Cortes de suministro

Gibraltar raciona el agua con camiones de España por un fuego en su desaladora

Un incendio declarado el pasado martes en un túnel de la colonia británica afectó a las infraestructuras de agua y electricidad, obligando a su gobierno a racionar el consumo y movilizar suministros desde España.

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Gibraltar cumple una semana sin agua tras un incendio que cortó su desaladora
EUROPA PRESS

Gibraltar cumple una semana en situación crítica por la falta de agua potable. Un incendio declarado el pasado martes 26 de julio en un túnel del interior del peñón causó importantes daños en las infraestructuras de agua y electricidad de la colonia británica tras derrumbarse parte de las rocas del techo, obligando al Gobierno de Fabian Picardo a racionar su uso e instar a la ciudadanía a ser "conservadores" en su consumo. 

El derrumbe del túnel sobre las tuberías de agua y suministro energético ha paralizado durante cinco días la producción hídrica desde la planta de desaladora por ósmosis inversa, que proporciona la mayoría del agua del Peñón, cuyas infraestructuras hídricas están muy limitadas por su posición geográfica y su escaso territorio. La situación ha sido apaciguada en parte porque una segunda planta desaladora no se vio afectada y permaneció activa, garantizando el suministro en el único hospital de la pequeña península. Durante siete días, buena parte de la colonia ha visto limitado el suministro de agua corriente en sus casas, con especial afección para los habitantes del distrito sur y la parte alta. 

A los problemas de suministro por la rotura de las tuberías se sumó un problema de presión derivado del modelo de infraestructura hídrica que posee Gibraltar, dejando sin suministro a varios días a determinadas zonas de la ciudad. Parte de culpa la tuvieron los propios gibraltareños, que aumentaron su consumo tras el incendio, obligando al gobierno local a tomar la medida de cortar el suministro entre las 23:00 y las 07:00 horas con el fin de aumentar la presión, en un corte que lleva vigente desde el viernes pasado. 

En primera instancia, el gobierno gibraltareño limitó el abastecimiento para sectores no esenciales, paralizando el sector de la construcción, el riego de zonas verdes y campos deportivos y la limpieza de las calles mediante baldeo. También se ha visto obligado a abrir fuentes y duchas públicas para la ciudadanía, situar dos camiones con agua no potable para riego particular y emitir recomendaciones sobre el consumo. El primer día de agosto anunció el cierre de la piscina Europa al no poder garantizar la seguridad del baño. 

Aunque la planta de ósmosis recuperó la energía en menos de dos días, los daños en las tuberías de agua impidieron reanudar la producción. El incendio, por su parte, se alargó durante cuatro días, tras el cual se localizaron importantes daños estructurales. Las reparaciones han obligado a los dirigentes del peñón a instalar tuberías temporales y poner en marcha un plan de emergencia para importar agua por carretera y mar, por donde han llegado 200.000 litros en un barco de agua no potable destinada al riego de parques y limpieza.

Tras siete días, Gibraltar está empezando a ver la luz al final del túnel. En las últimas horas se ha conseguido restaurar el flujo de agua a prácticamente todas las zonas de la ciudad, aunque sea en menor cantidad a la habitual. Para ello ha necesitado la ayuda de una flota de camiones que acudían a por agua a un embalse español, volcando más de 500.000 litros diarios al depósito de la estación de bombeo que da servicio a la red hídrica. 

Varias de las empresas constructoras han empezado a movilizar su propio transporte de agua desde España, que también sufre una importante crisis hídrica en el sur a causa de la sequía. Los técnicos de AquaGib, concesionaria del servicio de aguas -que tiene un 33% de participación pública- ha pedido a los ciudadanos mantener la prudencia y el bajo consumo, ya que "primero es necesario reabastecer las existencias" ante un previsible aumento de la demanda que afecte al suministro. 

El gabinete de Picardo, que está de vacaciones y no se encuentra en el territorio, se planteó inicialmente la contratación de equipos de desalinización portátiles, con el fin de garantizar los suministros básicos, aunque hasta el momento no lo ha ejecutado. El alcalde de La Línea de la Concepción (Cádiz), Juan Franco, ofreció la ayuda del cuerpo de bomberos de la localidad para combatir el incendio, pero Gibraltar declinó la ayuda al considerar que tenían controlada la situación. 

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