Se acabó la era Michelle Obama, llegó el momento de Melania Trump

  • Esta eslovena de 46 años es la nueva primera dama de Estados Unidos tras el triunfo en las urnas de su marido Donal Trump.

    Modelo de profesión y procedente de una familia con ideología comunista, Melania se mudó a EEUU para triunfar en las pasarelas neoyorkinas.

Se acabó la era Michelle Obama, llegó el momento de Melania Trump
Se acabó la era Michelle Obama, llegó el momento de Melania Trump
JM. Ávila
JM. Ávila

Donald Trump ha ganado las elecciones de los Estados Unidos. El multimillonario será durante los próximos cuatro años el hombre que dirigirá el rumbo de la mayor potencia mundial.

Barack Obama abandonará próximamente la Casa Blanca, lugar en el que ha vivido durante ocho años junto a sus dos hijas (Malia y Sasha), y su mujer Michelle.

La primera dama es uno de los cargos públicos que más marcan la trayectoria del presidente de EEUU, un papel que Michelle ha desarrollado a la perfección y que en ocasiones puede ser el anticipo de una futura candidatura presidencial, véase el caso de Hillary Clinton.

Ahora le toca el turno a Melania Trump, la espectacular esposa del nuevo presidente de Estados Unidos tiene 46 años y es de nacionalidad eslovena lo que la convierte en la única primera dama no nacida en Estados Unidos desde Louisa Adams, la esposa del presidente John Quincy Adams (1825-1829), que era británica.

Melania Knauss nació en un modesto pueblo llamado Novo Mesto (Eslovenia), mientras aún el país formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY). Sus padres, dos trabajadores de una empresa textil, compartían un pensamiento político bastante inclinado al Comunismo que se desarrollaba en su país.

Siendo una adolescente comenzó su carrera de modelaje en Milán y París, pero finalmente se mudó a Nueva York en 1996 para seguir ampliando horizontes profesionales. En 2005 contrajo matrimonio con el multimillonario Donald Trump tras conocerle por medio de la agencia de modelos que tiene el empresario y para la que Melania trabajaba. El noviazgo se hizo oficial en el programa de televisión que  tenía en 2004 Trump llamado 'The Apprentice', donde 16 empresarios competían por 250.000 dólares y un contrato para dirigir una de las empresas del magnate.

La boda donde ambos contrajeron nupcias fue una de las más caras de la historia, solo el vestido que usó Melania (confeccionado por la casa Dior) costó más de 70.000 dólares y estaba confeccionado con adornos de oro y piedras preciosas. La revista 'Vogue' sacó en una sesión fotográfica a Melania luciendo su vestido de novia días antes a su enlace, al que acudieron personalidades como Bill y Hillary Clinton.

Con la nacionalidad estadounidense en la mano Melania abandonó su carrera de modelo, y se limitó a ejercer de esposa bien situada junto a su marido y madre de Baron, el hijo que tienen en común con el empresario.

Discreta y correcta en cada una de sus apariciones públicas, la esposa del futuro presidente de Estados Unidos fue muy criticada cuando en la Convención Republicana de Cleveland pronunció un discurso que se asemejaba demasiado a uno que ya había realizado Michelle Obama.

Ahora le toca a ella ser la primera dama de Estados Unidos y parece que su línea va a ser muy diferente a la que siguió la señora Obama. No se espera que Melania haga grandes discursos ni se implique en temas de calado social, pero de lo que no hay duda es que automáticamente se acaba de convertir en una de las imágenes más codiciadas por las firmas de moda. El pasado martes, cuando ejerció su derecho al voto, apareció vestida con un abrigo de la firma Balmain  valorado en 12.000 euros.

'Mujer maniquí' o no la historia de Melania merece ser contada, y es que pese a los comentarios negativos que su marido ha hecho en repetidas ocasiones respecto a la inmigración no hay que olvidar que ella es también una extranjera en tierras americanas, asunto por el que ha sido atacada en multitud de ocasiones.

Melania responde que sus tramites de nacionalidad americana se realizaron respetando la legalidad, y que por ello no existe discrepancia con la idea de su marido y su procedencia.

La esposa de Trump puede convertirse en el bálsamo que suavice la imagen que la opinión pública tiene sobre su marido si logra rodearse de asesores adecuados y emplea adecuadamente sus armas personales.

El tiempo nos dirá en que lugar quedará Melania Tramp durante estos cuatro años de mandato a los que se enfrenta uno de los hombre más ricos y mediáticos del mundo.

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