas de observadores de la ONU y del Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa. Este último no pudo publicar su informe en 2017 ante los obstáculos puestos por Ankara.

Más de 85.000 presos a la espera de juicio

Altiok también alerta de que la mayoría de los 85.105 presos a la espera de juicio, de los cuáles 50.000 fueron detenidos tras el golpe, están en la cárcel por acusaciones políticas. "Los prisioneros políticos nunca se benefician de la libertad condicional. El Gobierno discrimina políticamente a los presos", denuncia la diputada opositora.

Muharrem Erbey, abogado y exdirector de IHD, también denuncia que la prisión preventiva a la espera de juicio se ha alargado varios meses, e incluso un año, desde que en julio de 2016 se impusiera el estado de emergencia en Turquía.

Es el caso de la periodista Nazli Ilicak, que lleva detenida más de 400 días a la espera de juicio;  o del periodista alemán de origen turco Deniz Yücel, en prisión desde hace 218 días; o de Selahattin Demirtas, diputado y copresidente del partido prokurdo HDP, en la cárcel desde hace 318 días.

Todos ellos están acusados de vínculos terroristas, principalmente con la guerrilla kurda del PKK o con la cofradía del predicador islamista Fetullah Gülen, antiguo aliado del Gobierno islamista y al que Ankara acusa de organizar el golpe de Estado.

"La situación ya era mala antes del fallido golpe, pero bajo el estado de Emergencia es peor. Un detenido puede esperar más de tres días hasta poder hablar con un abogado. Asimismo, los presos a la espera de juicio tienen un régimen mucho más estricto de visitas", comenta Erbey.

Las condiciones en las cárceles turcas han sido denunciadas también por los propios presos. Actualmente, unos 200 internos están en huelga de hambre para denunciar sus condiciones de reclusión, una protesta ante la que las autoridades aún no han reaccionado.

La tasa de suicidios en prisión también ha aumentado un 94% en los últimos cinco años, según datos del Ministerio de Justicia. En el año 2011 se registraron 34 suicidios, mientras que en el año 2016 llegaron a 66. Por otro lado, el aumento del número de presos ha provocado un incremento drástico de la presencia de niños en la cárceles turcas.

Según datos de la Asociación de presos Mayad, el número de niños menores de seis años que vive en las prisiones con sus madres ha aumentado un 20% en los últimos tres meses y ya alcanza los 700.

Mayad denuncia las condiciones de vida de estos pequeños, que tienen que compartir cama con sus madres, no tienen acceso a tutores y sufren problemas de nutrición y de socialización al no tener contacto con otros niños

Mostrar comentarios