Italia se salva del castigo de Bruselas: la UE no abrirá un expediente por su deuda

Pierre Moscovici
Pierre Moscovici

La Comisión Europea evitó este miércoles pedir formalmente a los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea abrir un procedimiento sancionador a Italia por no rebajar lo suficiente su abultada deuda pública, que en 2018 superó el 132 % del PIB.

"La Comisión ha concluido que un procedimiento por déficit excesivo basado en el criterio de deuda para Italia ya no está justificado", informó el comisario europeo de Asunto Económicos, Pierre Moscovici, en una conferencia de prensa.

El Ejecutivo comunitario ha tenido en cuenta los últimos compromisos en materia presupuestaria hechos por el Gobierno italiano esta misma semana, que permitirían a Roma respetar en general las normas europeas de disciplina fiscal.

La Comisión Europea dio a principios de junio el primer paso para abrir un procedimiento por déficit excesivo a Italia y desde entonces Bruselas y Roma han negociado para evitarlo al más alto nivel político.

El resultado es que el Gobierno italiano aprobó esta semana un ajuste presupuestario de 7.600 millones de euros que le permitirá reducir en 0,3 puntos, en lugar del 0,2 previsto, su déficit estructural -medida que no tiene en cuenta el ciclo económico y que Bruselas utiliza para medir el respeto a la disciplina fiscal.

Según indicó este martes el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el déficit público del país estará "perfectamente en línea" con el 2,04 % del PIB pactado con Bruselas para 2019 gracias a este ajuste, que se sustenta en unos ingresos mayores de lo esperado y la congelación de ciertos gastos.

La Comisión Europea comparte este análisis y cree que Italia "hará en realidad un ajuste mayor de los previsto" y "compensará una gran parte de la desviación constatada en 2018", al tiempo que cumpliría la meta del 2,04 % en 2019.

Dado que Roma realizará el ajuste pactado en diciembre pasado con la Comisión, pero su economía crecerá por debajo del 1 % previsto entonces, Bruselas ha considerado que "sería contraproducente" pedirle más ajustes este año.

Para 2020, sin embargo, la Comisión pide un "esfuerzo estructural significativo" para cumplir las reglas, ya que sus previsiones indican que el déficit nominal subirá al 3,5 % del PIB y el estructural se deteriorará un 1,2 %, "cifras muy considerables".

Esto debe pasar por la sustitución del aumento del IVA, que el Gobierno italiano no quiere aplicar, por "medidas alternativas", así como por "una agenda de reformas estructurales", explicó Moscovici. En todo caso, los detalles no se conocerán hasta octubre cuando Roma debe presentar a la Comisión su borrador de presupuesto para 2020, que el Ejecutivo comunitario "vigilará de cerca", añadió el comisario.

"Estoy satisfecho de que finalmente pudiéramos, mediante diálogo, lograr un nivel de corrección suficiente(...) Son buenas noticias para Italia y para la eurozona", dijo Moscovici.

Es la segunda vez que Italia esquiva este procedimiento. A finales de 2019 el Ejecutivo comunitario ya había amenazado con abrirlo, por finalmente no lo puso en marcha tras llegar a un acuerdo con Roma para rebajar el objetivo de déficit del 2,4 % del PIB previsto al 2,04 % para 2019. Sin embargo, en abril Roma volvió a elevar la meta al 2,4 %, lo que motivó la segunda amenaza de la Comisión. 

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