Escocia presenta una ley para celebrar un segundo referéndum de independencia

  • La ministra principal ha incluido en su agenda política el objetivo independentista ante la incertidumbre generada por el Brexit.
Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia
Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia
EFE

Escocia podría volver a celebrar un referéndum de independencia ante la incertidumbre generada por el proceso de divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea. La primera votación tuvo lugar en 2014, el 55% de los ciudadanos votaron a favor de permanecer en Reino Unido y las esperanzas independentistas quedaron disueltas. Sin embargo, el resultado del Brexit ha vuelto a resurgir esta idea y la ministra principal, Nicola Sturgeon, ha vuelto a incluir este asunto en su agenda política.

El primer paso lo ha tomado este el Gobierno de Escocia este miércoles, cuando ha presentado la ley con la que quiere sentar las bases de un segundo referéndum independentista. "Acabamos de publicar una ley para fijar las normas de un referéndum de independencia, para permitir que el pueblo escocés elija su propio futuro en lugar de tener un futuro Brexit impuesto", ha afirmado Sturgeon en su cuenta de Twitter, a la espera de explicar más detalles en el Parlamento.

Sturgeon ya adelantó en abril que su Ejecutivo presentaría el proyecto para tratar de establecer este mismo año las normas para una nueva convocatoria, a pesar de que reconoció que no apelará por ahora a la denominada Sección 30, bajo la cual se realizaría el segundo referéndum.

El Gobierno escocés, que había aparcado sus reivindicaciones sobre este tema por el proceso de salida de Reino Unido de la UE, no ha planteado por ahora ningún calendario preciso para una iniciativa que ya ha sido rechazada frontalmente desde el Ejecutivo central -a falta de ver la posición que adopte el sucesor de Theresa May-.

Los sondeos por ahora no muestran grandes cambios en relación a los datos del referéndum de 2014, cuando un 55% de los ciudadanos dijeron 'no' a la secesión. Sturgeon confía en dar la vuelta a los datos al abrigo del Brexit, aprobado a nivel general en Reino Unido pero rechazado por un 62 por ciento de los escoceses en junio de 2016.

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