Una inmensa campaña de 'marca país'

Hamburguesas y donuts: el marketing lleva a EEUU al liderato de la vacunación

Washington logra cifras récords pese a que uno de cada cuatro estadounidenses rechaza vacunarse. Restaurantes y hoteles se lanzaron a captar clientes con campañas que incluyen regalos por vacunarse.

Hamburguesas y donuts: cómo el marketing puso a EEUU a la cabeza de las vacunaciones
Anuncio del Ayuntamiento de Nueva York en colaboración con Shake Shack
EFE

Krispy Kreme, una cadena de pastelería de Estados Unidos, prometió a sus clientes regalarles un donut gratis todos los días durante el resto del año a cualquier persona que presentara un certificado de vacunación Covid. En Nueva York, la cadena de comida rápida Nathan's Famous, regaló perritos calientes gratis durante todo el mes de abril en su tienda de Coney Island a todo aquel que mostrará dicho certificado. En San Francisco, Super Duper Burgers regaló las patatas fritas a los clientes vacunados, aunque en vez de pedir a los clientes que mostrasen sus certificados, la cadena les pedía que mostrasen una foto de ellos mismos de las redes sociales en un centro de vacunación.

Estados Unidos es hasta ahora uno de los países con mayor proporción de vacunados contra la Covid-19 del mundo: el 53% de la población ha recibido al menos una dosis. Supera a todos los países europeos excepto a Gran Bretaña. España ronda el 50,14%. Una de las razones por las que la vacunación ha avanzado tan rápido es que ha puesto toda la fuerza del libre mercado, unida al marketing para acelerar las inyecciones. Y lo sorprendente es que ha logrado esas cifras récords en uno de los países más reacios a vacunarse.

Uno de cada cuatro estadounidenses no querían vacunarse, según un sondeo realizado por la cadena pública NPR en abril. La cadena entrevistó a Joyce Ann Kramer, de 49 años, que vive en Murfreesboro (Tennessee), quien confesó su reticencia a vacunarse. “No conocemos los efectos a largo plazo. No sabemos qué va a pasar", decía Kramer.

Gran parte de estas dudas proceden de bulos que han recorrido el país a través de las redes sociales. NPR detectó que los artículos que relacionaban las vacunas y la muerte habían sido los más leídos en los primeros meses de 2021 y algunos se volvieron virales. Eso impedía a muchas personas tener una idea clara de lo que estaba pasando.

"Es un problema realmente terrible", dijo a la cadena NPR el profesor de comunicaciones en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Deen Freelon. El profesor se quejaba que las plataformas de redes sociales no habían sido contundentes contra las falacias. Las narrativas engañosas triunfaban porque la alarma atrae más que la verdad.

Pero las ofertas económicas también atraen mucho. No hizo falta pensar demasiado para poner en marcha la imaginación de los empresarios. Cuando empezaron a distribuirse las vacunas en masa a principios de este año, restaurantes, hoteles y cervecerías se lanzaron a captar clientes con campañas de marketing lujuriosas. Desde enero de 2021, Village Tap de Chicago ofrecía tarjetas-regalo de 10 dólares a los clientes que presentaran sus certificados. La cervecería Market Garden de Cleveland lanzó una promoción llamada "Beer and the Shot", que ofrecía una cerveza a 10 centavos (0,7 céntimos de euro ) a las primeras 2.021 personas que llevaran sus certificados de vacunación.

Las empresas obtenían dos ventajas: por un lado, clientes vacunados que consumían con más seguridad (y no se quedaban en sus casas), y por otro, recuperar su inversión gracias al aumento de la clientela.

El más llamativo ejemplo fue el estado de Ohio. El Gobierno local ofreció cinco premios de un millón de dólares a todos aquellos que comprasen Lotería de Ohio. La condición: certificado de vacunación, aunque solo fuera la primera dosis. Este premio se financiaría con el fondo Covid creado por el Gobierno de EEUU. Por usar la lotería para acelerar la vacunación el gobernador de Ohio recibió muchas críticas, pues había ciudadanos que pensaban que los cinco millones de dólares se podrían emplear en ayudar a los más desamparados por la pandemia. Pero el gobernador de Ohio, Mike DeWine, respondió en Twitter: "Sé que algunos pueden decir: '¡DeWine, estás loco!'. Esta idea de ofrecer un millón de dólares es una pérdida de dinero'. Pero realmente, el verdadero desperdicio en este punto de la pandemia, es que ahora que la vacuna está disponible para cualquiera que la desee, no la aprovechemos y perdamos una vida por el Covid-19".

Cuando se anunciaron las primeras vacunas, el noviembre de 2020, el sistema de salud de EEUU sufrió varios cuellos de botella. No tenía suficiente personal para vacunar de forma acelerada a más de 328 millones de habitantes del país. Entonces, en diciembre el gobierno federal movilizó a todas aquellas manos que pudieran vacunar: trabajadores sanitarios, profesionales jubilados, estudiantes de profesiones relacionadas con la salud, farmacéuticos, dentistas y veterinarios. Todos para administrar las vacunas.

Previendo la falta de personal, ya en diciembre la Administración Trump emitió una orden que permitía a los estados utilizar personal médico y de salud del Ejército para facilitar el acceso a las vacunas. En enero, según informaba healthaffairs.org, 16 estados y territorios “habían recurrido a los médicos, enfermeras y médicos capacitados de sus Guardias Nacionales para ayudar en las operaciones de vacunación”.

Las vacunaciones se han extendido por todas las dependencias públicas, desde centros de salud hasta aeropuertos. En Miami, los turistas procedentes del extranjero, recibían su vacuna apenas ponían los pies en Florida. Miles de latinoamericanos (con ciertos ingresos) han viajado a Miami para recibir su vacuna gratis. Para algunos estadounidenses esto podría parecer injusto pues el estado de EEUU está pagando esas vacunas a los turistas con los impuestos de los ciudadanos. “Para la mentalidad americana no es injusto”, dice Alicia Rojas, una venezolana que suele visitar Miami. “Esa persona se quedará un par de días, con lo cual el Estado recupera la inversión con los impuestos a las hamburguesas que se comerá en esos días, y las empresas ganarán más”.

Además, ese sistema de vacunación en masa “venga quien venga” contribuye a que todo el continente americano se inmunice poco a poco, pero sobre todo, despierta admiración hacia los norteamericanos. Es como una campaña de marketing-país a escala planetaria.

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