El 'experimento Podemos' de Tsipras en Grecia hace lo que dice la UE

  • Gran parte de sus promesas, que fueron muchas desde que aseguró que iba a devolver a Grecia "la autonomía en Europa y que se acababa la humillación", no fueron cumplidas.

    La relación del líder heleno con Podemos ha pasado del idilio a la frialdad. "Es la verdad del poder, un pequeño país del sur de Europa no puede hacer nada".

Alexis Tsipras.
Alexis Tsipras.
Diego Caldentey

Alexis Tsipras irrumpió como primer ministro en la escena política de Grecia con la fuerza de un tornado. Supo aprovecharse del desgaste de los partidos que habían gobernado el país heleno hasta 2014. Pero gran parte de sus promesas, que fueron muchas desde que protagonizó una campaña electoral en la que afirmó que iba a devolver a Grecia "la autonomía en Europa y que se acababa la humillación", no fueron cumplidas. De aquellos tiempos a la actualidad mucha agua ha corrido bajo el puente. El Tsipras que acaba de avalar nuevos ajustes, con la polémica reforma fiscal que sube los impuestos y el recorte de las pensiones, hoy no se parece en casi nada a aquel hombre que se mostraba empeñado en "conseguir la salvación social y restaurar la dignidad" de su país, plantándole supuestamente cara a la Troika. Su relación con Podemos también ha ido mutando, desde un idilio singular en el pasado a una relación distante y fría en el presente.En enero de 2015 Tsipras prometió lo que sabía no iba a cumplirSu programa económico de entonces, cuando se celebraron las elecciones legislativas en Grecia en enero de 2015, mostraba decenas de puntos que finalmente no se concretaron. La abolición del polémico impuesto sobre bienes inmuebles, el alivio de la carga fiscal de los ingresos bajos y medios de la población, la restauración del umbral exento de impuestos de 12.000 euros anuales, la restauración del salario mínimo en el sector privado en 751 euros  (independientemente de la edad), y la paga de Navidad para los pensionistas que cobran menos de 700 euros fueron algunas de sus iniciativas estrellas... que quedaron en el olvido.Pablo Iglesias, el secretario general de Podemos, aplaudía estos proyectos: "Tanto Rajoy como Samarás forman parte del pasado, Alexis Tsipras forma parte del futuro. Nadie va a hacer los deberes de los griegos y nadie va a hacer los deberes de los españoles. Las políticas de austeridad no han funcionado en ninguno de los dos países", decía Pablo, abrazado a un Tsipras eufórico, en el cierre de su campaña de comienzos del pasado año. "Junto a Pablo Iglesias y Podemos, Syriza cambiará Europa", retribuía Tsipras los elogios.Analizando punto por punto las iniciativas de Tsipras, cuando Syriza ganó las elecciones legislativas con el 36,34% de los votos el 25 de enero de 2015, queda en evidencia que muchas de sus propuestas no se concretaron. Éstas son algunas de ellas:Quería someter a Merkel... y despidió a VaroufakisSu programa electoral estaba centrado en el fin de la austeridad, en la introducción de políticas progresistas y de protección de las clases más desfavorecidas y en la reestructuración de las relaciones de Grecia con Europa. Un año y tres meses después, Tsipras adoptó numerosas medidas que antes criticaba fervientemente mientras estaba en la oposición.El impuesto sobre la propiedad que iba a erradicar... sigueTsipras prometió abolir el impuesto sobre la propiedad, por "injusto", pero dicho impuesto sigue en vigor y sólo se plantea una reforma el próximo año.Iba a subir el salario mínimo a 751 euros, sigue en 586También pretendía la restauración del salario mínimo en el sector privado en 751 euros. Hoy se sigue manteniendo en los 586 euros brutos actuales. También prometió crear 300.000 puestos de empleo, con un plan de inversiones de 8.000 millones, pero eso será imposible. La tasa de desempleo sigue superando el 25% en el país heleno.Nunca cumplió con la paga extra a funcionariosNunca cumplió con la paga extra a los funcionarios, al contrario, aceptó la imposición de la cláusula de déficit cero, como un término del último rescate.¿Reestructurar la deuda? Europa dijo noCon Europa, pasó de autoproclamarse David contra Goliat a padecer numerosas derrotas diplomáticas: Syriza se había comprometido ante el electorado a que se le perdonara una buena parte del valor nominal de la deuda externa del país, conseguir una cláusula que permitiese la amortización del resto de la deuda no por superávits primarios sino el saldo de desarrollo. Fracasó.Del Plan Marshall para Grecia nunca más se supoConseguir una moratoria de los pagos del servicio de la deuda, la exclusión de las inversiones públicas de las limitaciones del Pacto de Estabilidad, lograr un acuerdo europeo para el crecimiento a través de inversiones públicas y mediante financiación del Banco Europeo de Inversiones (un plan al estilo Marshall), y flexibilización cuantitativa del Banco Central Europeo (BCE) en la compra directa de bonos del Estado fueron otros aspectos que no prosperaron.Pero Alemania siempre le ganó el pulso. Varoufakis tuvo que apartarse de la escena como ministro de finanzas el 5 de julio de 2015, y Tsipras se dio cuenta de que no iba a ser posible eliminar los memorandos con la Troika de forma unilateral. Además, Atenas sigue haciendo frente a su deuda externa, sin la reestructuración que quería Tsipras.De parar las privatizaciones a ampliarlasEn materia de privatizaciones, Tsipras canceló varias que estaban en curso, durante sus primeros días en el poder (atendiendo a sus promesas), pero finalmente sucumbió: en julio del pasado año tuvo que firmar un nuevo memorando que preveía privatizaciones por 50.000 millones de euros.Uno de los momentos de mayor tensión en su gestión llegó en la noche del 14 de julio de 2015. Las 'postales' griegas de entonces mostraban bancos cerrados, con restricciones de capitales y con un 'no' a las propuestas de Juncker para un tercer rescate. El 'Grexit' se puso por primera vez sobre la mesa como una opción real y Grecia estuvo en la cornisa de salir de Europa. Sin embargo, Tsipras optó por mantener a Grecia en el euro. Apostó por un referéndum de no recortes... y los aplicó todosNo obstante, el 'No' en el Referéndum sobre las propuestas de Juncker se convierten en un 'Sí' el 14 de julio de 2015: Tsipras firma el tercer rescate de Grecia, de 86.000 millones de euros. El nuevo memorándum incluía condiciones mucho menos favorables que las propuestas antes formuladas.La entrada del FMI en el tercer rescate griego tras abandonar las negociaciones en medio de la crisis de la deuda soberana también evidenció que gran parte las peticiones de reforma serían más duras para Grecia.  Se adoptó la llamada Directiva BBRD de la UE para mejorar la recapitalización bancaria, y además se aprobaron una suerte de reformas de la seguridad social y las pensiones que después han sido ampliadas: se aumentaron las cotizaciones para la cobertura sanitaria y las pensiones complementarias, lo que permitió ahorrar un 1% del PIB en el sistema de Seguridad Social heleno.La jubilación retrasada a partir de 2023Igualmente se acordó un plan para acelerar el retraso en la edad de jubilación a partir de 2023; y también se tocaron otros puntos, como la tasa al lujo sobre las embarcaciones marinas con fines recreativos y las piscinas. Todo esto no estaba en los planes originales del Tsipras que llegó al poder.Subida de impuestos a navieros, granjeros y turismoTambién Tsipras adoptó en agosto numerosas medidas impopulares. El Ejecutivo sacó adelante recortes clave: cambios en la estructura direccional del fondo de deuda heleno, bancos y fondos de pensiones; gravamen al tonelaje transportado por los grandes navieros; eliminación gradual de ventajas fiscales para los granjeros (como la exención para el uso de combustible); y mayor control de vehículos no matriculados.Un punto especialmente polémico fue el aumento del IVA para los productos y servicios de las islas turísticas del Mar Egeo. Tampoco pasaron desapercibidas el nuevo cómputo para calcular la pensión mínima en el sector público y privado, la liberalización del mercado gasístico, la apertura a la competencia de algunos sectores profesionales y la adopción de medidas contra la corrupción.La relación con Podemos, cada vez más distanteAl son de los cambios implementados por Tsipras, la relación idílica con Podemos fue deteriorándose. Las primeras grietas comenzaron a vislumbrarse en agosto del pasado año. Mientras Pablo Iglesias consideraba a Tsipras como "un león", las primeras voces disidentes en el partido comenzaron a aflorar. El eurodiputado de Podemos, Miguel Urbán, publicó un duro artículo en el que calificaba la actuación de Tsipras como una total “irresponsabilidad” al no querer “escuchar a su partido", como hizo en el “último referéndum”.Sobre el último memorándum firmado entre Grecia y la Troika, Urbán consideraba que suponía "más de tres décadas de política de recortes” y “el fin de cualquier atisbo de soberanía popular, la muerte de la democracia en Grecia”.  Muchos miembros de la Ejecutiva de Podemos no compartían el respaldo de Iglesias a Tsipras y reclamaban el pasado un año un congreso para debatir la cuestión.Y, finalmente, el propio Pablo Iglesias tuvo que resignarse ante la decisión de Tsipras de aceptar un duro acuerdo de los acreedores internacionales, en julio de 2015: "Es la verdad del poder", acabó admitiendo el referente de la formación morada."Un estado de Europa tiene muy poquito poder""Cuando en política no tienes poder, no tienes nada, porque no cuentan las razones. Un Estado del sur de Europa tiene muy poquito poder", afirmó entonces  Iglesias, en un discurso en el que implícitamente admitía el fracaso de Tsipras.Por entonces, la portavoz de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, no ahorraba  críticas con el presidente heleno, desafiando nuevamente al líder de su propio partido: “Aterroriza el temblor de piernas de Tsipras tras haber conseguido un no claro de la ciudadanía para ser desobedientes a la Troika”, señaló. Incluso, el mismísimo Juan Carlos Monedero, ex número tres de Podemos, llegó a señalar que "Tsipras no puede ir a matar dragones con cazamariposas”.El distanciamiento entre Tsipras y Podemos quedó evidenciado en las últimas elecciones presidenciales del 20-D. El presidente heleno desapareció de la campaña electoral de Podemos. Desde ese momento hasta hoy, todo hace presuponer que la relación ya no será nunca como la de antes.

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