España, a la cola de los países occidentales en gasto en Defensa

La lucha antiterrorista en Europa se encuentra fragmentada no sólo por las dificultades obvias de coordinar a casi una treintena de cuerpos policiales diferentes, sino también, por su disparidad presupuestaria.

Los recursos económicos destinados a este fin varían según el país que se trate, y coloca a España a la cola, si atendemos al gasto destinado a Defensa.

Según datos de la OTAN, nuestro país es uno de los que menos invierte en su seguridad en relación a su Producto Interior Bruto. De acuerdo a la estadística publicada también el año pasado, este gasto representa el 0'9% del PIB español-12.614 millones de dólares- y solo superado por Luxemburgo, con el 0'4%.

En 2014, los 28 países de la OTAN destinaron a su Defensa un total de 942.913 millones de dólares de los que el 69,3% correspondieron a EE.UU. (654.264 millones), seguido de Reino Unido, con 65.827 millones, Francia (52.006 millones), Alemania (46.102 millones) e Italia (24.448 millones).

El gasto medio en relación al PIB se situó en los 28 países en el 2,5%, aunque si extraemos a EE.UU. de esta estadística la cifra de los países europeos se sitúa en el 1,5% y Canadá en el 1%, alejados del 2% acordado como objetivo para 2024 en la Cumbre de Gales, donde los líderes atlánticos marcaron sus prioridades estratégicas para los próximos años.270 dólares por español

Según esta misma estadística, el gasto per cápita en Defensa de España se situó en 270 dólares, mientras que la media europea se sitúa en 449 dólares. Los británicos gastan 891 dólares y los franceses, 754 por ciudadano. En el caso de EEUU, esta cifra muy superior, con 1.917 dólares. Italia (364 dólares por habitante) y Portugal (279) se sitúan inmediatamente por encima de nuestro país, pero también por debajo de la media continental.

El contraste es evidente también en comparación con EEUU. Según una información reciente de The Washington Post, el gobierno de Obama dedicó a sus gastos de seguridad- lo que abarca desde el terrorismo, hasta el gasto en cárceles o inteligencia y cuerpos de seguridad- hasta 320.000 millones de dólares  en 2013. En Europa, esa misma partida fue de 250.200 millones. Y a repartir entre 28 países.

Ese mismo año, el gasto sólo para las agencias de inteligencia, 16, fue de 52 millones de dólares. Éstas, tremendamente reforzadas tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, emplean a más de 107.000 personas.La Comisión europea sólo maneja 2.400 millones de euros

El presupuesto directo que manejan las instituciones europeas para seguridad interior- sin tener en cuenta los presupuestos nacionales- es de apenas 2.400 millones de euros-datos de 2015- de aquí a los próximos cuatro años, y esa partida ha de dividirse en hasta 23 programas plurinacionales compartidos entre el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI) y el Fondo de Seguridad Interior (FSI), en la que se inscribe la lucha contra el terrorismo.

“La Comisión está adoptando medidas enérgicas para mejorar la gestión de la migración, fomentar la cooperación y hacer de Europa un lugar más seguro para nuestros ciudadanos frente a la delincuencia organizada y el terrorismo”, defendió en su aprobación el comisario de Migración, Asuntos de Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos.

Las pesimistas previsiones sobre posibles actos terroristas ha obligado a los países a reforzar en cambio sus presupuestos en materia de seguridad. El ejemplo es Francia, que ha convocado nuevas plazas de policía-hasta 5.000- e incrementado su dotación económica.

El gobierno francés anunció a mediados del año pasado, en plena amenaza terrorista, un aumento del presupuesto en Defensa hasta situarlo en 31.400 millones de euros anuales, así como el refuerzo de la vigilancia de seguridad en lugares sensibles, como los edificios de culto o la red de transporte público. El despliegue se calcula en 10.000 efectivos y ha obligado al país a un esfuerzo importante en materia económica.

El primer ministro, Manuel Valls, ya avanzó a finales del pasado año que Francis incumpliría los compromisos de reducción del déficit público precisamente por sus gastos añadidos en la lucha antiterrorista.