¿Héroe o villano? Así mantuvo con vida el entrenador a los niños en la cueva

  • Racionó las golosinas, les enseñó a meditar, les indicaba las horas a las que había que dormir, les dio toda su comida, pidió perdón por carta...
Tailandia
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Europa Press

Ekapol Chantawong, o Ake tiene 26 años y pasará a la historia como el villano o héroe de un rescate que ha tenido pendiente al mundo entero y que ha acabado con un final feliz. Es el entrenador de los 12 niños atrapados en una cueva en Tailandia y que varios días después han sido rescatados sanos y salvos. No deberían haber llegado ahí porque la gruta en la que se metieron estaba en una zona donde se indicaba que estaba prohibida la entrada en época de lluvias, según varios medios. Pero una vez atrapados, ha mantenido con vida a todos los pequeños de su equipo de fútbol, los Jabalíes Salvajes. 

Este exmonje budista nació en Birmania, se quedó huérfano de padre y madre siendo muy joven y se trasladó a vivir con su abuela. Antes de ser entrenador pasó varios años en el monacato budista. Hace tres abandonó el monasterio para cuidar de su abuela. Aek pidió desde la cueva perdón a los padres de los niños a través de una nota donde indicaba que les cuidaría.

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Y lo ha hecho. Durante una semana estuvieron solos en la oscuridad y mantuvo tranquilo a todo el equipo. Según relatan los primeros pequeños rescatados, racionó las golosinas, les dejó para ellos toda su comida (por eso es el que peor estado anímico presenta), les enseñó a meditar, les decía las horas que tenían que domir y les enseñó a conservar la energía. 

Y así hasta que llegaron los primeros equipos de rescate que han estado con los niños en todo momento hasta que empezaron las maniobras de rescate. No podían esperar más tiempo porque las previsiones meteorológicas corrían en contra. Una vez se sacó el agua necesaria de la cueva se tomó la decisión de empezar a rescatar a los pequeños, a los que previamente se ha tenido que enseñar a bucear. Según los buzos expertos "han hecho cosas de profesionales sin saber casi nadar".

Tres días después están ya todos fuera de peligro. El último en abandonar la cueva ha sido precisamente su entrenador, el héroe o villano de una historia con final feliz.  Los 13 permanecerán al menos una semana en el hospital provincial de Chiang Rai para someterse a un completo chequeo médico.

El contingente internacional de buzos rescatistas volvió a entrar esta mañana en la cavidad con el objetivo de regresar con las cinco personas que entonces seguían atrapadas, explicó Narongsak Ossottanakorn, portavoz del operativo.

El oficial indicó que otras 4 personas -un doctor y 3 miembros de la Marina- también abandonaron la gruta tras permanecer días en tareas de asistencia médica y psicológica para el grupo de niños. Esta tercera operación resultó más lenta que las realizadas la víspera y el domingo debido al mayor número de personas evacuadas y las lluvias que habían azotado la región en las últimas horas.

Los miembros de salvamento, junto a los niños, superaron un complejo de laberínticas galerías parcialmente inundadas y con desniveles y visibilidad nula para alcanzar la boca de la cueva.

El grupo quedó atrapado en la gruta el 23 de junio y fue hallado el día 2 de julio tras nueve jornadas de intensa búsqueda. Desde su localización los miembros del equipo de salvamento ayudaron a los chavales a recuperar las fuerzas y les impartieron un curso acelerado para usar los equipos de submarinismo.

Asistidos por dos buzos, los chavales han tenido que bucear a lo largo de algunas de las galerías. La dificultad de la operación quedó patente con la muerte el jueves de un voluntario antiguo miembro de los grupos de élite de la marina al quedarse sin oxígeno durante una misión subacuática.

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