Clases en grandes almacenes 

Estudiar en Macy's: cómo aprovechar el espacio vacío de los centros comerciales

Profesores y padres protestan a las autoridades locales, porque la ventilación es inadecuada para volver de una manera segura a las aulas. 

Pedestrians and shoppers pass in front of a Macy's Inc. store in New York, U.S., on Monday, July 18, 2016. The Bloomberg Consumer Comfort Index, a survey which measures attitudes about the economy, is scheduled to be released on August 11. Photographer: David Williams/Bloomberg
Estudiar en Macy's: cómo aprovechar el espacio vacío de los centros comerciales. 
Agencia Efe

Los estudiantes de enseñanza secundaria empiezan a volver físicamente a clase en la ciudad de Nueva York, justo un año después de declararse la pandemia. Lo hacen aún de forma muy limitada, con la intención de ir elevando poco a poco el número a lo largo de este mes de abril. El relajamiento de las reglas de distanciamiento social ayuda. Pero hay muchas cosas que quedan aún por resolver para que los adolescentes puedan retomar el curso normal los cinco días de la semana.

El gran reto está en los edificios. La mayoría de las instalaciones son viejas, con los aparatos de aire acondicionado colocados en las ventanas. Es una situación que se repite por todo el país. Profesores y padres protestan a las autoridades locales, porque la ventilación es inadecuada para volver de una manera segura a las aulas. Uno de cada cuatro distritos de enseña en los EEUU necesita actualizar los sistemas en la mitad de los colegios –unos 36.000 edificios.

Muchos centros de enseñanza en Manhattan, sin ir más lejos, tienen que abrir las ventanas durante las clases para así poder incrementar el flujo de aire desde el exterior y usan ventiladores para hacerlo circular. La situación es tan precaria, que el último paquete de rescate incluye una partida de 168.000 millones de dólares para que los colegios de primeria, los institutos y las universidades públicas puedan usar ese dinero en reformas durante los próximos tres años.

El déficit de las infraestructuras en la enseñanza es colosal y solucionar el problema llevará, además, tiempo. La localidad de Burlington, en Vermont, tiene una solución temporal que además le sirve para afrontar otro que se aceleró con la pandemia. Acaba de reconvertir un gran almacén abandonado de la cadena Macy´s en un instituto. Está situado en el mismo centro comercial en el que solían ir de compras los estudiantes antes de la emergencia sanitaria.

El edificio original del instituto tuvo que cerrarse porque se detectó un componente químico industrial tóxico. Las autoridades locales se pusieron de inmediato a buscar un espacio donde poder recolocar a los estudiantes. La opción más evidente era la tienda de Macy´s en el centro de la ciudad, que llevaba vacía desde 2018 tras la reestructuración que tuvo que acometer la compañía por el golpe del auge del comercio electrónico. Adaptarla costó 3,5 millones de dólares.

Ahora los chavales acuden a clase en el Downtown BHS subiendo en escaleras mecánicas o utilizando el ascensor. La solería blanca reluciente es la original del centro comercial. Las nuevas paredes que forman las clases se combinan con las antiguas estanterías de la tienda, que se utilizan para colocar los libros en la biblioteca. El almacén hace las veces de gimnasio. Y aún permanecen las indicaciones, alfombras y fotos de grandes marcas como Levi Strauss o Calvin Klein.

Un mes después del nuevo instituto abrir las puertas, los estudiantes reconocen que se les hace raro ir a estudiar al mismo sitio al que solía ir con sus familias a pasar el día los fines de semana antes del confinamiento. Valoran poder recuperar el sentido de comunidad con sus antiguos compañeros y maestros después de tantos meses siguiendo las clases en remoto. Y eso pese a que por las normas de distanciamiento social, la capacidad está limitada a la mitad.

El plan es seguir utilizando el local de Macy´s durante al menos tres años y medio, mientras la vieja escuela completa la renovación. El de Burlington no es el único espacio comercial para el que se está tratando de dar un uso completamente diferente. Epic Games, la compañía que desarrolla el videojuego Fortnite, acaba de adquirir un centro comercial abandonado en la localidad de Cary, en Carolina del Norte, para establecer su nuevo cuartel general en 2024.

La propiedad ocupa una superficie de unos 91.000 metro cuadrados y además de oficinas para sus 2.200 empleados, el nuevo Epic Campus incluirá espacios recreativos y deportivos a los que tendrán acceso la comunidad local. “Es un activo con un potencial ilimitado”, comenta el alcalde Harold Weinbrecht. Las autoridades locales llevaban varios años tratando de ver cómo reconvertir el espacio comercial, que quedó abandonado tras tres de sus cinco tiendas ancla cerrar.

La declaración de bancarrota por parte de cadenas minoristas como JC Penny, Neiman Marcus y Pier 1 dejaron a los propietarios de edificios comerciales sin los clientes que necesitan para poder cubrir costes. El sector ya atravesaba por serias dificultades antes del coronavirus por el cambio en las tendencias de compra. Unas 9.800 tiendas cerraron en 2019, a las que se sumaron 8.700 el pasado ejercicio y este se acerca a los 3.200 de locales.

Las cadenas de hipermercados Walmart y Target, por el contrario, están utilizando sus locales como centros logísticos. También están sumando locales cadenas como Dick´s Sporting Goods y Ulta Beauty, aprovechando el bajo precio de los alquileres. Pero los analistas de UBS anticipan que la reinvención de los espacios comerciales no impedirá que unas 80.000 tiendas cierren de manera permanente durante los próximos cinco años, equivalente al 9% del total actual.

Esta proyección se hace asumiendo que el comercio electrónico representará un 27% de las ventas en 2026, frente al 18% actual. Se observa en los resultados de Macy´s y de Nordstrom durante la pandemia. Gap anticipa que la mitad del negocio se hará online. La pandemia, como señalan desde UBS, no hizo más que acelerar el proceso que estaba en marcha. Por eso coinciden que el futuro de los centros comerciales pasa por diversificarse.

La espiral actual es mortal, porque los centros comerciales necesitan de grades cadenas como Macy´s para poder atraer tráfico que luego se dirige en el interior a tiendas más pequeñas y restaurantes. Muchas de estas estructuras abandonadas, como el Townsquare Mall en Nueva Jersey, se están utilizando como centros de vacunación masivos en el marco del esfuerzo logístico para combatir el virus. Pero como en el caso del instituto en Vermont, es una solución temporal.

La dificultad en este momento de tensión, señalan desde el Commercial Real State Finance Council, está en que tanto propietarios como inversores deben determinar cuál es el valor de estos activos a seis años vista. La falta de claridad, sin embargo, está provocando que las transacciones cayeran cerca de un 70% en un año, porque vendedores y compradores tienen posiciones divergentes y eso impide dar a los centros comerciales una alternativa viable y durable.

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