Un caso insólito 

La extraña muerte por coronavirus de un anciano argentino que vivía aislado

El nonagenario, que se dedicaba a la cría de ovejas, fue trasladado al Hospital Ramón Carrillo al dar positivo en el test rápido de la enfermedad. 

Pedro Troncoso en Argentina
La extraña muerte por coronavirus de un anciano argentino que vivía aislado. 
Infobae

Inexplicable. Pedro Troncoso es un argentino de 96 años que falleció de covid-19 hace unas semanas en su localidad, Yahuincolo, situada en la región de Neuquén. Se trata de un caso desconcertante puesto que hay pocos residentes en el lugar, que solo aloja varias familias.  La ubicación ha sido el principal factor de extrañeza, está muy alejada de los grandes radios urbanos y, de hecho, ni siquiera sale en Google Maps. 

Troncoso era el más longevo de la zona y, según informa Infobae, era conocido por sus casas confeccionadas con adobe. A su alrededor no contaba con conexión wifi ni tampoco línea telefónica, y para ser atendido por algún médico tendría que haber caminado varias horas hasta llegar al centro de salud más cercano. Trabajó hasta el último día y después fue internado de urgencia, al que ingresó por problemas respiratorios.

Un equipo médico se trasladó en ambulancia hasta la casa del anciano para atenderle,  llegaron al sitio con ayuda de un chófer que conocía el lugar. “Al examinarlo, noté que tenía sus pulmones comprometidos y que estaba oxigenando bajo. Me imaginaba una gripe común, pero no que podía tener coronavirus”, aseguró el doctor. La sorpresa llegó al realizar el test rápido de Covid-19, que salió positivo. 

Los sanitarios se quedaron atónitos al no entender cómo el virus había llegado hasta allí, porque la gente apenas tiene contacto con otras localidades. “Quedé asombrado porque se trata de un virus que se gestó del otro lado del mundo y terminó acá, en el medio de la nada. El recorrido fue inmenso. Era ver el resultado del test y no poder creerlo”, agregó.

Fue trasladado hasta el Hospital Ramón Carrillo, donde falleció semanas después. Su familia estuvo informada en todo momento de la evolución a través de las dos llamadas diarias que realizaba el médico de Troncoso. Aunque ya preveían lo peor por varias patologías que padecía el anciano, entre ellas hipertensión y diabetes.  “Me partía el alma porque nadie lo podía acompañar. Ellos, incluso, tuvieron que aislarse también por prevención, en ese lugar donde ya de por sí viven aislados”, recordó el médico.

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