El 20 de octubre de 2011 sobre las 16.00 hora peninsular española los rebeldes anunciaron al mundo que Muamar al Gadafi había muerto. Más tarde se supo que lo atraparon con vida, pero en medio de la confusión le ajusticiaron sin esperar más. Un año después, estas son las principales asignaturas pendientes en Libia:
Saif al Islam, el hijo supuestamente demócrata que defendió la sangre
Los libios insisten en no entregar al hijo de Muamar al Gadafi a La Haya, aunque no hay una acusación formal contra él en el país. Quieren ser ellos mismo quienes juzguen al vástago que se las dio de progresista de cara a Occidente durante años hasta que el pueblo se levantó en contra de su padre.
Entonces su discurso se tornó oscuro, amenazador, sangriento. "Nos batiremos hasta la última gota de sangre, sea cual sea el precio. Será peor que Irak o Yugoslavia", advirtió en un discurso televisado en febrero de 2011, al poco de estallar la revuelta. En 2004, había dicho que "la democracia es el futuro, tenemos que ir por delante de nuestra región".
Libia ha prometido un juicio justo, mientras la defensa de quien defendió hasta el final las actuaciones de su padre e instigó a civiles a tomar las armas no duda de que le colgarán en la horca. La Corte Penal Internacional le acusa de cometer crímenes de lesa humanidad durante las revueltas y posterior guerra civil en el país, pero reconoce que Libia tiene derecho a juzgarle, informa EFE. Además, la defensa de Saif al Islam cuenta con asesores de La Haya para garantizar sus derechos.
Mientras tanto, la mujer de Gadafi, Safiya; su hija Aisha y otros dos hijos permanecen –según las últimas informaciones sobre su paradero- refugiados en la vecina Argelia por "razones humanitarias".'Vuelta al redil' de milicianos descontrolados
La paz no es completa: algunas milicias gadafistas continúan luchando un año después de la muerte de su líder. Esta misma semana una milicia gubernamental de Misrata lanzó una ofensiva contra quienes ahora son los "rebeldes" en Bani Walid. Un habitante de esa ciudad aseguró a Efe quela ciudad no tenía luz y que la brigada oficialista lanzaba obuses indiscriminadamente. La misma fuente afirmó que se podían ver distintas columnas de humo por la ciudad, donde varias viviendas habían sido destruidas.
Pero el problema no acaba ahí: las armas proliferaron entre la población civil durante la guerra, el levantamiento requirió la formación de multitud de milicias para acabar con el régimen de Gadafi… pero después muchos milicianos continuaron vigilando las calles. Y la ONG Human Rights Watch ha denunciado que en sus manos siguen centros de detención de inmigrantes subsaharianos en los que no se respetan los derechos humanos.
Amnistía Internacional se ha sumado a esta denuncia recientemente. "Conocemos casos de personas secuestradas por milicias armadas, torturadas -a veces hasta morir-, sacadas de sus casas y asesinadas o heridas durante enfrentamientos armados, prácticas que deberían haber desaparecido con Gadafi, pero que continúan en un clima de impunidad", declaró la portavoz de AI para la zona, Hassiba Hadj Sahraoui Hadj.
"Cada día recibimos llamadas desesperadas de víctimas de abusos de los derechos de toda Libia que nos piden que intervengamos para protegerles".
Se ha producido avances significativo recientemente: el Parlamento libio ha constituido una comisión de derechos humanos y el Ejército asumió el control de dos milicias de Bengasi, el antiguo bastión del levantamiento. No era más que una de tantas actuaciones que pretenden llevar a cabo para tomar el control:
"Estamos disolviendo todos los grupos armados que no quedaron bajo la autoridad del Gobierno. También prohibimos el uso de la violencia y el porte de armas en espacios públicos. Además, es ilegal colocar puestos de control", anunció el presidente de la Asamblea Nacional libia, Mohamed Youcef Al Megaryef, el 23 de septiembre en declaraciones recogidas por Al Jazeera.¿Cómo organizar un Estado completamente desestructurado?
Muamar al Gadafi instauró la "República de las Masas" (Jamahiriya) y consiguió mantenerla durante 42 años. En su particular Mein Kampf llamado El Libro Verdeformuló afirmaciones como "el sistema de partidos es la dictadura contemporánea" o "redactar una constitución y someterla a referéndum de los presentes es ridículo".
Durante los enfrentamientos tuvo la osadía de afirmar que él no era presidente (formalmente no lo era). Sin embargo, no dudó al amenazar con ejecutar a quienes se manifestaban en su contra. Trató de presentarse como un ciudadano más de un Estado que durante cuatro décadas el Estado funcionó basado en un gobierno personalista, sin Constitución, con normas tribales según la región y sin estructura política.
La democracia "tardará años en establecerse, pero [Libia] tiene una virtud: tiene mucho petróleo. Siempre habrá gente que sea capaz de que eso se tranquilice y funcione y pagará para que el petróleo funcione", opinó el escritor Alberto Vázquez-Figueroa en una entrevista con lainformacion.com durante la revuelta.El tesoro del oro negro
"Su economía depende principalmente de los ingresos del sector petrolífero, que contribuye con aproximadamente un 95% a los ingresos por exportaciones,a una cuarta parte del PIB y al 60% de los salarios públicos", aseguraba la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con datos anteriores a la Primavera Árabe.
Esta riqueza atrae muchos intereses dentro y fuera de las fronteras libias, como en Repsol, que desde octubre de 2011 (el mismo mes en que murió el derrocado dictador Gadafi) vuelve a explotar sus plantas en el país.
Libia ingresó 30.400 millones de dólares gracias a la exportación de petróleo y gas en los primeros siete meses de 2012, según cifras de la Compañía Nacional de Petróleo (CNP).
La CNP había calculado unos ingresos totales para 2012 de 54.900 millones de dólares, como resultado de una producción de 1.350.000 barriles diarios a 100 dólares el barril, informaba EFE en septiembre. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha indicado que Libia ha tenido un crecimiento mayor del que esperaba.
Aún así, el oro negro no valdrá tanto como hasta ahora en los próximos años, según cálculos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) recogidos por Europa Press. ¿La culpa? La crisis financiera en Occidente y conflictos como el de Siria o Mali.Sin un gobierno para dirigir el país hasta un año después
El 7 de julio pasado Libia votó para construir un país desde cero. Ya entonces Haizam Amirah Fernández, investigador principal del mundo árabe en el Real Instituto Elcano, advirtió en esta web que un problema básico al que se enfrenta Libia es la falta de líderes claros, unos "líderes capaces, con una misión y voluntad de alcanzar acuerdos y compromisos y de encontrar terrenos de cooperación entre las distintas sensibilidad".
Hoy el país aún no tiene un Ejecutivo. Mustafá Abushagur había sido investido primer ministro, pero fue destituido el pasado 7 de octubre por el Congreso Nacional. No estaban de acuerdo con su propuesta de Gobierno con una representación mayoritaria del Partido Justicia y Construcción, vinculado a los Hermanos Musulmanes, informa Europa Press. Y es que el vencedor de las elecciones legislativas fue la Alianza de Fuerzas Nacionales.
La Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) se encarga de ayudar a las autoridades de ese país en la transición democrática y la construcción del Estado. El nuevo primer ministro libio elegido por los parlamentarios, Alí Zidan, se ha comprometido a formar un gobierno antes de que finalice el mes de noviembre.
Esto sumado al compromiso por controlar a milicianos que cometen abusos de derechos humanos son importantes avances, señales que prometen una sustanciosa mejora en un país con un arduo camino por delante.Así te contamos la guerra en Libia para deponer a Gadafi.
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