El cigarrillo electrónico es una de las opciones que cobra más fuerza en los últimos tiempos entre los fumadores, ya sea como previo paso para dejar de fumar o para seguir haciéndolo pero de forma un poco menos perjudicial para la salud. Sin embargo, estos aparatos también conocidos como vaporizadores o vapeadores pueden provocar lesiones de gravedad y quemaduras a sus usuarios debido a las explosiones que pueden sufrir.
En un último informe del Departamento de Emergencias de Estados Unidos, se ha puesto de manifiesto que entre 2015 y 2017, 2.035 pacientes acudieron a los hospitales americanos para ser tratados de heridas derivadas de estas explosiones. Entre estos afectados, uno de ellos vio cómo la explosión de su vaporizador le rompió la mandíbula.
El joven de 17 años, natural de una pequeña ciudad de Nevada, tuvo que viajar 400 kilómetros con los dientes rotos, la boca llena de sangre y un agujero enorme en la mandíbula para ser tratada por los especialistas del hospital pediátrico de Utah.
“Las personas deben saber antes de comprar estos dispositivos que existe la posibilidad de que estallen en su bolsillo, en la cara”, explica la doctora Katie Russell, directora médica de traumatología del centro hospitalario que trató las heridas de este joven.
El tipo de cigarrillo electrónico que le explotó a este individuo no trascendió, pero los sucesos se han dado en todas sus variantes.
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