Goma ecológica, la esperanza para Liberia

  • Una compañía sueco-canadiense se ha decidido a reactivar el más importante sector de Liberia. Cada día cortan 1.400 árboles de caucho, pero el objetivo es establecer un sector medioambientalmente viable. Eso sí, reconocen que además de ayudar a la economía liberiana buscan obtener beneficios.
Una compañía sueca-canadiense se ha decidio a reactivar el más importante sector de Liberia.
Una compañía sueca-canadiense se ha decidio a reactivar el más importante sector de Liberia.
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Emily Schmall y Wade Williams, Buchanan (Liberia) | GlobalPost

El sol pega fuerte en el invernadero de Buchanan Renewables, una extensión verde de 400.000 minúsculos semilleros. Theresa Doe observa uno de ellos, injertando un clon que producirá un árbol del caucho de gran rendimiento. "Es nuestra fuente de vida", dice con los ojos fijos en la planta.

Doe y otros 500 empleados de esta empresa canadiense de energías renovables están cultivando los árboles del caucho de Liberia y limpiando plantaciones no productivas para ayudar al país a rejuvenecer un sector de la economía que ha resultado profundamente dañado tras 14 años de guerra.

La industria del caucho de Liberia data de 1925, cuando la empresa estadounidense Firestone firmó un acuerdo de 99 años por 405.000 hectáreas a unos 12 centavos de dólar la hectárea. Durante la guerra, la industria languideció, y tan sólo desde la llegada de la presidenta Ellen Johnson Sirleaf al poder en 2005 han ido llegando nuevas inversiones para el sector.

"Sentimos que sería una excelente oportunidad para recuperar la que un día fue la industria más importante de Liberia e influir de manera importante en la vida de la gente", afirma Liam Hickey, gerente general de Buchanan Renewables.

Esta empresa de política medioambiental sostenible tritura decenas de miles de árboles de la goma que mueren cada año y los convierte en biomasa que envía en barcos por el Atlántico hasta Vattenfall (Suecia), uno de los mayores productores de energía de Europa. Este año descargarán 390.000 toneladas de partículas de madera, frente a las 95.000 de 2010.

La compañía imparte cursos de alfabetización y de formación profesional a sus empleados, y ha construido orfanatos y hasta paradas de autobús. También han reparado muchas de las carreteras en los alrededores de su centro de operaciones, en la ciudad portuaria de Buchanan.

En la plantación Bright, una densa jungla tropical deja ver de repente una explanada repleta de troncos por todas partes. En esta plantación privada de caucho cada día se talan unos 1.400 árboles, que se transportan al puerto de Buchanan. Los árboles del caucho producen látex entre 30 y 60 años. Buchanan compra troncos por menos de dos euros la tonelada, y deja a los campesinos las raíces y las pequeñas ramas para que las quemen o las vendan.

Buchanan Renewables está trabajando con grandes propietarios de plantaciones como Firestone y también con unos 50 pequeños propietarios para introducir máquinas fellerbuncher, unas enormes apiladoras de troncos. Una de sus empresas subsidiarias, Farmbuilders, ayuda a los minifundistas a replantar los semilleros del invernadero de la compañía y les facilita financiación utilizando como el dinero de las ventas a futuro del caucho.

Franklin Smith, de 63 años, tiene una plantación de caucho de casi 6 hectáreas cerca de Buchanan. Desempleado, no podía permitirse limpiar y replantar sus tierras, que fueron ocupadas por los rebeldes durante la guerra. Buchanan Renewables pagó 1.000 euros por los árboles viejos y por limpiar la tierra para plantar sus semillas de alto rendimiento gratis.

"Replantar es la parte que más me gusta. Como no tenía dinero para replantar, llegamos a un acuerdo. Ellos replantarán y se encargarán del mantenimiento hasta que los árboles alcancen la madurez", explica Smith.

Hickey confía en que el suministro de árboles viejos supla la creciente demanda de biomasa en países dispuestos a reducir sus emisiones de carbono. Buchanan Renewables calcula que hay unas 250.000 hectáreas de árboles de caucho moribundos en Liberia, suficientes como para alimentar una planta energética de 36 megavatios con emisiones de carbono cero a las afueras de Monrovia y para multiplicar el negocio de la exportación de biomasa. Para alimentar dicha planta se tienen que plantar cada año de 1.200 a 1.600 hectáreas de árboles del caucho. Cuando la empresa de Hickey esté operando al 85 por ciento de su capacidad y exportando 700.000 toneladas de biomasa al año, alcanzará su punto de equilibrio financiero.

Gran parte de Liberia sigue a oscuras ocho años después de que terminasen los combates. Tan sólo una ínfima fracción del millón y medio de habitantes de Monrovia tienen acceso a un suministro eléctrico estable. Antes de la guerra el suministro era prácticamente universal.

Buchanan Renewables venderá al distribuidor de electricidad estatal casi cuatro veces la cantidad de energía que Monrovia recibe en la actualidad, lo suficiente como para alumbrar medio millón de hogares. Hickey admite que las empresas están deseando recibir ese suministro y ahorrar así en gastos de generadores diesel, con lo que pagan una media de 50 céntimos de euro por kilovatio hora, frente a los 15 que Buchanan Renewables ha negociado con el Gobierno de Liberia.

Tres británicos que apuestan por las energías alternativas fundaron Buchanan Renewables en 2007 con la financiación de un fondo canadiense. Un año después, la empresa fue adquirida por un hedge fund suizo controlado por John MacCall McBain, un millonario canadiense que hizo una fortuna con los anuncios clasificados antes de vender su compañía y crear una fundación benéfica. McBain conoció la idea a través de la presidenta Johnson Sirleaf en el Foro Económico de Davos de 2007.

"Las cuestiones que surgen son menos sobre cómo maximizar el beneficio y más sobre qué es bueno socialmente", afirma el presidente de Buchanan Renewables, Don Durand.

"Decimos esto, pero no somos filántropos: estamos aquí para hacer que esto sea sostenible y para lograr una rentabilidad sobre la inversión aceptable. Pero la verdadera pasión detrás de todo esto está el potencial de rejuvenecer toda una industria en Liberia, que podría rejuvenecer la economía de una manera muy, muy significativa".

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