"Bashar al Asad debe partir, en el marco de la transición en Siria. Pero reconocemos que, en caso de que haya una transición, [Asad] podría participar en ella", declaró Hammond en Praga.
"Somos claros: no vamos a tratar de destruir las instituciones gubernamentales en Siria. Decimos claramente que queremos mantener las instituciones", recalcó el jefe del Foreign Office, la víspera de una reunión en Viena de los representantes de unos veinte países que buscarán definir un marco para poner fin a la guerra que devasta Siria desde hace cuatro años y medio.
El presidente ruso Vladimir Putin afirmó por su lado que no se podía arrogar el "derecho" de pedirle a Asad que abandone el poder, como lo exigen los países occidentales.
"Siria es un país soberano y Bashar al Asad un presidente electo por el pueblo. Así que, ¿tenemos nosotros derecho a hablar con él de este asunto? Por supuesto que no", dijo Putin en una entrevista con las agencias de prensa Interfax y Anatolia.
Siria e Irán son los principales aliados del régimen de Asad.
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